El presidente Joe Biden se reunirá con el líder comunista chino Xi Jinping la próxima semana en un esfuerzo por estabilizar las tensas relaciones entre ambas naciones.
Los dos líderes discutirán varios asuntos potencialmente conflictivos, como la interferencia electoral china, el creciente apoyo del régimen a Rusia e Irán y el futuro de Taiwán, según altos funcionarios de la administración.
«Hemos indicado a los interlocutores chinos que básicamente todos los elementos de nuestra relación bilateral estarán sobre la mesa», dijo un funcionario durante una conferencia de prensa previa al evento.
«Creo que es justo decir que vamos a cubrir toda una gama de temas que son potencialmente contenciosos».
La reunión tendrá lugar el 18 de noviembre en la bahía de San Francisco. Será la segunda reunión en persona de ambos líderes durante la administración del presidente Biden.
La administración Biden espera asegurar a China que no busca el conflicto a pesar del creciente número de iniciativas destinadas a aislar la economía estadounidense de la influencia maligna de la potencia comunista.
«Tenemos las cosas claras», dijo un funcionario. «Sabemos que los esfuerzos por moldear o reformar China a lo largo de varias décadas han fracasado. Creemos que la diplomacia es la forma de aclarar percepciones erróneas, señalar, comunicar, evitar sorpresas y explicar nuestros pasos competitivos».
«Competimos con China. Pero no buscamos el conflicto, la confrontación o una nueva Guerra Fría».
Biden «reafirmará» la postura de Xi sobre Taiwán
Una cuestión clave, y quizá la única capaz de empujar a las dos mayores economías del mundo a una guerra entre sí, es el futuro de Taiwán.
La cuestión de Taiwán es especialmente importante para las dos potencias ahora que Taiwán entra en un año electoral y puede elegir una administración más favorable a China que a Estados Unidos.
«En todas las conversaciones han salido a relucir cuestiones relativas al otro lado del estrecho. Si miramos hacia el año que viene, las elecciones en Taiwán, la transición presidencial y, por supuesto, nuestras propias elecciones, [podrían] hacer de este un año bastante agitado», dijo un funcionario.
El Partido Comunista Chino (PCCh), que gobierna China como un Estado de partido único, afirma que Taiwán forma parte de su territorio. Sin embargo, el régimen nunca ha controlado la isla, que está autogobernada por su propio gobierno democrático y mantiene una economía de mercado con sólidos lazos internacionales.
En los últimos años, el PCCh ha lanzado una campaña de intimidación militar cada vez mayor contra la isla, enviando buques y aviones militares para poner a prueba la respuesta de Taiwán e incluso lanzando misiles sobre la isla.
Por su parte, Estados Unidos mantiene una política de «una sola China», según la cual sólo mantiene relaciones formales con el PCCh, pero está obligado por acuerdos legales a suministrar a Taiwán las armas que necesita para mantener su autodefensa, incluso contra China.
Funcionarios de la Administración dijeron que el presidente Biden tratará de apaciguar los temores de Xi asegurando al líder comunista que Estados Unidos no apoya la independencia de Taiwán.
«No apoyamos la independencia de Taiwán. Esa es nuestra política de siempre. Y de cara a estas elecciones, creo que esa será una cuestión, por supuesto, que intentaremos reafirmar», dijo un funcionario.
«Nuestro objetivo en las reuniones será reafirmar, por supuesto, la política de Estados Unidos de una sola China, nuestro enfoque en mantener el statu quo, nuestro enfoque en asegurar que haya paz y estabilidad, dejando claro a los chinos que cualquier acción o interferencia en las elecciones plantearía preocupaciones extremadamente fuertes de nuestra parte».
Los funcionarios añadieron que la administración sigue «bastante preocupada» por las actividades militares del PCCh en torno a Taiwán, que calificaron de «sin precedentes», «peligrosas» y «provocadoras».
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Las preocupaciones geopolíticas mundiales también ocuparán un lugar destacado en los debates, en los que Estados Unidos tratará de limitar el creciente apoyo del PCCh a Irán, Corea del Norte y Rusia.
El presidente Biden se ha esforzado por construir una alianza regional eficaz en el Indo-Pacífico con la esperanza de presionar al PCCh para que se aleje de este tipo de relaciones y disuadir los conflictos en la región.
Con este fin, el presidente ha mantenido una serie de reuniones de alto nivel durante el último año con líderes de Australia, India, Japón, Filipinas y Corea del Sur.
Ahora, dijeron los funcionarios, el presidente Biden espera atemperar las relaciones entre Estados Unidos y China de una manera que también sea beneficiosa para los aliados de la nación.
«Estamos buscando estabilizar la relación de manera que apoye a nuestros socios y nuestras alianzas y también apoye al pueblo estadounidense», dijo un funcionario.
«Nuestro enfoque es firme y coherente. No estamos dando un paso atrás en nuestros intereses y valores. Estamos avanzando en ellos».
Una parte clave de ese esfuerzo será restablecer las comunicaciones militares entre China y Estados Unidos, que el régimen del PCCh cortó hace más de dos años.
«El presidente se ha mostrado decidido a tomar las medidas necesarias para restablecer lo que creemos que son comunicaciones esenciales entre Estados Unidos y China en el aspecto militar», declaró un funcionario.
«Cuando hablamos de gestionar riesgos, de evitar conflictos, este es exactamente el tipo de comunicación que necesitamos tener tanto en los niveles superiores de nuestros dos ejércitos, como de operador a operador».
En conjunto, dijeron los funcionarios, la administración Biden cree que está en una buena posición para llevar a cabo las conversaciones con China, y que la reunión abriría la puerta a conversaciones más profundas entre las dos potencias sobre una serie de cuestiones clave.
«Estamos a favor de una gestión responsable de la competencia. Vamos a la reunión confiados en nuestro planteamiento general y nuestra posición», declaró un funcionario.
«Esto es algo más que una [bilateral] al margen de una reunión multilateral. Estamos reservando algo de tiempo para que los dos líderes se sienten y mantengan conversaciones en profundidad sobre toda la gama de cuestiones a las que se enfrentan Estados Unidos y China en todo el mundo y bilateralmente».
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