WASHINGTON— Los globalistas esperan que el presidente Joe Biden realice un reajuste a la política comercial de Estados Unidos, aunque es probable que los problemas profundamente arraigados y la falta de consenso entre los aliados creen un obstáculo significativo para el nuevo gobierno a la hora de corregir el sistema de comercio global, que no ha logrado contener las economías que no son de mercado como China.
Biden prometió adoptar un enfoque más multilateral para abordar los problemas comerciales y se espera que cambie radicalmente las políticas de Estados Unidos hacia la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El nuevo gobierno señaló que se comprometerá con otros miembros para reactivar el organismo internacional, que fue paralizado por las políticas del gobierno de Trump.
Sin embargo, la OMC es un tema bipartidista de larga data, y su espiral descendente comenzó mucho antes de la presidencia de Trump. Estados Unidos acusó a la organización de sobrepasar su mando en la solución de controversias y de crear reglas injustificadas.
Bajo el gobierno de Obama, Washington comenzó a bloquear la selección de jueces para el Órgano de Apelación de la OMC, un tribunal independiente de siete miembros. Desde 2016, Washington bloqueó todos los nuevos nombramientos en la corte, privando a la organización de su capacidad para pronunciarse sobre disputas comerciales.
Sin embargo, no se espera que el gobierno de Biden ponga fin rápidamente al estancamiento del órgano de apelación.
La OMC está en crisis y necesita una reforma ambiciosa para abordar los nuevos desafíos y las prácticas comerciales desleales, según Clete Willems, principal negociadora comercial y ex subdirectora del Consejo Económico Nacional bajo el gobierno de Trump.
Los funcionarios de Biden “no van a hacer retroceder simplemente la posición del gobierno de Trump. Las preocupaciones sobre el órgano de apelación son bipartidistas, son de larga data”, dijo Willems a The Epoch Times.
“La administración Biden reconocerá los mismos problemas pero creo que, a diferencia de la administración Trump, propondrá soluciones para arreglarlo”, añadió.
En un documento reciente, Willems argumentó que las tres funciones de la OMC —negociaciones, implementación y monitoreo, y solución de controversias— requieren reformas para revitalizar la organización.
El gobierno de Trump, señaló, que avanzó en la presentación de propuestas por el lado de las negociaciones, tratando de actualizar los acuerdos y mejorar los compromisos. Se espera que el equipo de Biden siga una trayectoria similar y continúe presionando por nuevas reglas que rijan a las economías que no son de mercado como China.
En cuanto a la solución de controversias, si bien el gobierno anterior expresó su preocupación y llamó la atención de los miembros sobre los problemas, fue criticado por no ofrecer soluciones, dijo Willems. Por lo tanto, el gobierno de Biden «buscará un resultado negociado que permita que se reanuden los nombramientos [de los jueces]».
Como primer paso para poner fin al estancamiento en la OMC, los expertos en comercio creen que Biden desbloqueará el nombramiento de Ngozi Okonjo-Iweala, exministro de Finanzas nigeriano, para dirigir la organización.
«Este paso restablecería la dirección al más alto nivel en la OMC y revitalizaría su capacidad para promover la cooperación económica multilateral», escribieron en un informe Chad Bown y Anabel González, becarios senior del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Si bien Okonjo-Iweala fue la opción de consenso de los estados miembros, el gobierno de Trump la vetó el año pasado debido a su falta de experiencia comercial.
David Bisbee, encargado de negocios en la misión de Estados Unidos ante la OMC, dijo en una reunión ministerial virtual de la OMC la semana pasada que el gobierno de Biden espera avanzar en la selección de un nuevo director general y otras prioridades clave a corto plazo. .
Bisbee, sin embargo, no dio ninguna indicación de si el gobierno respaldaría a Okonjo-Iweala.
El desafío de la UE
La OMC fue creada en 1995 para supervisar las reglas del comercio global entre naciones; sin embargo, el mundo cambió significativamente desde entonces.
