El Gobierno de Brasil recibió sin alarma el anuncio que hizo este domingo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de prohibir la entrada de pasajeros procedentes de la potencia suramericana, el segundo país del mundo con más contagios reportados oficialmente por la pandemia.
La decisión del Gobierno estadounidense, que comenzará a ser efectiva a partir del próximo 28 de mayo y permanecerá vigente hasta que Trump decida lo contrario, no afectará las relaciones comerciales existentes entre los dos países.
El anuncio del país norteamericano no tomó por sorpresa al gobierno de Bolsonaro que resaltó los estrechos lazos que unen a los dos países y la cooperación bilateral que mantienen en la lucha contra el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como nuevo coronavirus.
De acuerdo con un comunicado enviado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, la medida «tiene un tenor idéntico» a las ya adoptadas con otros países como China, Irán, Reino Unido e Irlanda y aquellos que forman parte del Espacio Schengen de la Unión Europea.
«La decisión del Gobierno de los Estados Unidos se basó en criterios técnicos, que tienen en cuenta una combinación de factores tales como, los casos totales, tendencias de crecimiento, volumen de viajes, entre otros», señala el comunicado.
Para el ministerio, la restricción del Gobierno estadounidense tiene «el mismo propósito» que una medida similar adoptada por Brasil para ciudadanos extranjeros «incluidos los norteamericanos».
La cancillería explicó que la decisión adoptada por las autoridades estadounidenses establece varias excepciones, y podrán ingresar al país norteamericano quienes tengan visa de residente, aquellos que sean invitados por el Gobierno de los Estados Unidos y personal diplomático, entre otros.
Estados Unidos es el país con más afectados reportados oficialmente por la pandemia, con 1,640,630 casos y 97,599 muertes, según las cifras de la Universidad Johns Hopkins, seguido por Brasil, con más de 360,000 personas contagiadas y 22,666 fallecidos, de acuerdo con el último balance oficial.
La posibilidad de restringir la llegada de viajeros desde el gigante del sur ya había sido anticipada este domingo por el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien, quien dijo esperar que «sea temporal».
No obstante, desde el 31 de marzo, el propio Trump había admitido durante una conferencia de prensa que estaban «estudiando un veto» de viajes desde Brasil, al ser consultado sobre esa posibilidad.
Un alto funcionario de la Administración de Trump señaló a Efe en una declaración que estas restricciones «no reflejan de ninguna manera una reducción en la fuerte relación» que mantienen ambos países.
El funcionario confirmó que Trump ha hablado en dos ocasiones en los últimos dos meses con su colega brasileño, Jair Bolsonaro, sobre su lucha compartida contra el COVID-19.
De acuerdo con la cancillería brasileña, este mismo domingo el Gobierno de los Estados Unidos anunció la donación de 1000 respiradores a Brasil.
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