El repentino cambio en el discurso sobre la posibilidad de que el COVID-19 pudiera haber surgido de un laboratorio en Wuhan, China, es extraño y depende de «lo corrupto que se ha vuelto nuestro sistema», según el biólogo evolutivo Bret Weinstein.
Weinstein, biólogo y copresentador del podcast DarkHorse, lleva desde el año pasado explorando la posibilidad de que el COVID-19 pudiera haber surgido de un laboratorio. Dijo al programa «American Thought Leaders» de Epoch TV (episodio que se estrena el sábado 3 de julio) que el hecho de que la hipótesis esté recibiendo ahora un amplio reconocimiento por parte de la comunidad internacional es «completamente extraño».
«Mi canal se adelantó mucho en este tema, y fue bastante claro para muchos de nosotros, empezando por la tremenda coincidencia de que este virus haya surgido primero en Wuhan, donde hay un laboratorio de nivel de bioseguridad cuatro que estudia estos mismos virus y los mejora», dijo Weinstein. «Estaba bastante claro que había al menos una hipótesis viable que debía ser discutida».
Weinstein, profesor visitante del Programa James Madison de la Universidad de Princeton, dijo que antes de que la teoría de la fuga del laboratorio COVID-19 cobrara fuerza, los que hablaban de ella eran estigmatizados, demonizados y «retratados como racistas o retrógrados».
«Todo lo que hacíamos era seguir las pruebas», continuó Weinstein. «El cambio en esa historia fue, debo decir, completamente misterioso».
Aunque la teoría de que el virus fue el resultado de una filtración del Instituto de Virología de Wuhan (WIV, por sus siglas en inglés) fue tachada de «teoría de la conspiración» el año pasado, recientemente ha cobrado fuerza a medida que un número creciente de científicos y funcionarios han dado credibilidad a la hipótesis.
El COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), se registró por primera vez en la ciudad china de Wuhan.
Una hoja informativa del Departamento de Estado de enero planteó dudas sobre si el brote podría haber sido el resultado de un accidente de laboratorio en el WIV. Dijo que Estados Unidos tiene «razones para creer» que varios investigadores del WIV se enfermaron en el otoño de 2019 con síntomas consistentes tanto con COVID-19 como con enfermedades estacionales comunes. El departamento también dijo que el laboratorio había estado llevando a cabo experimentos militares secretos en animales desde al menos 2017, y que tiene un historial de realizar investigaciones de ganancia de función en los virus. Dicha investigación implica la modificación de los virus para que tengan características nuevas o mejoradas.
El presidente Joe Biden ordenó el 26 de mayo a la comunidad de inteligencia que elaborara un informe en 90 días sobre los orígenes del virus, diciendo que las agencias de inteligencia están estudiando teorías alternativas, incluyendo la posibilidad de un accidente de laboratorio en China.
Weinstein criticó las explicaciones ofrecidas en las últimas semanas por «todos aquellos que se habían equivocado» después de que la teoría de la fuga del laboratorio obtuviera un mayor reconocimiento.
PolitiFact, por ejemplo, se retractó discretamente el 24 de mayo de una comprobación de hechos realizada en septiembre de 2020 en la que se tachaba de inexacta y de «teoría conspirativa desacreditada» la afirmación de una viróloga de Hong Kong de que el COVID-19 se había originado en un laboratorio.
“La afirmación es inexacta y ridícula”, decía la comprobación de hechos ahora archivada. “¡La calificamos como Pants on Fire [mentir tan mal]!”.
En una nota del editor actualizada, PolitiFact explicó por qué retiró la etiqueta.
“Cuando esta comprobación de hechos se publicó por primera vez en septiembre de 2020, las fuentes de PolitiFact incluían investigadores que afirmaban que el virus del SARS-CoV-2 no podía haber sido manipulado. Esa afirmación es ahora más discutida”, señala la nota. “Por esta razón, estamos eliminando esta comprobación de hechos de nuestra base de datos a la espera de una revisión más exhaustiva. Actualmente, consideramos que la afirmación no está respaldada por pruebas y está en disputa”.
Por otra parte, el Washington Post se echó atrás discretamente de sus afirmaciones sobre la teoría de la filtración del laboratorio COVID-19.
El periódico publicó en febrero de 2020 un artículo en el que afirmaba que la idea era una «teoría de la conspiración» que había sido «desacreditada». El artículo atacaba al senador Tom Cotton (R-Ark.), que pedía una investigación sobre los orígenes del virus del PCCh.
Algunos periodistas han dicho que descartaron la teoría de la filtración del laboratorio porque los republicanos fueron en gran medida los que promovieron la idea.
Weinstein describió el fenómeno como «una carrera precipitada, por parte de todos los que se habían equivocado en la historia para explicarse, y sus explicaciones no tenían ningún sentido».
Dijo que ciertos periodistas o medios de comunicación «parecían centrarse en el hecho de que porque [el expresidente] Donald Trump se había mostrado partidario de la idea de que esto podría haber surgido de un laboratorio, eso hacía que no fuera cierto».
«Lo cual, por supuesto, es una conclusión tan ilógica que es difícil imaginar cómo alguien que se considera a sí mismo un periodista podría por un momento haber sido engañado», continuó. «Quiero decir que, en el peor de los casos, si pensaras que todo lo que dijo Donald Trump era mentira, tendrías que tomarlo como si no hubiera pruebas de ningún tipo».
«Pero no es así como la gente lo trató. Lo trataron casi como si la verdad fuera siempre lo contrario de lo que dijo».
Otros medios de comunicación también han corregido o actualizado discretamente las historias, incluido Vox, mientras que Facebook dejó de prohibir los posteos que sugerían que el virus fue creado por el hombre.
Weinstein dijo que cree que finalmente se hizo «imposible mantener la mentira pública de que la versión sobre el laboratorio estaba de alguna manera en conflicto con la evidencia».
«Y ahora sabemos por el Dr. Fauci, por sus correos electrónicos, que entre bastidores, los altos cargos tampoco se lo creían. Simplemente estaban alimentando al público con una línea por la que tenían sus propias razones para querer que el público creyera», dijo.
«Se trata de las diferentes historias que rodean al COVID-19, que nos revelan lo corrupto que se ha vuelto nuestro sistema».
Con información de Cathy He y Zachary Stieber.
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