El expresidente Donald Trump criticó a la organización por sus reglas obsoletas, que se han vuelto disfuncionales para regular las disputas comerciales globales. Acusó al organismo internacional, calificándolo de una catástrofe y un desastre.
En la cumbre del G-20 en Buenos Aires, Argentina, en diciembre de 2018, los líderes mundiales aceptaron las opiniones de Trump y pidieron «la reforma necesaria de la OMC para mejorar su funcionamiento».
Después de la cumbre, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón celebraron reuniones trilaterales para desarrollar reformas para abordar preocupaciones como los subsidios gubernamentales, las empresas estatales y las transferencias forzadas de tecnología.
Willems, quien anteriormente estuvo involucrado en negociaciones comerciales con gobiernos y organismos extranjeros, incluida la UE, cree que existe la posibilidad de que la administración Biden avance en las reformas de la OMC. Pero Washington tiene reservas sobre la ambición de Europa para abordar el mal comportamiento de China.
«A menudo no hemos visto surgir de Europa el nivel de ambición necesario para avanzar realmente en estos temas», dijo Willems.
«Es muy fácil decir que todos queremos trabajar juntos en relación a China, pero es realmente difícil encontrar un lenguaje ambicioso que lo logre», agregó. También señaló que el sector automotriz y algunos otros sectores de la economía de la UE dependen en gran medida de China, lo que dificulta que el bloque endurezca su postura sobre Beijing.
Cualquier esfuerzo exitoso de reforma de la OMC requiere primero que Estados Unidos y la UE descubran cómo cooperar mejor y una vez que lo logren, deben tratar con otros miembros, dijo.
«Es mucho más fácil decirlo de lo que realmente es», añadió.
Estados Unidos ha expresado repetidamente su descontento por la incapacidad de la OMC para abordar las prácticas comerciales desleales de China. Según el último informe de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), el historial de China en el cumplimiento de las normas de la OMC sigue siendo pobre.
“Casi dos décadas después de su adhesión a la OMC, China aún no adopta políticas abiertas orientadas al mercado. El estado sigue controlando la economía china e interviene con fuerza en el mercado para lograr los objetivos de la política industrial”, indica el informe.
Las políticas industriales de China, por ejemplo, perturbaron sectores críticos de la economía mundial como el acero, el aluminio, la energía solar y la pesca.
Estados Unidos y otros miembros de la OMC trataron de abordar los desafíos presentados por China durante casi dos décadas. Sin embargo, estos esfuerzos no dieron lugar a cambios significativos en el comportamiento de China. Beijing prometió muchas veces abordar las preocupaciones planteadas por otros miembros, pero no cumplió sus promesas.
Según el informe, Estados Unidos presentó alrededor de dos docenas de casos contra China en la OMC para disputar su amplia gama de políticas que incluyen subsidios masivos, importantes barreras de acceso al mercado y una aplicación inadecuada de los derechos de propiedad intelectual.
Lo que agrava los problemas en la OMC es el hecho de que algunos estados miembros pueden autodeclararse como países en desarrollo para evitar asumir los mismos compromisos que otros miembros. Entre los países en desarrollo de la OMC se encuentran algunas de las economías más ricas del mundo, como Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, China y Hong Kong.
El gobierno de Biden dice que buscará un enfoque más coordinado con los aliados de Estados Unidos para abordar todos estos desafíos. Pero no está claro si el gobierno hará de la política comercial una prioridad máxima y volverá inmediatamente a la cooperación económica multilateral.
A corto plazo, su gobierno señaló que el enfoque será combatir la pandemia e impulsar las capacidades de fabricación nacionales.
En el evento de la Agenda de Davos organizado por el Foro Económico Mundial el 25 de enero, el líder chino Xi Jinping advirtió sobre las consecuencias de construir alianzas para amenazar a otros países o comenzar una «nueva guerra fría», en un mensaje velado a Biden.
«No podemos abordar los desafíos comunes en un mundo dividido y la confrontación nos llevará a un callejón sin salida», dijo Xi, quien pidió un regreso al multilateralismo.
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