Los líderes empresariales estadounidenses deben tener cuidado con las inversiones chinas, advirtió el secretario de Estado, Antony Blinken.
Blinken dio la voz de alarma el martes durante su intervención en la Cumbre del Consejo de directores generales de The Wall Street Journal.
“No hay distinción entre una supuesta empresa privada y el estado”, dijo. «Si una empresa privada china hace la inversión, el estado tiene acceso a lo que sea a lo que tenga acceso esa empresa».
El Partido Comunista Chino (PCCh) puede acceder a empresas privadas de diferentes formas. En China, la mayoría de las empresas, instituciones, escuelas y otras entidades tienen filiales o células del partido integradas, lo que permite a los funcionarios del partido controlar sus operaciones y hacerse con su información confidencial.
Las leyes chinas también otorgan a los funcionarios del PCCh amplia autoridad para recopilar datos. Por ejemplo, la Ley de Ciberseguridad de China, que entró en vigor en 2017, requiere que todas las empresas que operan en China almacenen sus datos dentro de las fronteras del país.
Además, la Ley contra el espionaje de China obliga a las personas y las empresas a «proporcionar de manera veraz» información para ayudar a los órganos de seguridad del Estado en sus investigaciones.
Blinken dijo que no estaba pidiendo que la economía estadounidense se desacople de China, sino que los estadounidenses estén «en guardia».
“Hay áreas críticas muy específicas que tienen importancia estratégica, importancia de seguridad, donde tenemos que estar en guardia”, dijo.
Una empresa china que ha estado bajo el escrutinio internacional en los últimos años es el gigante tecnológico chino, Huawei. El escrutinio se debe a sus amplios vínculos con el PCCh y con el ejército chino. La empresa tiene prohibido suministrar equipos de telecomunicaciones 5G a redes estadounidenses. También se ha descubierto que los equipos de Huawei tienen numerosas vulnerabilidades de seguridad.
Blinken también advirtió sobre el deseo del régimen chino de reemplazar el orden mundial actual.
“El desafío es que el orden mundial que preferiría China es profundamente antiliberal, en contraposición a uno liberal”, explicó. «Si China está ejecutando el desafío, nos pondremos de pie».
«Vamos a ser mucho más efectivos si lo hacemos en concierto con aliados y socios que están igualmente agraviados por algunas de las acciones de China».
El secretario dijo que, si Estados Unidos se une a sus aliados, una influencia económica combinada de alrededor del 40 al 50 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, tendría «un peso mucho mayor» y «más impacto» en China.
«Nuestro propósito no es contener a China, detenerla, detener el comercio y la inversión», dijo Blinken. «Nuestro propósito es mantener el orden internacional».
«Tenemos un interés muy profundo en mantener el orden, asegurándonos en la medida de nuestras posibilidades de que los países -sean quienes sean, estén donde estén- cumplan realmente las reglas establecidas, las normas, [y] cumplan los estándares».
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