Hay una razón por la cual los estadounidenses han dejado de sintonizar los Juegos Olímpicos de Beijing en cifras récord–una encuesta realizada el mes pasado mostró que el 40 por ciento de los adultos se opone a la celebración de los juegos en China. Así como hay razones por las que algunos republicanos piden un boicot completo–con atletas y todo–de los icónicos juegos. Hay razones por las que algunos atletas lamentan que se los silencie para que no hablen sinceramente en Beijing.
A menudo se citan los horribles abusos contra los derechos humanos que suceden en un país sin libertad. Se citan a uigures que son sometidos al trabajo esclavo, a la tortura y, a veces, al asesinato. Se habla sobre la pobreza que impregna a la mayoría de los chinos, y la desaparición de una tenista que se atrevió a hablar sobre un funcionario del PCCh (Partido Comunista Chino) que la agredió sexualmente.
Y sobre el virus del PCCh que infectó al mundo.
Pero una estudiante china con visa, que ahora vive en Canadá y que huyó del régimen tiránico del PCCh por temor a ser perseguida por su creencia espiritual en Falun Gong, ha hecho más que dejar de sintonizar los Juegos Olímpicos.
Lucy Liu, prodigio de la animación digital en el mundialmente conocido Sheridan College, de 25 años, compartió su difícil situación en una carta abierta al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en colaboración con su sindicato de estudiantes, quienes la apoyan.
La madre de la señorita Liu, Yan Liu, también practicante de Falun Gong, fue “desaparecida” y encarcelada por el PCCh por practicar esta pacífica práctica de meditación, que enseña los principios de “verdad, compasión y tolerancia”. Bajo sus opresores, quienes están por encima de la ley, Yan podría enfrentarse a torturas, trabajos forzados, abusos, muerte e incluso a la sustracción de sus órganos vitales.
Ni la familia ni el abogado de Yan pueden contactarla.
“Abogamos en nombre de todos nuestros estudiantes y aspiramos a un trato justo y equitativo para todos estos estudiantes y sus familias”, escribió el presidente del sindicato de estudiantes de Sheridan, Kyle Budge, a Trudeau. “Entendemos que este es un problema internacional complejo, pero como representantes de nuestro cuerpo estudiantil complejo e internacional, sería negligente de nuestra parte no presionar para que se libere a la madre de Lucy y brindarle a Lucy el apoyo que necesita”.
La carta agregó: “Pedimos su condena inmediata de estas detenciones ilegales y pedimos la liberación de la Sra. Yan Liu”.
Trudeau no ha respondido hasta el momento.
Además, la señorita Liu escribió una carta a nuestros editores expresando su consternación por la participación mundial en los Juegos Olímpicos de Beijing: “Cuando China está desplegando la alfombra roja para la ceremonia, mi madre está detenida en un campo de concentración en China debido a su creencia espiritual, y su búsqueda pacífica de la libertad de conciencia”.
La señorita Liu lamentó que en “un momento en que las familias se sientan alrededor de la mesa y disfrutan de la tradicional cena de bolas de masa hervida” durante el Año Nuevo chino, su familia fue “separada” junto con “miles de familias de otros practicantes de Falun Gong”.
“Irónicamente”, agregó, “cuando Beijing prometía construir un ‘mundo mejor y pacífico’ al albergar los Juegos Olímpicos, el régimen comunista, por otro lado, estaba persiguiendo a sus propios ciudadanos que practicaban una disciplina pacífica”.
Lejos de lograr el espíritu de los Juegos Olímpicos, los juegos han “proyectado una sombra oscura en mi corazón”, dijo.
“Mirando afuera de la pequeña habitación donde vivo, grandes copos de nieve vuelan en el cielo. Es la mayor tormenta de nieve en 10 años. Rezo para que después del frío invierno, la primavera no se quede atrás. La vida tiene altibajos, las dificultades solo pueden hacerme más fuerte y resistente. Debo tener fe y florecer. Ese es el verdadero espíritu olímpico”, concluyó.
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