Mientras la pandemia del virus del PCCh continúa su mortal gira por el mundo, el Partido Comunista Chino (PCCh) se encuentra en una coyuntura muy crítica. Como causa de la pandemia mundial que está matando a miles de personas cada día, los dirigentes están haciendo todo lo posible para ocultar la verdad al pueblo chino así como al resto del mundo, de lo que es y de lo que ha hecho.
Uno esperaría que tanto el pueblo chino como el mundo en general condenaran al régimen comunista chino por sus evidentes y crecientes crímenes contra la humanidad. Pero ese es el caso solo parcialmente.
Decirle buenas mentiras a buenas personas
La máquina de propaganda del Partido Comunista Chino está haciendo profundas incursiones para convencer a su población de varias mentiras que hacen que el Partido luzca mejor de lo que debería lucir a los ojos del pueblo. También está viendo algún éxito en el resto del mundo con esta estrategia.
La audiencia principal del Partido debe ser ante todo su gente joven. Aquellos de la adolescencia tardía hasta la población de los iniciales 30 años son el futuro de China y del Partido. El PCCh necesita desesperadamente persuadir a ese grupo para que no crean en sus propios ojos y acepten sin ninguna duda la increíble narración del Partido.
Gracias a los vídeos de la brutalidad generalizada del Partido contra los médicos, los periodistas y las víctimas en Wuhan, que se difundieron por toda China —una frase irónica si alguna vez hubo tan solo una— el descontento y la marginación del Partido entre sus jóvenes puede ser una preocupación mayor para el Partido de lo que aún se da cuenta.
Eso está por verse y puede que se exprese más adelante durante el año en un contexto económico de descontento.
Haciendo de EE.UU. el chico malo
La narrativa propagandística del PCCh es una mentira simple pero atrevida. Profesa que Estados Unidos es en realidad el culpable de la pandemia. Los soldados americanos, según la narración, llevaron el virus a Wuhan durante una especie de juegos militares celebrados allí.
La mentira que lo apoya, como la anterior, es totalmente interesada. China, según los medios de comunicación estatales, solo pudo responder y superar el ataque extranjero gracias a la sabiduría y la fuerza del PCCh. Beijing está usando ese ángulo para presentar al régimen del Partido Comunista como la solución a un mundo en busca de respuestas.
Todo menos la verdad
Faltan en ese arco de la historia, por supuesto, las negaciones del brote viral en noviembre y diciembre de 2019, los arrestos y las retractaciones forzadas de denunciantes, la propagación de la enfermedad durante dos meses al permitir que los chinos infectados viajen al extranjero, las muchas muertes no contabilizadas y otros errores, crueldades y omisiones.
Pese a todo, hasta ahora, el pueblo chino no ha responsabilizado al Partido de las muertes masivas de la pandemia. Se podría argumentar que la propaganda interna del PCCh es, al menos hasta cierto punto, un éxito.
Ofensiva de relaciones públicas de Beijing
Fuera de China, el Partido está ganando la guerra de propaganda en algunas partes del mundo. Esto es especialmente cierto en las regiones de África y América del Sur. Países como Etiopía y Brasil, que son beneficiarios de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (OBOR), también conocida como Un Cinturón, Una Ruta, han dado por lo menos un guiño a Beijing en su campaña de relaciones públicas.
Las actividades de rehabilitación de la imagen mundial de Beijing también han recibido una ayuda fundamental de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el caso de la OMS, su director general es Tedros Adhanom Ghebreyesus, desde el principio solo tuvo elogios para Beijing a pesar de que su comportamiento resultó en la propagación del mortal virus a todo el mundo.
Engañando a algunos, pero no a todos
No todas las naciones son engañadas por la propaganda del PCCh. Se informa que el gobierno del Reino Unido está «furioso» por las mentiras y el mal manejo chino del brote epidémico que ha terminado en la actual pandemia. Entre los infectados se encuentran varios funcionarios gubernamentales de alto rango y miembros de la familia, entre ellos el Primer Ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
El reto del Partido en materia de mensajes, por lo tanto, es mantener y ampliar la propaganda a dos públicos distintos al mismo tiempo. Eso puede ser más fácil dentro de sus fronteras, al menos por el momento, pero el liderazgo económico del Partido está ahora en serio peligro.
El PCCh amenazado por la recesión
Según algunas estimaciones, se está produciendo una profunda contracción en la economía china, de hasta un 10 por ciento en solo el primer trimestre. No es probable que esta caída recesiva mejore este año. También con una recesión o depresión global en el horizonte, el año 2021 tampoco se ve muy bien.
Una recesión plantea una amenaza directa al PCCh, cuya única fuente de legitimidad política en China es el crecimiento económico. Es por eso que la amplitud y la profundidad de la propaganda interna del PCCh a sus jóvenes ha alcanzado el nivel que tiene.
Se necesita una enorme mentira contada de muchas maneras y muchas veces, junto con mucho dinero, para oscurecer una verdad tan históricamente trágica y significativa y sus consecuencias. Paradójicamente requiere silenciar a una parte significativa de la generación más joven, mientras también al mismo tiempo obtiene su apoyo.
La realidad es que la generación de redes sociales altamente comprometida de China ha visto por sí misma la brutalidad desenfrenada del Partido contra las personas que dijeron la verdad sobre el «coronavirus de Wuhan». Sus ojos se han abierto al ser testigos de primera mano, a través de los extensos canales de redes sociales chinos del total desprecio que el Partido tiene por el pueblo chino.
Pero, ¿creerán en Beijing… o en sus propios ojos?
James Gorrie es un escritor y conferencista radicado en el sur de California. Es el autor de «La crisis de China».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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