Opinión
El 6 de abril, un periodista preguntó al presidente Joe Biden si alguna vez había interrogado a Xi Jinping sobre los informes «de que China tal vez engañó al mundo al comienzo» de la pandemia.
«No tuve esa conversación con el presidente Xi», dijo Biden, quien no comentó los informes sobre el Instituto de Virología de Wuhan y su posible papel en la liberación del virus que causa COVID-19. Las pruebas apuntan en esa dirección.
En febrero, Karen Pauls, de la CBC, informó que Canadá despidió a la doctora Xiangguo Qiu, una viróloga de Tianjin, China, del Laboratorio Nacional de Microbiología (NML) en Winnipeg. Según explicó Pauls, en 2017-18 Qiu hizo al menos cinco viajes a China, incluyendo uno para formar a científicos en el Instituto de Virología de Wuhan (VNM), «donde investigaban a los patógenos más mortales».
Según los funcionarios del gobierno canadiense, Qiu estaba actuando en respuesta a la solicitud del Instituto de Virología de Wuhan de muestras de virus cuando exportó algunas al laboratorio en 2019.
Como señaló Pauls, las muestras incluían Ébola Makona (tres variedades), Mayinga, Kikwit, Costa de Marfil, Bundibugyo, Sudán Boniface, Sudán Gulu, MA-Ebov, GP-Ebov, GP-Sudán, Hendra, Nipah Malasia y Nipah Bangladesh.
Tom Blackwell, del National Post de Canadá, explicó que el Nipah es transmisible de animales a humanos y «también es capaz de saltar entre humanos: puede causar problemas respiratorios agudos y encefalitis, una inflamación cerebral potencialmente mortal”. Blackwell citó un documento del Laboratorio Nacional de Microbiología (NML) de 2018 en el que se advertía que la «amenaza de Nipah de causar un brote generalizado y su potencial para convertirse en un arma había aumentado».
Según los documentos del gobierno obtenidos por la CBC, los viajes de Qiu al laboratorio de Wuhan fueron «financiados por terceros», pero el nombre de la parte fue editado. También se tacharon los nombres de los colaboradores de Qiu durante su viaje a China, en septiembre de 2017.
El pasado mes de junio, el profesor de derecho y epidemiólogo de la Universidad de Ottawa, Amir Attaran, dijo a la CBC que Qiu «envió uno de los virus más mortíferos de la Tierra, y múltiples variedades del mismo para maximizar la diversidad genética y maximizar lo que los experimentadores en China podrían hacer con él, a un laboratorio en China que realiza peligrosos experimentos ‘Gain of function research’ y que tiene vínculos con el ejército chino».
Los experimentos «Gain of function research», como explica Nidhi Subbaraman en Nature, «implican hacer que los patógenos sean más mortales o más transmisibles». Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) prohibieron este tipo de investigación en 2014, pero la reactivaron en 2017, y los NIH y el Departamento de Estado también aprobaron al Instituto de Virología de Wuhan (WIV) como colaborador. La financiación estadounidense del WIV se canalizó a través del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), dirigido por el doctor Anthony Fauci desde 1984.
Fauci se licenció en medicina en 1966 y fue contratado por los NIH en 1968. Su biografía no muestra ningún título avanzado en bioquímica o biología molecular, por lo que estrictamente hablando no es un virólogo. Fauci no critica a China y elogia al jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien a su vez alaba la respuesta de China a la pandemia como un ejemplo para el mundo.
Fauci sostiene que el coronavirus no se creó en un laboratorio, pero el jefe del NIAID se mostró evasivo sobre lo que ocurrió exactamente en el laboratorio de Wuhan. El portavoz de la OMS, Peter Ben Embarek, especialista en seguridad alimentaria y nutrición, afirma que es «extremadamente improbable» que el virus causante de la COVID-19 se haya filtrado desde el Instituto de Virología de Wuhan (WIV). Un informe de la OMS del 30 de marzo afirmó lo mismo, y el régimen comunista de China niega que el WIV fuera la fuente de la pandemia. Otros siguen siendo escépticos.
En febrero, los republicanos de la Cámara de Representantes pidieron que se investigue la financiación del NIH para el Instituto de Virología de Wuhan (WIV). Los miembros del GOP quieren que un organismo de control independiente de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos averigüe cuándo los NIH supieron por primera vez que se realizaban experimentos con coronavirus en el WIV y si los NIH coordinaron algún mensaje sobre la hipótesis de la fuga del laboratorio.
Los legisladores también quieren saber cuánto apoyo de los NIH recibió el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) y cuándo termina su elegibilidad de financiación. Mientras tanto, al norte de la frontera la búsqueda de pruebas continúa.
El mes pasado, un comité de la Cámara de los Comunes de Canadá ordenó a la Agencia de Salud Pública de Canadá que entregue todos los documentos relacionados con el despido de Qiu y su marido Keding Cheng. El comité también quiere documentos «relacionados con la transferencia de los virus del Ébola y del Henipah al Instituto de Virología de Wuhan, en China», según The Canadian Press. Los resultados deberían ser de considerable interés para personas de todo el mundo, pero probablemente no para la Casa Blanca.
Durante la campaña de 2020, Biden dijo que los comunistas chinos «no son mala gente» y «no son competencia para nosotros». Cuando el presidente Donald Trump impuso la prohibición de viajar desde China en enero de 2020, Biden la calificó de «xenófoba». Así que no es probable que el demócrata de Delaware presione a corto plazo a Xi Jinping sobre el papel de China en la pandemia, si es que lo hace.
Lloyd Billingsley es autor de «Yes I Con: United Fakes of America«, «Barack ‘em Up: A Literary Investigation«, «Hollywood Party» y otros libros. Sus artículos han aparecido en muchas publicaciones, como Frontpage Magazine, City Journal, Wall Street Journal y American Greatness.
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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