Candace Cameron Bure habló recientemente sobre las presiones que enfrentó por su peso mientras filmaba la comedia «Full House».
En el episodio del 11 de agosto de «Pod Meets World», Bure compartió que su «transición más difícil» fue «alrededor de los 15, 16 años» cuando notó las expectativas externas en torno a su peso.
«Siempre fui la chica de mejillas regordetas y a mucha gente le encantó eso», dijo Bure. «Y puedo mirar atrás y decir: ‘Yo era simplemente una chica normal y promedio’. Y, sin embargo, conoces gente y siempre me dicen: ‘Eres mucho más delgada en persona'».
«Por supuesto, como adolescente, sientes esa inseguridad tanto si estás en televisión como si no. Se magnifica cuando lo estás, así que esas edades fueron un poco más incómodas para mí», añadió. «Quiero abrazar a la Candace de 15 años y decirle: ‘No pasa nada, no hagas caso a nadie'».
Después de que Bure perdiera 20 libras entre dos temporadas del programa, recordó cómo «Full House» sugirió promocionar su logro.
«Pensaban que era genial y decían: ‘En la apertura de la serie, ¿por qué no te ponemos en una bicicleta estática para promocionarla?'», explica. «Mirando atrás, no creo que fuera malo. Me esforcé mucho por perder 20 libras».
La estrella de «Fuller House» luego habló sobre un episodio del exitoso programa de los 90 dedicado a los problemas de peso de su personaje. En un episodio de la cuarta temporada titulado «Shape Up», D.J. Tanner intenta una «dieta de choque» para perder peso en preparación para una fiesta en la piscina, pero se desmaya un día en el gimnasio. Bure recuerda sentirse «un poco incómoda» mientras filmaba ese episodio.
«Hablaron con mis padres y me dijeron: ‘¿Te sentirías cómoda si escribiéramos un episodio así? Y yo dije: ‘Sí, claro’. Pero cuando estás en él y haciéndolo, se siente un poco incómodo».
Dolores crecientes
Al principio del episodio, la autora de best-sellers del New York Times también contó lo extraño que fue experimentar la pubertad en la pantalla mientras los espectadores veían cómo cambiaba su aspecto en tiempo real durante la emisión del programa.
«Es extraño crecer delante de una cámara y pasar por la pubertad en la televisión nacional», dijo.
Bure también compartió las limitaciones que se le imponían en cuanto a su aspecto en el set cuando era una adolescente que deseaba tomar sus propias decisiones.
«Me corté el pelo, siempre lo tuve largo, y luego hice un corte recto que me llegaba justo por encima de los hombros», dijo. «Pero no se lo dije a los productores a propósito y lo hice un fin de semana cualquiera mientras estábamos en mitad de la temporada».
«Así que cuando me presenté ese lunes en el trabajo, me amonestaron», continuó. «Fueron amables, pero me llevaron y me dijeron: ‘No puedes hacer esto en absoluto. Deberías haber hablado antes con nosotros'».
La actriz creía que le habrían prohibido cortarse el pelo si hubiera pedido permiso, señalando la cantidad de control que el programa tenía sobre su aspecto.
«No me sentí bien, pero es muy cierto, no tienes control sobre tu aspecto o tu apariencia», dijo Bure.
Fe y salud física
Tras pasar décadas frente a la pantalla, Bure no es ajena a los inalcanzables cánones de belleza y a las expectativas que se depositan en las mujeres. En un episodio de febrero de «Relatable with Allie Beth Stuckey», la actriz compartió los problemas de imagen corporal a los que se enfrenta hoy en día.
«Hablemos de la moda de Ozempic… Estoy como, ‘¿Debería tomar Ozempic?». preguntó Bure, afirmando inmediatamente que no lo haría. «Pero estas son las cosas que se me pasan por la cabeza porque el nivel es muy alto, y estoy todo el día delante de la cámara».
«Esta presión está tan arraigada que gran parte de ella proviene de mí misma, ya que crecí con ella. A veces, no sé cómo evitar sentir esa presión», añadió.
Sin embargo, la estrella de «Unsung Hero» cree que su fe cristiana y su mentalidad general contribuyen en gran medida a su bienestar.
«Hablo mucho con Dios, mantengo un diálogo constante con él», explica. «Mi vida de oración es muy intensa, mis conversaciones con Él son muy intensas».
«Porque, en realidad, es una batalla mental —muchos de los desórdenes alimentarios lo son— y si atraigo al Espíritu Santo a mi mente, y estoy constantemente rezando y pidiéndole a Dios que renueve mi mente, eso ayuda», añadió.
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