El enfoque de cero tolerancia de China para el COVID-19 ha cerrado una ciudad tras otra, causando que los trabajadores de la «fábrica del mundo» estén confinados en casa y no puedan ir a trabajar, que los camiones no puedan enviar mercancías no relacionadas con la pandemia y que los puertos no puedan ocuparse de los barcos.
«Los bloqueos en China ya están causando interrupciones [en la cadena de suministro mundial]», afirmaron los economistas del holding financiero japonés Nomura en un informe del 7 de enero.
Como fabricante para el mercado global, China importa materias primas de todo el mundo y exporta productos que requieren mucha mano de obra. En 2021, más del 22 por ciento del comercio mundial entró o salió de China. El comercio de China en 2021 fue de 39.1 billones de yuanes (6185 billones de dólares).
«China representó el 28.7 por ciento de la producción manufacturera mundial en 2019», informó Statista sobre los datos de la División de Estadística de las Naciones Unidas en mayo de 2021
Sin producción
Las políticas de cierre y cuarentena puestas en marcha por el régimen chino en las ciudades que anunciaron brotes de COVID-19 han obligado a cerrar fábricas.
En las ciudades en las que no se informó de la pandemia, muchas fábricas cerraron de todos modos porque no podían recibir materias primas debido a los cierres en otras ciudades o no tenían suficientes pedidos.
Xi’an, la mayor ciudad y centro de negocios del noroeste de China, con una población de 13 millones de habitantes, estuvo cerrada durante semanas en diciembre de 2021 y enero de 2022.
La estadounidense Micron y la surcoreana Samsung tienen fábricas en la ciudad para producir los chips de los procesadores utilizados en los teléfonos inteligentes, computadoras personales, piezas de automóviles y servicios. Ambas empresas advirtieron a principios de enero que el repentino cierre podría afectar al funcionamiento de estas fábricas e intensificar la escasez mundial de chips.
Las fábricas de Samsung en Xi’an fabrican alrededor del 42% de la tecnología NAND de la empresa, lo que equivale al 15% de la producción mundial de NAND, según cita Associated Press a Shelly Jang, de Fitch Ratings.
La NAND (Not AND) es una tecnología de almacenamiento no volátil que no requiere energía para retener los datos. Los productos electrónicos utilizan chips de memoria NAND para almacenar archivos de datos.
Tianjin, la mayor ciudad costera del norte de China y con 13.87 millones de habitantes, siguió el ejemplo de Xi’an y cerró la ciudad en enero.
El 13 de enero, el fabricante alemán de vehículos Volkswagen confirmó que había cerrado dos fábricas en la ciudad —la planta de vehículos FAW-VW y la fábrica de componentes VW Automatic Transmission Tianjin— el 10 de enero debido a las políticas por el COVID-19 del régimen.
El 12 de enero, el fabricante de vehículos japonés Toyota declaró que cerró su base de fabricación de vehículos en Tianjin el 10 de enero y que todos los empleados debían someterse a las pruebas de COVID-19 con regularidad de acuerdo con las normas del régimen.
El medio de comunicación chino Caixin reportó el 6 de enero que las fábricas de toda China estaban cerrando para prepararse para el próximo Año Nuevo chino, que es el 1 de febrero. El cierre se produce «unas semanas antes [que en años anteriores] debido a una combinación de escasez de pedidos e interrupciones del suministro causadas por las estrictas medidas para contener los brotes regionales de COVID-19», reportó Caixin.
Transporte
El enfoque «cero COVID» del régimen ha ralentizado la tramitación en los puertos de todo el país y ha elevado los costes de transporte de mercancías por mar, aire y tierra.
«Aunque los puertos siguen abiertos, las restricciones actuales —como las cuarentenas y las pruebas obligatorias— siguen ralentizando el transporte y provocando retrasos», citaba la CNBC a Atul Vashistha, fundador y presidente de la consultora de la cadena de suministro Supply Wisdom, el 24 de enero.
El mismo informe citaba a Judah Levine, jefe de investigación de la plataforma de reservas de mercancías Freightos Group, diciendo que el precio del transporte aéreo de mercancías aumentó hasta un 50% en algunos casos, y las tarifas de transporte marítimo desde Asia a la costa oeste de Estados Unidos subieron un 4%.
Las operaciones en el puerto de Ningbo-Zhoushan, en la provincia china de Zhejiang, el tercer puerto de contenedores más activo del mundo, se han ralentizado desde diciembre de 2021, cuando el régimen cerró el distrito de Beilun de la ciudad de Ningbo.
El 5 de enero, The Loadstart citó a la población local diciendo que es difícil acceder al puerto debido a la política de tolerancia cero y que un gran número de camioneros viven en Beilun, un distrito que está cerrado.
«Es muy difícil entrar o salir con los contenedores», decía el informe citando a una persona con información privilegiada. «Recomendamos enviar lo antes posible desde puertos alternativos en lugar de hacer fila en Beilun».
Tianjin, el mayor puerto del norte de China, se enfrenta a más dificultades porque toda la ciudad estaba bajo confinamiento.
El 27 de enero, el régimen chino anunció nuevas infecciones de COVID-19 en Zhejiang, Beijing, Shanghai, Tianjin, Heilongjiang, Hebei, Henan y Xinjiang. El régimen cerró inmediatamente cualquier barrio que identificara a un residente infectado.
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