Uno de los exfuncionarios estadounidenses que dirigió la respuesta al COVID-19 durante la Administración Trump dijo el 22 de julio que no se esperaba que las vacunas contra el COVID-19 protegieran contra la infección.
«Sabía que estas vacunas no iban a proteger contra la infección. Y creo que exageramos las vacunas. Y eso hizo que la gente se preocupara entonces de que no va a proteger contra la enfermedad grave y la hospitalización», dijo Deborah Birx, la coordinadora de la respuesta al COVID-19 de la Casa Blanca bajo el expresidente Donald Trump, durante una aparición en Fox News.
Las vacunas contra el COVID-19 de Moderna y Pfizer recibieron la autorización de uso de emergencia a finales de 2020 para prevenir el COVID-19 sintomático, y fueron promovidas por muchos funcionarios de salud, incluida Birx.
«Esta es una de las vacunas más altamente efectivas que tenemos en nuestro arsenal de enfermedades infecciosas. Y por eso estoy muy entusiasmada con la vacuna», dijo Birx en un podcast de ABC en ese momento.
No mencionó la preocupación de que las vacunas pudieran no proteger contra la infección.
Los datos muestran que las vacunas sí previenen la infección de las primeras variantes del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), que causa el COVID-19, pero que la protección disminuye con el tiempo. Las vacunas han demostrado ser cada vez más incapaces de proteger incluso poco después de su administración, y proporcionan poca protección contra la variante ómicron y sus subvariantes.
Las vacunas siguen protegiendo contra la enfermedad grave y la hospitalización, dijo Birx el viernes. «Pero seamos muy claros: el 50% de las personas que murieron por la oleada de ómicron eran mayores y estaban vacunadas», dijo.
«Por eso digo que, incluso si estás vacunado y te aplicaste un refuerzo, si no estás vacunado, en este momento, la clave son las pruebas y el Paxlovid», añadió.
Paxlovid es una píldora producida por Pfizer contra el COVID-19 que ha tenido resultados desiguales en los ensayos y estudios clínicos, pero que las autoridades sanitarias estadounidenses recomiendan tanto a los pacientes no vacunados como a los vacunados contra el COVID-19 para evitar la progresión a la enfermedad grave.
Al presidente Joe Biden, que dio positivo esta semana, su médico le recetó Paxlovid.
Hay indicios de que la protección de las vacunas contra la enfermedad grave también está disminuyendo rápidamente a medida que surgen nuevas variantes.
Según un estudio reciente, la protección contra las visitas a los servicios de urgencias era de solo el 51%, y se redujo a solo el 12% después de cinco meses. Contra la hospitalización, la protección pasó del 57% al 24%. Un refuerzo aumentó la protección, pero ésta cayó rápidamente a niveles inferiores.
Fauci
El Dr. Anthony Fauci también ayudó a dirigir la respuesta a la pandemia en Estados Unidos junto con Birx y en su día dijo que las personas vacunadas no se infectarían.
«Lo que era cierto hace dos años, hace un año y medio, cambia porque la variante ancestral original no tenía en absoluto la capacidad de transmisión a la que nos enfrentamos con los sublinajes de omicrón, especialmente el BA. 5. Por lo tanto, la vacuna protege a algunas personas, no al 95%, de la infección, de los síntomas y de la enfermedad grave. Hace un trabajo mucho mejor a la hora de proteger a un alto porcentaje de personas de la progresión de la enfermedad grave», dijo Fauci en Fox.
Dijo que son necesarias las vacunas con compilaciones actualizadas, que se espera que se estrenen en otoño.
«Necesitamos vacunas que sean mejores. Que sean mejores por la amplitud y la durabilidad, porque sabemos que la inmunidad disminuye a lo largo de varios meses. Y esa es la razón por la que tenemos refuerzos», dijo. «Pero también necesitamos vacunas que protejan contra la infección».
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