El presidente Joe Biden dijo el 14 de noviembre que había pedido a China que use su influencia para frenar los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, en caso contrario Estados Unidos tendría responder «adoptando ciertas acciones que serían más defensivas».
Biden hizo estas declaraciones tras su reunión el lunes con el líder chino Xi Jinping al margen de la cumbre del Grupo de los 20 en Indonesia, la primera reunión en persona de ambos desde que Biden asumió el cargo el año pasado.
«Yo dejé en claro al presidente Xi Jinping que yo pensaba que ellos tenían la obligación de intentar dejar en claro a Corea del Norte que no debería realizar pruebas nucleares de largo alcance», dijo Biden en una rueda de prensa, según la Casa Blanca.
Biden declaró que él advirtió a Xi de que el ensayo nuclear de Corea del Norte provocaría que Estados Unidos tomara medidas defensivas que serán «más al frente de China» para salvaguardar a sus aliados regionales.
«Nosotros haremos lo que sea necesario para defender nuestra capacidad, para defendernos a nosotros mismos y a nuestros aliados —Corea del Sur, así como Japón— y eso sería (…) nosotros estaríamos más al frente de China», remarcó el presidente.
El presidente estadounidense dijo que aseguró a Xi que cualquier medida defensiva contra las provocaciones de Corea del Norte «no iría dirigida contra China, sino que sería para enviar un mensaje claro a Corea del Norte».
Pero Biden expresó su incertidumbre sobre si China tiene suficiente influencia para impedir que el régimen norcoreano realice una prueba nuclear.
«Bueno, en primer lugar, es difícil decir que estoy seguro de que China puede controlar a Corea del Norte», dijo el presidente. «Yo confío de que China no pretende que Corea del Norte participe en otra escalada».
China es un importante aliado de Corea del Norte, ya que representa el 90 % de su comercio bilateral. China y Rusia vetaron previamente una votación impulsada por Estados Unidos para reforzar las sanciones a Corea del Norte.
Cooperación trilateral «más alineada que nunca»
Antes de la cumbre del G20, Biden asistió a la cumbre de ASEAN-Asia Oriental en Camboya, donde se reunió con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, y el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol.
Los líderes mantuvieron una reunión trilateral al margen de la cumbre y emitieron una declaración conjunta en la que prometían «una respuesta fuerte y decidida» si Corea del Norte lanzaba un ataque nuclear, al tiempo que le instaban volver a la diplomacia.
Biden describió a Japón y Corea del Sur como «aliados fundamentales» de Estados Unidos, cuyas relaciones están «más alineadas que nunca» de frente a la reciente oleada de lanzamientos de misiles de Corea del Norte.
La declaración conjunta también mencionó la estabilidad en el Indo-Pacífico y en el Estrecho de Taiwán, donde China ha incrementado su despliegue militar.
Los tres líderes afirmaron que «se oponen firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo en las aguas del Indo-Pacífico, incluso a través de reclamaciones marítimas ilegales, la militarización de las áreas reclamadas y las actividades coercitivas».
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