«Buscamos salvar vidas humanas»: Universidad colombiana desarrolla respirador de bajo costo

Por Voa
16 de abril de 2020 6:00 PM Actualizado: 16 de abril de 2020 6:00 PM

La escasez de insumos médicos para enfrentar la pandemia del virus del PCCh ha sido un común denominador en el mundo y Colombia no es ajena a esta realidad. Pensando en ello, académicos de la Universidad de La Sabana diseñaron un respirador mecánico para pacientes con COVID-19.

El reto comenzó hace tres semanas, cuando un grupo de ingenieros denominado Unisabana Herons empezó a trabajar día y noche para diseñar ​un respirador que, según la institución, superó con éxito las pruebas realizadas en un laboratorio y el Instituto de Simulación Médica (Insimed), y ahora se está trabajando con la autoridad sanitaria para una aprobación al respecto y se prepara para su fabricación en serie.

En una entrevista con la Voz de América, Rolando Roncancio Rachid, director general del proyecto y vicerrector de Procesos Académicos y Proyección Social de Unisabana, señaló que la motivación se generó, primero, para aportar a las necesidades propias de la coyuntura y, segundo, para resolver la escasez de instituciones médicas, como la Clínica de la Universidad, la cual fue nombrada Hospital Centinela para Cundinamarca.​

Según el vicerrector, esperan fabricar entre 40 y 80 respiradores diarios, pero dijo que podrían producir «aún más, si se requiriera».

En principio, los respiradores se dispondrán para la clínica de la universidad, pero la idea es «proveer al país lo mejor posible y esos dispositivos se tendrán que poner a disposición del gobierno, que nos está ayudando en toda la coordinación y de Connect en Bogotá y demás para que se repartan adecuadamente. Hay unos equipos de logística del país para que lleguen a los lugares donde más se necesita».

Por su parte, el gobernador del departamento de Cundinamarca, Nicolás García, anunció el lunes que el departamento comprará los 100 primeros respiradores que produzca la institución.

El proyecto

Andrés Felipe Ramírez, profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de la Sabana e integrante del equipo de ingenieros que diseñó el respirador le contó a la VOA que el proyecto ha tenido múltiples etapas que han sido validadas por grupos médicos.

Grupo de investigadores de la Universidad de La Sabana que diseñaron un respirador mecánico para pacientes con COVID-19. Foto: Cortesía Universidad de La Sabana.

«Cuando empezamos a trabajar, el primer prototipo lo teníamos más o menos a los ocho días; después validamos en un modelo y con base en el feedback que nos dieron los doctores, generamos una segunda versión. Esta segunda versión es la que estamos ultimando y de la que van a entrar en operación», explicó Ramírez.

El reto al fabricar estos dispositivos, dice él, es hacer que los tiempos de la respiración de una persona se realicen de forma segura y que pasara las debidas pruebas.

«Probamos directamente nuestro ventilador en un modelo simulado de un pulmón de una persona. Eso era muy bueno porque no solamente simulamos el pulmón y la caja torácica sino que aparte podíamos simular diferentes patologías», afirmó el profesor, quien indicó que además se podía simular la patología de la COVID-19 y verificar que el ventilador pudiera funcionar.

Después, cuenta, «vendría una prueba muy importante que era la prueba en un video modelo. Entonces lo que hicimos fue traer nuestro respirador a un instituto de simulación médica y lo probamos». Se dieron cuenta de que efectivamente el respirador era útil, cuando un anestesiólogo, un veterinario y un neumólogo verificaron que sí mejora la condición del paciente.

Por lo tanto, «el ventilador sí está en la capacidad de salvar vidas. Eso ocurrió más o menos unos 16 días después de empezar nuestro trabajo». Ahora, agrega, se está adelantando el trabajo de escalamiento de producción y una prueba con seres humanos.


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El aparato está diseñado para pacientes con COVID-19, precisamente por la coyuntura, pues ​»permite dar soporte completo a un paciente que tiene casos graves de coronavirus; es decir, es un ventilador que te permite entregar la cantidad de mezcla, aire-oxígeno exacta, que requiere cada paciente con cada enfermedad diferente», explicó el académico de La Sabana a VOA Noticias.

El grupo ha trabajado alrededor de tres semanas en las instalaciones académicas. Foto: Cortesía Universidad de La Sabana.

No obstante, no descarta que más adelante pueda ser modificado para que se utilice para otras patologías y en en poblaciones apartadas.

Esto, precisamente, porque el dispositivo está diseñado con elementos nacionales de bajo costo y fácil consecución, y puede alimentarse por cilindros de oxígeno o conectado a las tuberías de gases hospitalarios.

«Los ventiladores comerciales pueden costar hasta 200 millones de pesos (más de 50,000 dólares), los ventiladores más avanzados; el nuestro está alrededor de unos 7 u 8 millones (aproximadamente 1700 a 2000 dólares)», explica el académico.

Funciona con corriente eléctrica y tiene una batería de respaldo en caso de interrupción de energía, y cuenta con sistemas de seguridad y alarma que evitan que se excedan las presiones tolerables por el ser humano.

«El ventilador -comenta Ramírez, tiene la capacidad de no solamente enviado el oxígeno, que es el que viene de una bala o de la toma del hospital, sino que puede realizar una mezcla de acuerdo a la necesidad del paciente».

Para todos

El objetivo de la universidad es que el modelo de fabricación del respirador sea abierto y pueda ser replicado en distintas ciudades colombianas, e incluso extranjeras.

El dispositivo está diseñado exclusivamente para tratar pacientes con COVID-19. Foto: Cortesía U. La Sabana.

En ese sentido, crearon un paquete de transferencia tecnológica abierta (sin patente). Incluso, están asesorando proyectos en Ecuador, Perú y México; y en ciudades colombianas como Yopal e Ibagué.

Es decir, el proyecto es abierto y busca beneficiar a todas las poblaciones, aclara Rachid: «El que persiga ánimo de lucro con esta situación está equivocado. Si algo que tendría que pasar con el mundo, después de esto, es que el sentido de solidaridad y de cooperación se vuelvan realmente radicales».

El proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Neumológica Colombiana, la Fundación Cardioinfantil, la Gobernación de Cundinamarca, Finandina, Insimed y el Grupo Amarey, expertos en pruebas. Para la recolección y manejo de los recursos, se ha trabajado conel gobierno, a través de iNNpulsa, y Connect Bogotá. Para la fabricación se tienen dispuestas las fábricas de Indumil, Cotecmar y Challenger.

El miércoles, el presidente de iNNpulsa, Ignacio Gaitán, manifestó que la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo apoyará el desarrollo de ventiladores que está haciendo la universidad y aseguró que el jueves la entidad estatal hará la producción del primer respirador y se iniciarán las respectivas pruebas.

El aumento de pacientes en estado crítico, a causa del virus del PCCh ha impulsado la demanda de respiradores en al menos 10 veces la cifra disponible en los hospitales de todo el mundo, según el fabricante chino Shenzhen Mindray Bio-Medical Electronics Co.


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