Cambios en las uñas podrían indicar un mayor riesgo de cáncer

Un estudio de los NIH sugiere que anomalías en las uñas, como bandas blancas o rojas, pueden ser señal de una mutación genética que aumenta el riesgo de cáncer

Por George Citroner
22 de junio de 2024 4:05 PM Actualizado: 22 de junio de 2024 4:20 PM

Esas sutiles rugosidades, decoloraciones o engrosamientos de las uñas que está ignorando podrían ser algo más que simples molestias estéticas.

Un nuevo estudio demuestra que pueden ser señales de advertencia de un raro trastorno genético que aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer a una edad temprana.

Predisposición genética al cáncer

Un estudio reciente publicado en JAMA Dermatology descubrió que la presencia de onicopapilomas, anomalías benignas de las uñas identificadas por bandas blancas o rojas a lo largo de la uña, podría indicar un trastorno hereditario poco frecuente denominado síndrome de predisposición tumoral BAP1.

Este síndrome está causado por cambios en el gen BAP1, que, según las investigaciones, funciona como supresor de tumores. Las personas con esta mutación tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel, ojos, riñones y mesotelioma, asociado anteriormente a la exposición al amianto. Estos cánceres tienden a desarrollarse a edades más tempranas de lo habitual, suelen crecer con rapidez y tienen más probabilidades de propagarse.

No todas las personas con esta mutación desarrollarán tumores cancerosos, y algunas sólo experimentarán tumores cutáneos no cancerosos.

El estudio analizó a 47 participantes de 35 familias con un síndrome de predisposición tumoral BAP1 cuyas edades oscilaban entre los 13 y los 72 años.

Entre estos participantes, el 87,2 por ciento mostraba algún tipo de anomalía en las uñas. Entre ellas se incluían rayas o líneas blancas (leuconiquia), pequeñas hemorragias bajo las uñas (hemorragias en astilla), división o estratificación de las uñas (onicosquisis) y engrosamiento de las uñas (hiperqueratosis ungueal distal).

Más concretamente, el 83% de los resultados coincidían con onicopapilomas. Si se consideran únicamente los participantes de 30 años o más, el 88% presentaba estos onicopapilomas.

Una biopsia del lecho ungueal de cinco participantes confirmó la presencia de onicopapilomas. Normalmente, la afección afecta a una sola uña, pero entre los diagnosticados con el síndrome de predisposición tumoral BAP1, cerca del 88 por ciento presentaba onicopapilomas que afectaban a varias uñas.

«Creemos que la presencia de cambios en las uñas que sugieran la presencia de onicopapilomas en varias uñas debería llevar a considerar el diagnóstico del síndrome de predisposición tumoral BAP1», afirmó en un comunicado de prensa el Dr. Edward Cowen, jefe de los Servicios de Consulta Dermatológica del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).

El Examen de las uñas es prometedor para la detección temprana

Los investigadores sugieren que el cribado de uñas podría ser especialmente valioso para pacientes con antecedentes personales o familiares de melanoma u otras neoplasias potencialmente asociadas a BAP1.

Los onicopapilomas son poco frecuentes, según declaró a The Epoch Times el Dr. Raman Madan, jefe de dermatología del Hospital Glen Cove de Nueva York. Muchos casos ni siquiera se notifican, añadió, «porque es benigno».

El tratamiento típico consiste en la extirpación quirúrgica del tumor, explicó el Dr. Madan. Algunos médicos también extirpan una pequeña parte del lecho ungueal, que es la zona bajo la uña donde ésta se origina. Esto se hace para asegurarse de que el bulto no vuelva a aparecer. Aunque éste es actualmente el único tratamiento disponible, la enfermedad puede reaparecer en el 20% de los casos, y la cirugía podría explicar complicaciones. Los investigadores están estudiando métodos alternativos, como el tratamiento con láser, que puede entrañar menos riesgos.

Debido a la rareza de la afección y a la pequeña cohorte del estudio, «es difícil sacar conclusiones importantes», dijo el Dr. Madan, pero señaló que los resultados son «convincentes».

Cambios en las uñas que no deben ignorarse

El aspecto de las uñas puede indicar diversos problemas de salud.

Las uñas amarillentas o verdosas pueden indicar infecciones por hongos o psoriasis, mientras que las manchas blancas podrían relacionarse con problemas renales, hepáticos, sinusales o respiratorios. La decoloración azul o morada podría significar una mala oxigenación de la sangre, anemia o exposición a sustancias químicas.

Las enfermedades cardiacas y pulmonares, que reducen el oxígeno en la sangre, pueden provocar cambios en la forma y textura de las uñas, como los palos (uñas curvadas y abultadas). Las pequeñas abolladuras (picaduras) pueden indicar psoriasis ungueal, a menudo acompañada de una erupción psoriásica en otra parte.

El crecimiento lento de las uñas puede indicar hipotiroidismo, desnutrición o medicamentos que ralenticen el crecimiento, mientras que las uñas quebradizas pueden indicar deficiencia de zinc.

Sin embargo, los cambios en las uñas no siempre son definitivos como herramienta de diagnóstico. Consulte a un profesional sanitario sobre cambios inusuales en las uñas para determinar la causa subyacente.


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