El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris recibieron el viernes en la Casa Blanca a los gobernadores del país durante su reunión de invierno en Washington.
Dirigiéndose a los gobernadores en la Casa Blanca, el presidente destacó la importancia de revisar la seguridad fronteriza y las políticas de inmigración. Instó a los gobernadores a presionar a los miembros del Congreso para que aprueben el acuerdo negociado recientemente con el Senado.
«Hay otro asunto pendiente del que quiero hablar: la frontera», dijo el presidente antes de concluir su discurso.
Elogió el acuerdo del Senado, calificándolo de «paso significativo».
«Ustedes lo saben. Se enfrentan a esto todos los días. Algunos de ustedes se enfrentan a esto todos los días. Tienen la piel real en el juego», dijo el presidente Biden.
«Así que, si esto les importa e importa a su estado, digan a sus miembros del Congreso que se interponen en el camino que muestren un poco de agallas y aprueben el proyecto de ley bipartidista de seguridad [nacional]».
La administración Biden está lidiando con una crisis histórica en la frontera sur debido a un aumento sin precedentes de inmigrantes ilegales.
Los republicanos han culpado al presidente Biden de eliminar y revertir las políticas puestas en marcha por la administración Trump y provocar así el caos en la frontera.
Las encuestas sugieren que los electores estadounidenses confían más en el expresidente Donald Trump, favorito republicano en las elecciones de noviembre, que en el presidente Biden en cuestiones de inmigración y seguridad fronteriza. Según Pew Research, el 80 por ciento de los estadounidenses, incluido el 73 por ciento de los demócratas, cree que el gobierno de EE.UU. ha hecho un mal trabajo en la gestión de la afluencia de inmigrantes ilegales, el porcentaje más alto registrado durante la presidencia de Biden.
Los cruces ilegales han superado los 8.8 millones en todo el país desde que el presidente Biden asumió el cargo, según datos de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos.
Recientemente, los republicanos abandonaron el acuerdo fronterizo del Senado, argumentando que sus disposiciones no eran lo suficientemente firmes como para impedir la afluencia de inmigrantes ilegales.
«Miren, es el acuerdo fronterizo más sólido que nuestro país ha visto jamás. También incluye las reformas más justas y humanas para la inmigración legal en mucho tiempo», dijo el presidente Biden a los gobernadores.
«Sigamos trabajando para arreglar todo el sistema. Espero que todos ustedes puedan ayudar».
Gobernadores de más de 40 estados y territorios se han reunido esta semana en Washington con motivo de la reunión de invierno de la Asociación Nacional de Gobernadores para abordar diversos temas importantes como la asequibilidad de la vivienda, la inteligencia artificial, la respuesta ante catástrofes y otras prioridades clave.
Críticas
Sin embargo, según algunos críticos, el acuerdo del Senado carece de las herramientas necesarias para abordar la crisis fronteriza.
«En realidad codificaría muchas de las desastrosas políticas que la administración Biden ha puesto en marcha y que causaron la crisis fronteriza», dijo a The Epoch Times Jessica Vaughan, directora de estudios políticos del Centro de Estudios de Inmigración.
Lora Ries, directora del centro de seguridad fronteriza e inmigración de The Heritage Foundation, se mostró de acuerdo y añadió que el proyecto de ley del Senado «fomentaría más fraude en el asilo y más inmigración ilegal».
«El proyecto de ley aumentaría y continuaría gran parte del fraude en el asilo, en parte porque expediría permisos de trabajo aún más rápidamente a los extranjeros ilegales después de ser liberados», dijo durante una conferencia de prensa el 6 de febrero.
Al parecer, el presidente Biden está considerando opciones ejecutivas para restringir la capacidad de los inmigrantes de solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México si cruzan ilegalmente.
La Casa Blanca no respondió a la solicitud de comentarios.
La representante Pramila Jayapal (D-Wash.), que preside el Caucus Progresista del Congreso, dijo en un posteo en X, antes Twitter, que la acción ejecutiva «sería un error extremadamente decepcionante».
«Las políticas crueles de solo aplicación de la ley se han probado durante 30 años y sencillamente no funcionan», declaró.
Los miembros del Caucus Hispano del Congreso también reaccionaron, pidiendo al presidente que no firme la orden.
«Buscar asilo es un derecho legal de todas las personas. Frente a la amenaza autoritaria, no debemos ceder en nuestros principios: debemos comprometernos con ellos», dijo la representante Alexandria Ocasio-Cortez ( D-N.Y.) en X el 21 de febrero.
«La mera sugerencia es indignante y el Presidente debería negarse a firmarla».
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