Diosdado Cabello, el número dos de la dictadura de Maduro, volvió a hacer declaraciones amenazantes a Colombia, esta vez se trata de misiles rusos apuntando a los barrios de la burguesía del país vecino, sin embargo, según declaraciones de expertos, se trata de armamento que no sirve para objetivos terrestres.
Después de que el presidente oficialista de la Asamblea Nacional Constituyente dijera durante un programa nacional que los misiles rusos Pechora “son candela pura” y están apuntando directamente a los barrios colombianos El Nogal y La Candelaria, “porque ahí es donde vive la burguesía”, un experto salió a desmentirlo y lo trató de ignorante.
“La verdad es que esos ignorantes no tienen conciencia”, dijo un oficial de la fuerza armada venezolana, cuyo nombre no trascendió, a Infobae, refiriéndose al desconocimiento de los funcionarios del la dictadura en relación a las capacidades técnicas de su armamento.
El Pechora es un misil tierra-aire que el régimen chavista compró a Moscú para la defensa antiaérea, y el oficial de aviación consultado por el medio antes citado aseguró que Cabello no está al tanto de lo que habla y que “solo busca engañar al público de galería que lo aplaude en el programa televisivo, incluso cuando les miente”.
Aún así, la fuente consultada resalta las malas intenciones del régimen contra la población civil y desarmada, como la que vive en las urbanizaciones amenazadas en Colombia.
Pedro Carreño, también miembro de la Asamblea Constituyente chavista, dijo algo similar unas semanas antes: “en 11 segundos un [avión caza] Sukhoi está en Bogotá; tenemos las coordenadas del palacio de Narkiño (sic), tenemos las coordenadas del barrio El Nogal donde vive la oligarquía”.
A juicio de pilotos de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FANB), Carreño tampoco sabe de lo que habla o desconoce el tiempo y la distancia desde la frontera de Venezuela a Bogotá.
“Un Sukhoi despegando de la Base Aérea Santo Domingo del estado de Táchira para ponerse en Bogotá requiere aproximadamente 20 minutos, es decir 1200 segundos, y no 11 como afirmó Pedro Carreño, porque la distancia entre Bogotá y Santo Domingo en línea recta es de unos 400 a 500 kilómetros. Esa es la velocidad de un Sukhoi 30 que tiene la Fuerza Aérea de Venezuela”, explicó un general de la Fuerza Aérea Venezolana según es citado en Infobae.
Al ser consultado por los misiles Pechora a los que se refirió Cabello, el oficial tiró por tierra cualquier posibilidad de que constituyan una amenaza real para la población colombiana.
“En primer lugar, el Pechora de casualidad alcanza los 27 kilómetros, si es que el avión no lo elimina primero. En segundo lugar, no es un arma balística, es decir no es artillería de campaña, de manera que no es para objetivos terrestres”, aseguró el experto y luego apuntó hacia Cabello: “Está quedando en ridículo, logrando que hasta los rusos se mueran de la risa con lo que dice”.
Cabello también volvió a evocar la expresión “huracán bolivariano” para referirse en este caso al “levantamiento del pueblo colombiano” contra la “burguesía”, lo que según el líder chavista será de “proporciones indescriptibles” y “no lo podrán parar nunca” cuando suceda.
Para el caudillo las olas de protestas e incidentes que están teniendo lugar en Latinoamérica, como las ocurridas en Chile, Ecuador, Colombia e incluso Perú, son manifestaciones del “resurgimiento de la izquierda bolivariana” en contra del imperialismo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), y al igual que Nicolás Maduro, las reivindica.
“Nos alegra que haya una brisa bolivariana dándole la vuelta a toda América”, dijo Cabello en una movilización transmitida por televisión nacional a principios de octubre, y añadió: “Rueguen a Dios que se quede en una brisa, porque al paso que vamos ya se está convirtiendo en una ventolera para convertirse en un huracán bolivariano que recorrerá la patria grande de América”.
Por su lado, Maduro solo se limitó a decir en un acto público televisado el domingo 20 de octubre que todos los proyectos trazados en el Foro de Sao Paulo se estaban cumpliendo.
“Foro de Sao Paulo, le puedo decir desde Venezuela, estamos cumpliendo el plan”, dijo Maduro y añadió: “El plan va como lo hicimos, va perfecto. Ustedes me entienden. Foro de Sao Paulo, el plan va en pleno desarrollo. Todas las metas que nos hemos propuesto en el Foro de Sao Paulo las estamos cumpliendo una por una”.
La sucesión de acontecimientos es interpretada por numerosos mandatarios, políticos y analistas como un plan orquestado por la izquierda para tomar el poder en América Latina, con una importante intervención del régimen venezolano y cubano.
Julio Borges, comisionado especial para las relaciones exteriores de Venezuela, fue uno de los que señalaron que detrás de las protestas existe una “estrategia de desestabilización internacional”.
En un tuit publicado el sábado 19 de octubre, Borges dijo que “¡Es momento de unir esfuerzos!” y denunció que “ninguna democracia está a salvo del plan de desestabilización que Maduro y Cuba dirigen”.
El exalcalde de Caracas en el exilio Antonio Ledezma también alertó a la comunidad internacional con una publicación en su cuenta de Twitter donde asegura que las protestas que sacuden a Ecuador y Chile, mencionando también a Argentina y Perú, tienen su “centro de operaciones” en Cuba “y su fuente de financiamiento en Venezuela”.
“Van por Argentina, Ecuador, Chile y Perú, mientras consolidan México, Bolivia y Nicaragua”, tuiteó Ledezma.
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