El campo magnético del Sol puede originarse cerca de la superficie solar

Por Reuters
23 de mayo de 2024 10:47 AM Actualizado: 23 de mayo de 2024 10:47 AM

WASHINGTON—El campo magnético del Sol, causante de tormentas solares como la que azotó la Tierra este mes y produjo hermosas auroras, podría originarse a menor profundidad en el interior de la estrella de lo que se pensaba, según los investigadores.

El 30 por ciento del exterior del Sol está formado por un «océano» de gases agitados que se sumerge más de 210 mil kilómetros por debajo de la superficie solar. La investigación, que compara los nuevos modelos teóricos con las observaciones realizadas por la nave espacial SOHO, que observa al Sol, aporta pruebas fehacientes de que su campo magnético se genera cerca de la parte superior de este océano —menos del 5 por ciento hacia el interior, o unos 32 mil kilómetros— y no cerca del fondo, como se supuso durante mucho tiempo.

Además de proporcionar información sobre los procesos dinámicos del Sol, los hallazgos podrían mejorar la capacidad de predecir tormentas solares y evitar posibles daños a las redes eléctricas, las comunicaciones por radio y los satélites en órbita, según los investigadores.

La mayoría de las estrellas tienen campos magnéticos, aparentemente generados por el movimiento de gases supercalientes en su interior. El campo magnético del Sol, en constante cambio, impulsa la formación de manchas solares —parches oscuros cambiantes— en su superficie y desencadena llamaradas solares que lanzan partículas cargadas calientes al espacio.

«Entre el 5 por ciento y el 10 por ciento superior del Sol es una región donde los vientos son perfectos para crear abundantes campos magnéticos mediante un fascinante proceso astrofísico», explica Geoffrey Vasil, matemático aplicado y computacional de la Universidad de Edimburgo (Escocia) y autor principal del estudio publicado el miércoles en la revista Nature.

Este proceso implica patrones de flujo rotacional de gases supercalientes, ionizados y cargados eléctricamente, denominados plasma, en el interior del Sol.

El mecanismo exacto por el que el Sol genera su campo magnético —la dínamo solar, como la llaman los científicos— continúa siendo un problema sin resolver en la física teórica. La hipótesis de aquellos investigadores es que estos patrones de flujo son la clave.

«Si el plasma que constituye el sol fuera completamente estacionario, sabemos que el campo magnético solar decaería con el tiempo y, poco después, no habría manchas solares ni otra actividad solar. Sin embargo, el plasma del Sol se mueve, y ese movimiento es capaz de regenerar y mantener el campo magnético solar», afirma el físico teórico y coautor del estudio Daniel Lecoanet, de la Universidad Northwestern de Illinois.

El campo magnético solar fluye y refluye siguiendo un patrón distinto, con manchas solares —regiones con campos magnéticos muy grandes— que surgen y luego desaparecen cada 11 años, haciendo del sol, como lo llamó Vasil, «un reloj magnético gigante».

«Aún no sabemos cómo es que se produce. Complejos movimientos de fluidos que interactúan (en este caso, el plasma solar) acaban impulsando en última instancia una dínamo, pero aún no podemos explicar los detalles», añadió Vasil.

El polímata italiano Galileo realizó en 1612 las primeras observaciones detalladas de las manchas solares con telescopios inventados por él. El astrónomo estadounidense George Hale determinó a principios del siglo XX que las manchas solares son magnéticas.

«Y todavía nos estamos rascando la cabeza sobre estas molestas manchas solares», dijo Vasil.

Una fuerte tormenta solar que alcanzó la Tierra este mes provocó brillantes auroras en los cielos, aunque la infraestructura tecnológica terrestre permaneció intacta.

«Ocasionalmente, un grupo de manchas solares explota y lanza mil millones de toneladas de partículas cargadas calientes hacia la Tierra, como ocurrió la semana pasada», explicó Vasil.

Pero si ocurriera una poderosa tormenta solar como la de 1859, llamada Evento Carrington, podría causar daños por valor de billones de dólares y dejar sin electricidad a cientos de millones de personas, señalaron los investigadores.

«Los campos magnéticos son como gomas elásticas. Los movimientos cerca de la superficie del sol pueden estirar las bandas de goma hasta que se rompen. El campo magnético roto puede entonces lanzar material al espacio en lo que se denomina una tormenta solar. Si tenemos mala suerte, estas tormentas pueden lanzarse hacia la Tierra y causar daños importantes a nuestros satélites y a la red eléctrica», añade Lecoanet.

Con información de Will Dunham


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