El presidente Joe Biden promulgó la ley de gasto público de 1,7 billones de dólares que mantendrá al gobierno en funcionamiento hasta el final del año fiscal federal en septiembre de 2023.
Biden tenía hasta última hora del viernes para firmar el paquete con el fin de evitar un cierre parcial del gobierno.
La amplia ley ómnibus, de más de 4000 páginas, estuvo precedida por una serie de tres medidas de financiación a corto plazo adoptadas desde septiembre para evitar el cierre, mientras los líderes de los partidos negociaban un paquete legislativo más amplio, que dio lugar a la ley ómnibus.
La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó el paquete legislativo ómnibus de 1.7 billones de dólares por 225 votos a favor y 201 en contra el 23 de diciembre, un día después de que una votación bipartidista del Senado, con un significativo apoyo republicano lo enviara a la cámara baja.
En la Cámara de Representantes, todos los demócratas menos dos votaron a favor. Uno votó presente y otro votó no. Doscientos republicanos votaron no, nueve votaron sí y cuatro no votaron. En el Senado, dieciocho republicanos votaron con los demócratas para aprobar el Proyecto de ley ómnibus.
Biden dijo que la aprobación era una prueba de que republicanos y demócratas podían trabajar juntos.
El líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, arremetió contra el paquete de gastos públicos en la audiencia plenaria, diciendo que cuesta demasiado y hace poco para proteger la frontera sur de Estados Unidos de la inmigración ilegal y el flujo de fentanilo procedente de México.
«Esto es una monstruosidad, lo que es uno de los actos más vergonzosos que he visto en este órgano», dijo McCarthy sobre la legislación.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), apoyó el plan, declarando en la seción plenaria antes de la votación que la ley evitaría el cierre del gobierno y «satisfaría las necesidades del pueblo estadounidense».
Algunos republicanos de la Cámara de Representantes trataron de presionar a sus colegas del Senado para que no apoyaran el proyecto de ley, ya que el GOP tendría más poder de negociación una vez que tome el control de la Cámara el próximo año, después que se volteen una docena de escaños tras las elecciones de noviembre.
McCarthy y otros republicanos esperaban que la aprobación de otro paquete de financiación a corto plazo permitiera a los republicanos negociar desde una posición de fuerza tras la toma de posesión del próximo Congreso.
El proyecto de ley «llena los bolsillos de los intereses especiales de los demócratas y carga la cuenta a los estadounidenses trabajadores», dijo McCarthy, representante que intenta convertirse en el próximo presidente de la Cámara baja una vez que los republicanos tomen su control en enero de 2023.
«Les garantizo que ni un solo miembro que vaya a votar que sí puede decirle lo que contiene porque nadie ha tenido tiempo de leerlo», añadió McCarthy dado que el proyecto de ley está contenido en 4000 páginas.
Ómnibus
El enorme proyecto de ley de gastos combina 12 proyectos de ley de asignaciones, ayuda a Ucrania y ayuda a las comunidades afectadas por desastres naturales.
En parte, incluye 45,000 millones de dólares para Ucrania, 772,500 millones para iniciativas domésticas (alrededor de un 6 % de aumento) y 858,000 millones para programas de defensa (alrededor de un 10 % de aumento). También contiene 40,000 millones de dólares en gastos de emergencia, la mayoría de los cuales se destinarán a ayudar a comunidades de todo Estados Unidos a recuperarse de sequías, tormentas y otros desastres naturales.
Además del presupuesto de ayuda a Ucrania, mayor que el solicitado por Biden, el enorme proyecto de ley final contiene una serie de cambios políticos no relacionados con el gasto que los legisladores lucharon por incluir, esperando que un Congreso políticamente dividido el próximo año significara que tendrían que empezar de cero.
El paquete incluye una modificación histórica de la Ley de Recuento Electoral para impedir que un futuro presidente o aspirante a la presidencia impugne el resultado de unas elecciones. La reforma bipartidista es una respuesta directa a los esfuerzos del entonces presidente Donald Trump por animar a los legisladores republicanos y al entonces vicepresidente Mike Pence a oponerse a que se certificara la victoria de Biden el 6 de enero de 2021.
Los demócratas destacaron varios aumentos del gasto, incluido un aumento de 500 dólares en el tamaño máximo de las becas Pell para estudiantes universitarios de bajos ingresos, un aumento de 100 millones de dólares en subvenciones en bloque a los estados para programas de prevención y tratamiento del abuso de sustancias, un aumento del 22 % en el gasto en atención médica para veteranos y 3700 millones de dólares en ayuda de emergencia para agricultores y ganaderos afectados por desastres naturales.
El paquete de gasto público también incluye sobre 15,300 millones de dólares para más de 7200 proyectos solicitados por los miembros para sus estados y distritos de origen. Las nuevas directrices para la financiación de proyectos comunitarios, conocidas popularmente como earmarks, exigen que los políticos presenten sus solicitudes por Internet y verifiquen que no tienen ningún interés financiero en las iniciativas. No obstante, muchos conservadores fiscales sostienen que la asignación de fondos conduce al despilfarro.
Los legisladores aprobaron dos proyectos de ley presupuestaria a corto plazo para mantener el gobierno en funcionamiento, y un tercero, que financia el gobierno hasta el 30 de diciembre, fue promulgado el pasado viernes.
La ley general de gastos se aprobó horas antes de que expirara el plazo de financiación de las agencias federales. Biden la firmó para garantizar la continuidad de los servicios.
Biden promulgó ley en las Islas Vírgenes de EE. UU., donde está pasando unos días con su familia en la isla de Santa Cruz.
Con la colaboración de Zachary Stieber e información de The Associated Press.
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