El día después de que las manifestaciones pro-Palestina en los campus universitarios de todo el país se volvieran violentas, cuando los manifestantes ocuparon por la fuerza un edificio y se enfrentaron con la policía y los contramanifestantes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue presionada durante una sesión informativa el 1 de mayo para que declarara la postura del presidente Joe Biden sobre los recientes acontecimientos.
Su respuesta fue una declaración muy general en la que reiteraba la constante condena al antisemitismo y a la incitación al odio por parte de la administración y el reconocimiento del derecho de los estadounidenses a protestar pacíficamente dentro de los límites de la ley.
Las protestas universitarias a favor de Palestina se han convertido en un fenómeno nacional desde Los Ángeles, California y Austin, Texas, hasta Gainesville, Florida y la ciudad de Nueva York. Esas universidades y sus agencias policiales locales y estatales han reaccionado a las perturbaciones a su manera, y en los últimos días han producido diversos resultados: desde cientos de arrestos y el desmantelamiento forzoso de campamentos improvisados en la Universidad de Columbia hasta la Universidad de Brown, que está considerando desinvertir en Israel, y la decisión de la USC de cancelar las ceremonias de graduación.
El presidente Biden emitió su propia declaración el 22 de abril, condenando las “protestas antisemitas” así como a “aquellos que no entienden lo que está pasando con los palestinos”.
La Sra. Jean-Pierre les dijo a los periodistas que el presidente Biden y su equipo están “siguiendo de cerca la situación”. Cuando se le preguntó por qué permaneció en silencio después de la reciente violencia, reiteró el historial del presidente en la lucha contra el antisemitismo como prueba de su posición preestablecida.
“Lo que creemos, y lo tenemos muy claro, es que protestar pacíficamente dentro de la ley es algo a lo que todo estadounidense debería tener derecho”, dijo. «También vamos a denunciar cualquier tipo de antisemitismo que estemos escuchando o viendo».
La Sra. Jean-Pierre destacó el reconocimiento por parte de la administración del derecho de los estudiantes a aprender y sentirse seguros en el campus y, en referencia a los manifestantes en Columbia que ocuparon un edificio del campus, su creencia de que tomar edificios “no es protestar pacíficamente”.
Sus comentarios se hicieron eco de los hechos por el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, durante una llamada el 30 de abril, en la que dijo: “El presidente cree que tomar por la fuerza un edificio en el campus es absolutamente un enfoque equivocado. Ese no es un ejemplo de protestas pacíficas”.
Sin embargo, Jean-Pierre se negó a condenar oficialmente cualquier otro aspecto de las protestas más allá del antisemitismo y la «perturbación que realmente perjudica la experiencia académica de los estudiantes», que, según dijo, estaba siendo llevada a cabo por «un pequeño porcentaje de estudiantes».
¿Cuál fue la opinión del presidente Biden sobre el derribamiento de la bandera estadounidense por parte de algunos manifestantes universitarios para izar la bandera palestina en su lugar?
“Los estadounidenses tienen derecho a protestar pacíficamente dentro de la ley, dentro de la ley. Y también tenemos que respetar eso”, respondió Jean-Pierre antes de reiterar las opiniones antes mencionadas sobre la “toma de edificios” y el antisemitismo.
Cuando se le preguntó la opinión de la Casa Blanca sobre la forma en que las Universidades, como la de Columbia, optaron por manejar las protestas, Jean-Pierre se negó a responder, remitiéndose a los líderes de dichas instituciones y a las agencias encargadas de hacer cumplir la ley.
“Esa es una decisión que deben tomar los colegios y universidades. Las fuerzas del orden… tienen una mejor idea de lo que sucede en el terreno. Y obviamente tienen que tomar decisiones”.
Esas medidas represivas individuales contra las protestas también han dado lugar a reportajes que dicen que algunos de los manifestantes detenidos en los campus eran agitadores profesionales y que algunas de las protestas recibían financiación de grupos externos.
Cuando se le preguntó si el presidente estaba al tanto de los manifestantes no inscritos, Jean-Pierre dijo que no podía hablar de eso y dirigió la pregunta a las autoridades locales.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca tampoco quiso responder si el presidente quería que su administración averiguara quién financia algunas de las protestas.
“No puedo hablar de las organizaciones de las que se está informando”, dijo.
Los funcionarios locales tendrían mejor información al respecto, dijo, y el Departamento de Justicia y el FBI continuarían ofreciendo apoyo a los colegios y universidades “con respecto a las leyes federales.
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