El 16 de octubre, el presidente Joe Biden rindió homenaje a los policías caídos durante un servicio conmemorativo nacional dirigido a los agentes de la ley que perdieron la vida en el cumplimiento del deber entre 2019 y 2020.
El presidente dijo que ahora es más difícil que nunca hacer el trabajo policial y más difícil contratar personal nuevo para llenar el vacío dejado por los caídos.
“Siempre me sorprende cómo el público no comprende completamente lo que esperamos de nuestros agentes del orden. Esperamos que sean personas listas para interponerse en el camino y recibir una bala por nosotros. Esperamos que puedan localizar a los malos. Esperamos que sirvan de psicólogos ante las peleas entre conjugues. Esperamos que sean todo. Esperamos todo de ustedes. Y eso está más allá de la capacidad de cualquiera para cumplir con las expectativas totales. Ser policía hoy es mucho más difícil que nunca”, dijo el presidente.
“A las familias de los caídos: Han sufrido una pérdida enorme. Pero entiendan, su pérdida también es la pérdida de Estados Unidos. La pérdida de Estados Unidos. Y su dolor es el dolor de Estados Unidos”, agregó. «Estamos despertando a la noción de que, a menos que cambiemos el entorno en el que se puede hacer el trabajo, tendremos problemas para que suficientes mujeres y hombres se postulen a este trabajo».
Biden destacó a los agentes del orden que participaron en la respuesta al motín del 6 de enero. El presidente dijo que 150 resultaron heridos ese día y que cinco perdieron la vida como consecuencia. Sin embargo, ningún oficial de la ley murió durante los disturbios o desde entonces ha muerto como resultado directo de las lesiones sufridas el 6 de enero.
“Gracias a ustedes, la democracia sobrevivió. Pero solo por las mujeres y hombres de la fuerza policial del Capitolio de Estados Unidos, el Departamento de Policía Metropolitana de Washington, D.C. y de otros organismos encargados de hacer cumplir la ley, que una vez más, literalmente, pusieron sus cuerpos en juego para proteger nuestra democracia”, dijo Biden.
El presidente también reconoció que 2020 fue el año más mortífero para los agentes de policía que se haya registrado. Según un informe (pdf) del National Law Enforcement Officers Memorial Fund, el virus del PCCh (Partido Comunista Chino) fue responsable de más de la mitad de las muertes en acto de servicio. Un total de 424 oficiales murieron en el cumplimiento del deber en 2019 y 2020, según el fondo.
Biden mencionó varios puntos en su agenda de justicia penal. Destacó la Ley George Floyd de Justicia en la Policía, cuyas negociaciones se han estancado en el Congreso. El presidente dijo que apoya la policía comunitaria y los programas diseñados para reducir la violencia antes de que estalle.
“Al mismo tiempo, tenemos que dejar de pedirles a los agentes del orden que hagan todos los trabajos bajo el sol”, dijo Biden. “Estoy comprometido a invertir en servicios de salud mental y profesionales de la salud mental que puedan responder a una crisis de salud mental junto a usted. No debería ser usted [un policía] quien tenga que hablar con alguien desde el borde del techo. Deberías tener ayuda profesional contigo”.
El presidente también aludió a lo que llamó «la epidemia de violencia armada», y dijo que las fuerzas del orden público estatales y locales están trabajando «para mantener las armas fuera del alcance de personas peligrosas». Biden dijo que quiere facilitar que los estados adopten leyes de bandera roja que permitan a los familiares y a la policía solicitar a los tribunales quitarle las armas de fuego a las personas en crisis.
El presidente mencionó a varios oficiales caídos, incluido el sargento de Detroit: Rasheen McClain.
“Rechazó los ascensos para poder seguir trabajando como mentor de otros oficiales en su distrito”, dijo el presidente. “Cada dos semanas, le enviaba flores a su esposa al trabajo, como un reloj, para alegrar su día y su oficina. Lo mataron respondiendo a una llamada de violencia doméstica”.
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