Los líderes del Grupo de las 20 principales economías (G20) dijeron el domingo que acelerarían los planes para implementar políticas relacionadas con el clima, aunque proporcionaron pocos detalles. Simultáneamente, la administración Biden confirmó que envió a unos ocho miembros del gabinete a un evento separado de la ONU en Escocia.
Según un comunicado emitido por los líderes del G-20, incluido el presidente Joe Biden, durante la cumbre de Roma, reafirmaron los compromisos de los países más ricos que buscan canalizar USD 100,000 millones anuales para ayudar a los países más pobres con el aumento de la financiación climática.
La declaración de los líderes también dice: «Aceleraremos nuestras acciones de mitigación, adaptación y financiamiento» de «emisiones globales netas de gases de efecto invernadero cero» para 2050. No dieron más detalles.
El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el director del Consejo Económico Nacional, Brian Deese, el secretario de Estado, Antony Blinken, el secretario de la Agencia de Protección Medioambiental, Michael Regan, la secretaria de Interior, Deb Haaland, el secretario de Agricultura, Tom Vilsack, la administradora de USAID, Samantha Power, el administrador de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, Rick Spinrad, y el director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca, Eric Lander, tienen previsto asistir a otro evento de la ONU en Glasgow (Escocia) esta semana, según confirmó la Casa Blanca a los medios de comunicación el domingo.
Los asesores climáticos de la Casa Blanca, John Kerry y Gina McCarthy, también asistirán, agregó la administración. The Epoch Times se ha puesto en contacto con la Casa Blanca para solicitar comentarios al respecto.
La decisión de enviar a los miembros del gabinete a Glasgow en medio de problemas con la cadena de suministro, la desaceleración del crecimiento económico y la pandemia de COVID-19 fue criticada por los republicanos del Congreso el domingo.
“Las prioridades políticas de la administración Biden están muy lejos de las del pueblo estadounidense. Mientras el presidente y casi la mitad de su gabinete se están dirigiendo a Escocia, a la mayoría de los estadounidenses les gustaría ver un plan para lidiar con la inflación y con el vertiginoso incremento de costos de la energía”, dijo el senador John Barrasso (R-Wyo.) a Fox News.
“Nos enteramos esta semana que la economía va cojeando con un crecimiento del PIB del 2 por ciento. El presidente Biden necesita enfocarse en los estadounidenses que luchan aquí en casa”, agregó.
A nivel nacional, encuestas recientes han sugerido que la mayoría de los estadounidenses cree que el crecimiento económico de Estados Unidos es más importante que las políticas relacionadas con el clima. Durante el verano, el Centro de Investigación de Asuntos Públicos de Associated Press-NORC encontró que el 71 por ciento de los encuestados dijo que debería centrarse en el crecimiento económico, mientras que el 46 por ciento dijo que el «cambio climático» debería ser su enfoque principal.
El domingo en Roma, el primer ministro italiano Mario Draghi emitió uno de los pocos llamados concretos a la acción. Dijo que el carbón debería eliminarse cada vez más en todo el mundo.
«Debemos acelerar la eliminación gradual del carbón e invertir más en energía renovable», les dijo a los periodistas en el evento. «También debemos asegurarnos de utilizar los recursos disponibles de manera inteligente, lo que significa que deberíamos ser capaces de adaptar nuestras tecnologías y también nuestros estilos de vida a este nuevo mundo».
Biden también se reunió el domingo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, después que las relaciones entre Estados Unidos y Turquía empeoraran por el conflicto en Siria, así como por las compras de armas rusas por parte de Ankara.
Biden reafirmó el domingo «nuestra asociación en materia de defensa y la importancia de Turquía como aliado de la OTAN, pero señaló la preocupación de Estados Unidos por la posesión por parte de Turquía del sistema de misiles ruso S-400», según un comunicado emitido por la Casa Blanca.
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