El viernes, el presidente Biden pidió al Congreso que autorizara un plan de gasto federal de 1.52 billones de dólares para 2022, lo que da una idea de las prioridades de su administración, y pide un aumento del 16 % en la financiación para programas nacionales no relacionados con la defensa y un aumento relativamente plano del 1.7 % para la defensa.
La primera solicitud de gasto discrecional de Biden, detallada en un proyecto (pdf) de la jefa interina de presupuesto de la Casa Blanca, Shalanda Young, pide al Congreso que proporcione 769 mil millones de dólares para programas no relacionados con la defensa y 753 mil millones de dólares en fondos de defensa nacional para el próximo año fiscal.
La solicitud es un precursor de una propuesta de presupuesto anual más grande que llegará más adelante en la primavera y cubrirá los gastos obligatorios en programas como el Seguro Social y Medicare. Las solicitudes de gastos discrecionales, las cuales están sujetas al proceso de asignaciones y requieren que el Congreso establezca un nuevo nivel de financiamiento cada año, pueden ser un campo de batalla para las disputas partidistas que en el pasado llevaron a los cierres gubernamentales.
“A fines de esta primavera publicaremos el presupuesto completo del presidente, el cual presentará un plan unificado e integral para abordar las crisis superpuestas que enfrentamos”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una sesión informativa el viernes. Y agregó que esto incluirá la «gran propuesta» que Biden acaba de presentar—refiriéndose al plan de infraestructura de 2.25 billones de dólares—así como «otras propuestas que presentará de aquí a entonces».
“Nuestro país se enfrenta a crisis históricas—la pandemia, una recesión económica, el cambio climático y un ajuste de cuentas sobre la justicia racial”, dijo Psaki.
“Al mismo tiempo, heredamos un legado de subinversión crónica, en nuestra opinión, en prioridades que son vitales para nuestro éxito a largo plazo y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos que tenemos ante nosotros, por lo que el presidente está enfocado en revertir esta tendencia y reinvertir en los cimientos de nuestra fuerza”, dijo, y agregó que la propuesta de financiamiento discrecional “brinda otra oportunidad para hacer eso” y es una indicación de las prioridades de la administración Biden.
Si bien el aumento general del 8 % en el gasto discrecional federal por encima de los niveles de 2021 indica que la Casa Blanca no está inclinada a dar vuelta hacia la austeridad, los detalles del plan muestran que muchas de las agencias que Biden quiere financiar en niveles más altos son programas que el expresidente Donald Trump buscó recortar, al mismo tiempo que le dio alta prioridad a la lucha contra el cambio climático.
Biden está pidiendo al Congreso que gaste 14 mil millones de dólares adicionales en inversiones en cambio climático, incluidos 1.7 mil millones de dólares para mejorar la eficiencia energética de hogares, escuelas y edificios federales. Otros 2 mil millones de dólares están previstos para emplear mano de obra calificada—como soldadores y electricistas—para trabajar en la construcción de varios proyectos de energía limpia en todo el país.
Su propuesta incluye también 600 millones de dólares para vehículos eléctricos e infraestructura de recarga para 18 agencias federales «para proporcionar una fuente de demanda inmediata, clara y estable para ayudar a acelerar la capacidad industrial estadounidense para producir vehículos y componentes limpios». También pide 815 millones de dólares para incorporar los impactos climáticos en la planificación y proyectos previos a las catástrofes. También se enviarían 1400 millones de dólares adicionales a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU., permitiendo más trabajo en observación y pronóstico del clima.
Biden está pidiendo también 1.2 mil millones de dólares en ayuda climática para los países pobres al reanudar el gasto en el Fondo Verde para el Clima de las Naciones Unidas, y otros 485 mil millones de dólares en otras iniciativas climáticas multilaterales.
También hay 861 millones de dólares para combatir la privación económica en Centroamérica para ayudar a abordar las «causas fundamentales de la migración irregular de Centroamérica a Estados Unidos». También pide más de 10 mil millones de dólares en asistencia humanitaria «para apoyar a las personas vulnerables en el extranjero, incluyendo a los refugiados y las víctimas de conflictos».
La solicitud discrecional incluye también 8.7 mil millones de dólares para los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), el mayor estímulo presupuestario de la agencia en casi dos décadas. Otros 6.5 mil millones de dólares están destinados al lanzamiento del proyecto de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Salud (ARPA-H, por sus siglas en ingles), cuyo objetivo es «apoyar la investigación que mejora la salud, alarga la vida y reduce la enfermedad y la discapacidad». También hay 10.7 mil millones de dólares para ayudar a poner fin a la epidemia de opioides—3.9 mil millones de dólares por encima del nivel de 2021—y 670 dólares en tratamiento y prevención del VIH/SIDA.
La propuesta de Biden pide también 1.6 mil millones de dólares para servicios comunitarios de salud mental, 1 mil millones de dólares para los programas de 1994 la Ley de Violencia contra la Mujer del Departamento de Justicia (DOJ) y 2.1 mil millones de dólares para combatir la violencia relacionada con las armas.
La solicitud contiene también una inversión de 36.5 mil millones de dólares en subsidios del Título I—un aumento de 20 mil millones de dólares con respecto al nivel promulgado en 2021—proporcionando más financiación a las escuelas que históricamente han carecido de recursos. Se reservan casi 20 mil millones de dólares para ampliar el acceso al cuidado y el aprendizaje de la primera infancia asequibles, y 15.5 mil millones de dólares para el apoyo a los niños con discapacidades.
Biden está pidiendo 30.4 mil millones de dólares para asistencia de vivienda en forma de vales de elección de vivienda y 500 millones de dólares en subsidios de asistencia para personas sin techo para ayudar a prevenir y reducir el número de las personas sin techo.
La propuesta busca 625 millones de dólares para un nuevo programa competitivo de subsidios para trenes de pasajeros y 2.7 mil millones de dólares para Amtrak—un aumento del 35 %—en contraste con Trump, que buscó reducir los fondos de Amtrak.
Otros aumentos propuestos responden a prioridades demócratas de larga data, incluyendo la justicia penal y la reforma policial, mayores protecciones para los trabajadores, promover los programas estatales de seguro de desempleo, reducir las emisiones y más dinero para que el IRS tome medidas enérgicas contra la evasión fiscal.
Sin embargo, la propuesta expansiva puede enfrentar una batalla cuesta arriba en Capitol Hill, ya que los demócratas tienen mayorías parlamentarias estrechas y, dado que la propuesta de financiamiento no puede avanzar a través de la conciliación presupuestaria, deben ganarse al menos diez republicanos del Senado, que mantienen el poder filibustero en la parte de cámara alta.
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