Está previsto que el presidente de EE.UU., Joe Biden, celebre una conferencia telefónica con el líder del Partido Comunista Chino (PCCh), Xi Jinping, el 28 de julio. Se espera que Taiwán sea un tema clave de la agenda, al igual que el viaje propuesto a Taipéi por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, les dijo a los periodistas el martes que la gestión de la competencia económica entre los dos países también sería un tema central de la llamada.
“Esta es una llamada que se programó durante mucho tiempo y ya hay una agenda bastante sólida de cosas para que hablen estos dos líderes”, dijo Kirby durante una conferencia de prensa.
“Todo, desde las tensiones sobre Taiwán hasta la guerra en Ucrania, además de cómo manejamos mejor la competencia entre nuestras dos naciones, ciertamente en la esfera económica”.
La llamada entre Biden y Xi será la quinta de este tipo. Se produce en medio de un continuo tocar fondo de las relaciones chino-estadounidenses en temas de comercio y seguridad, así como serios enfrentamientos sobre el papel de Taiwán en la escena mundial.
Taiwán en la mira
El PCCh afirma que Taiwán es una provincia disidente de China. Xi prometió unir la isla con el continente y no descartó el uso de la fuerza para hacerlo. Sin embargo, Taiwán se ha autogobernado desde 1949 y nunca ha estado bajo el control del PCCh.
Estados Unidos se adhiere a la Política de Una China, lo que significa que no tiene relaciones diplomáticas oficiales con Taiwán. Sin embargo, aunque no mantiene lazos entre pares, Estados Unidos está legalmente obligado a proporcionar a Taiwán las armas necesarias para defenderse.
Las relaciones entre Estados Unidos y Taiwán han vuelto a cobrar protagonismo en la última semana después de que el PCCh emitiera una serie de comentarios agresivos a Estados Unidos tras los informes de que la presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, estaba planeando un viaje a Taiwán.
El liderazgo del PCCh amenazó con “medidas enérgicas” contra Estados Unidos y Taiwán si Pelosi visita la isla. Luego de los comentarios, Biden declaró públicamente que Pelosi no debería ir a Taiwán por una cuestión de seguridad nacional, en una aparente concesión al régimen comunista.
Kirby defendió la declaración de Biden y dijo que Pelosi estaba en la línea de sucesión presidencial. Como tal, dijo, su viaje era una cuestión de seguridad nacional. Solo ella podía tomar decisiones sobre su viaje, agregó.
La beligerancia de China
Kirby dijo que la “belicosidad” del PCCh es “inútil”, subrayando la retórica cada vez más beligerante que ha surgido de Beijing en los últimos meses. Retórica que, la mayoría de las veces, se ha dirigido a Taiwán y Estados Unidos especialmente para acosarlos e intimidarlos.
En junio, un general chino llegó al extremo de amenazar al secretario de defensa de EE.UU., Lloyd Austin, diciendo que el PCCh “no dudaría en iniciar una guerra sin importar el costo” para evitar que se reconociera la independencia de Taiwán.
Mientras tanto, el PCCh ha renovado sus propias provocaciones militares contra Taiwán. Durante el último mes, el PCCh lanzó incursiones militares en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán e, incluso, llegó a afirmar falsamente que no había aguas internacionales en las 100 millas de océano entre Taiwán y el continente.
Las provocaciones no se han quedado sin una respuesta de Taiwán, cuyo gobierno democrático comenzó una serie de simulacros a principios de semana simulando un ataque con misiles chinos.
Ni Pelosi ni el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán han confirmado ningún plan de viaje. Pelosi sería la primer presidente de la Cámara de Representantes en visitar la isla desde 1997. En ese momento, el entonces presidente Newt Gingrich visitó Taipéi y le advirtió a Beijing que Estados Unidos defendería a Taiwán.
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