El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se defendió el 15 de julio por haberse reunido con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, a pesar de que prometió no hacerlo mientras era candidato a la presidencia.
El príncipe heredero fue acusado de organizar el asesinato del columnista Jamal Khashoggi, en 2018, después de que éste entrara en una embajada de Arabia Saudita en Turquía.
Biden dijo a los periodistas después de la reunión, en la que también participaron otros funcionarios saudíes, que él planteó al inicio del encuentro el tema del asesinato de Khashoggi, un empleado de Washington Post.
«Fui franco y directo al hablar de ello. Yo dejé muy clara mi opinión. Yo dije sin rodeos: Para un presidente estadounidense guardar silencio sobre una cuestión de derechos humanos, ¿es esto coherente con lo que somos y con lo que yo soy? Yo siempre defenderé nuestros valores», dijo Biden en comentarios preparados.
Preguntado por la respuesta de Bin Salman, Biden indicó que «básicamente dijo que personalmente no era responsable de ello».
«Yo le indiqué que pensaba que lo era», dijo Biden a continuación.
En su transcripción oficial de la sesión informativa de Biden, la Casa Blanca citó erróneamente a Biden, insertando una palabra que no habría dicho —la palabra «probablemente»— antes de «fue».
«Él dijo que no era personalmente responsable de ello y que tomó medidas contra los responsables», añadió Biden.
Mientras hacía campaña para la presidencia, Biden indicó que si era elegido, Estados Unidos dejaría de vender armas a Arabia Saudita y «les haría pagar el precio y los convertiría de hecho en los parias que son».
Tras asumir el cargo, Biden restringió la venta de armas al país del Medio Oriente.
El presidente estadounidense dijo a los periodistas que no se arrepentía de su comentario sobre convertir a la nación en un paria.
«Sólo dejé claro que si vuelve a ocurrir algo así, recibirán esa respuesta y mucho más», añadió Biden más tarde.
Un funcionario saudí interviene
El ministro de Estado de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Adel al-Jubeir, que participó en la reunión en la que estaba Bin Salman, el viernes, dijo a CNN que Biden tocó el tema del asesinato de Khashoggi, pero «mencionó que tomó las garantías de Arabia Saudita al pie de la letra».
Bin Salman «le explicó que se trataba de una tragedia para Arabia Saudita y que los responsables fueron investigados y se enfrentaron a [la] ley y ahora están pagando el precio por el crimen que se cometió y la conversación pasó entonces a los términos de las discusiones oficiales», dijo al-Jubeir.
Tras reunirse con Bin Salaman, Biden se enfrentó a las críticas de la viuda de Khashoggi y de grupos de derechos humanos así como de las organizaciones de periodistas.
«El presidente Biden prometió en su día convertir a Arabia Saudita en un paria e incluso hizo públicos los informes de inteligencia de Estados Unidos que responsabilizaban al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman de ordenar el asesinato del columnista de Washington Post, Jamal Khashoggi», dijo Jon Schleuss, presidente de NewsGuild, en una declaración. «Sin embargo, hoy se ha reunido con líderes saudíes y ha evitado responder a los periodistas que le preguntaron si pensaba condenar el asesinato de Khashoggi».
«El Comité para la Protección de los Periodistas está consternado por el hecho de que el presidente Joe Biden no haya hecho ninguna declaración significativa sobre el asesinato del periodista saudí, Jamal Khashoggi, tras su reunión con el príncipe heredero Mohammed bin Salman», añadió Sherif Mansour, coordinador de programas del Comité para la Protección de los Periodistas. «Que Biden diga que dejó sus puntos de vista ‘totalmente en claro’ son palabras vacías. La inteligencia de Estados Unidos dice que MBS aprobó el asesinato de Khashoggi. El hecho de que Biden no le pida cuentas sugiere que los estados pueden salirse con la suya dirigiendo esos asesinatos, lo que tiene profundas implicaciones para la libertad de prensa en todo el mundo».
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