El presidente Joe Biden dijo que su administración necesita más fondos no solo para las vacunas COVID-19, sino también para planificar otra pandemia.
“Necesitamos más dinero”, dijo Biden a los periodistas el martes por la tarde. “No solo necesitamos más dinero para vacunas para niños eventualmente. Necesitamos más dinero para planificar la segunda pandemia. Va a haber otra pandemia”. No dio más detalles.
“Tenemos que pensar en el futuro”, dijo, y agregó que es “por eso que necesitamos el dinero”.
Biden hacía esas declaraciones mientras las vacunas contra la COVID-19 se comenzaban a aplicar a los niños a partir de los 6 meses luego de que tanto la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) autorizaran las vacunas de Pfizer y Moderna.
Algunos municipios anunciaron durante el fin de semana que esas vacunas se administrarán a partir del martes. El lunes fue un día feriado federal.
Con el último suministro de vacunas del martes, Biden dijo que «por fin hay algo de tranquilidad» y lo calificó como un «paso monumental» en la respuesta al COVID-19 de su administración.
El gobierno federal ya ha puesto al menos 10 millones de dosis de COVID-19 a disposición de los estados y de los proveedores de servicios de salud y confiará en los pediatras y otros proveedores de servicios de salud para distribuirlas, dijeron las autoridades. Las farmacias y otros proveedores de atención sanitaria también administrarán las vacunas.
Lo que muestran los datos
Los datos federales sugieren que desde octubre de 2021, solo alrededor del 29 por ciento de los niños de 5 a 11 años se consideran totalmente vacunados después de la autorización de la vacuna de Pfizer. Alrededor del 36 por ciento en ese grupo de edad ha recibido una dosis.
Mientras tanto, los estudios también han demostrado que los niños, y especialmente los niños pequeños, tienen tasas de mortalidad y hospitalización excepcionalmente bajas en comparación con otros grupos. En general, las personas mayores y las personas con sistemas inmunitarios comprometidos son las que corren mayor riesgo de contraer la COVID-19.
Algunas encuestas realizadas a los padres de niños pequeños muestran que la gran mayoría de esos padres no vacunan a sus hijos a pesar de que algunos medios de comunicación y funcionarios de salud afirman que los padres están «esperando ansiosamente» el suministro. En mayo, una encuesta de la Kaiser Family Foundation reveló que solo el 18 por ciento de los padres estadounidenses con niños muy pequeños planeaban vacunarlos.
Entre los estados, Florida es el único que no ha hecho ningún pedido de vacunas COVID-19 para niños menores de 5 años, según Christina Pushaw, la portavoz del gobernador Ron DeSantis. El 20 de junio, DeSantis redobló sus esfuerzos y le dijo a una multitud que su oficina recomienda no “vacunar a los bebés”.
“No vamos a tener ningún programa en el que estemos tratando de inyectar ARNm a los bebés de 6 meses. Esa es la realidad”, dijo el gobernador republicano. “Nuestro Departamento de Salud lo ha analizado. No existe un beneficio comprobado para inyectar a un bebé con mRNA, así que, por eso nuestra recomendación es contraria”, agregó.
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