El primer ministro Justin Trudeau afirma que mantuvo una buena conversación con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, poco después de que éste amenazara con imponer elevados aranceles a los productos canadienses por motivos de seguridad fronteriza.
«Fue una buena llamada», dijo Trudeau a los periodistas el 26 de noviembre de camino a la reunión semanal del gabinete en Parliament Hill.
El primer ministro dijo que los dos hablaron sobre «exponer los hechos» y sobre «cómo las conexiones intensas y efectivas entre nuestros dos países fluyen de ida y vuelta».
La llamada entre ambos tuvo lugar después de que Trump emitiera un comunicado en el que decía que impondría un arancel del 25 por ciento a todos los bienes procedentes de Canadá y México el primer día de su gobierno, el 20 de enero de 2025.
«¡Este Arancel permanecerá en vigor hasta que detengan esta Invasión a nuestro País de Drogas, en particular el Fentanilo, y todos los Extranjeros Ilegales!», escribió en las redes sociales. Trump añadió que Canadá y México tienen el poder para resolver este problema y hasta que lo hagan, «¡es hora de que paguen un precio muy alto!»
Trump prometió durante su campaña presidencial que impondría amplios aranceles de entre el 10 y el 20 por ciento a todos los bienes importados a Estados Unidos. Cuando el presidente electo dijo que México podría ser abofeteado con aranceles más altos, no había discutido previamente sus planes para Canadá.
El gobierno liberal lleva casi un año preparándose para la nueva administración estadounidense, anticipando que un regreso de Trump podría significar la introducción de nuevas medidas comerciales. Canadá tomó represalias después de que la primera administración Trump impusiera aranceles sobre el acero y el aluminio canadienses en 2018.
El enfoque de Ottawa ha sido enviar delegaciones a través de Estados Unidos para reunirse con diferentes niveles de gobierno y líderes de la industria para construir relaciones y comunicar sobre la importancia de la relación comercial.
«Esta es una relación en la que sabemos que hay que trabajar, y eso es lo que haremos», dijo Trudeau a los periodistas, afirmando que utilizar un enfoque de «Equipo Canadá» es «lo que funciona».
El primer ministro de Ontario, Doug Ford, también pidió un enfoque unificado al reaccionar a la declaración de Trump el 25 de noviembre. Ford dijo en las redes sociales que los aranceles serían «devastadores» para los trabajadores de Canadá y Estados Unidos y pidió a Trudeau que convocara una reunión urgente con todos los primeros ministros.
Trudeau dijo que se puso en contacto con Ford inmediatamente y acordó celebrar una reunión de primeros ministros esta semana para discutir los acontecimientos.
Intereses compartidos
Durante la campaña electoral, Howard Lutnick, el candidato elegido por Trump para dirigir el área de comercio, había enmarcado el uso de aranceles como una táctica de negociación comercial.
El 26 de noviembre, los periodistas preguntaron al ministro de Industria de Canadá, François-Philippe Champagne, si la amenaza arancelaria podía considerarse una herramienta de negociación.
«Tenemos que tomárnoslo en serio, no hay duda», dijo antes de una reunión del gabinete. Champagne dijo que aún quedan varias semanas para comprometerse antes de que Trump vuelva a la Casa Blanca. Dijo que su Gobierno hará hincapié en la importancia de la relación estratégica en materia de seguridad y resistencia de la cadena de suministro.
Tenemos que «asegurarnos de que entienden que esto tendría un impacto en la economía estadounidense», añadió Champagne.
En cuanto a las críticas de Trump a la frontera canadiense, el ministro de Inmigración, Marc Miller, dijo que el flujo de personas que van en ambas direcciones ha sido una preocupación en los últimos años.
«Así que tenemos intereses compartidos en que sea algo manejable y controlado», dijo Miller antes de la reunión del gabinete.
Miller remarcó que el flujo de migrantes que cruzan por la frontera mexicana empequeñece el de la frontera con Canadá.
«No es algo que, al mismo tiempo, quiera no tomar en serio, porque lo es; es serio», dijo. «Y tenemos el trabajo de no convertir nuestros problemas en los de los estadounidenses, y ellos tienen el trabajo de no convertir sus problemas en los nuestros».
Tom Homan, el elegido por Trump para supervisar las fronteras y facilitar su prometida «deportación masiva» de inmigrantes ilegales, dijo recientemente que considera la frontera con Canadá como una «vulnerabilidad extrema para la seguridad nacional».
Homan dijo que hay menos agentes asegurando la frontera canadiense dada la prioridad de la frontera mexicana y que le preocupan los individuos con vínculos terroristas que cruzan a Estados Unidos.
Mientras tanto, las autoridades canadienses se han estado preparando para un posible aumento de inmigrantes ilegales procedentes de Estados Unidos para evitar ser deportados. La RCMP dijo que ha trabajado en contingencias para diferentes escenarios, que van desde un pequeño repunte en los cruces hasta una «crisis completa».
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