Candidato a trasplante de cabeza cambió de opinión luego de enamorarse y convertirse en padre

Por Chris Jasurek
20 de diciembre de 2018 5:40 PM Actualizado: 20 de diciembre de 2018 5:40 PM

El hombre que se ofreció como voluntario para ser el primero en ser sometido a una operación para trasplantar su cabeza completa a un nuevo cuerpo no llegó a realizarse la cirugía –y no piensa hacerlo, ya que tiene una vida nueva y mejorada.

Valery Spiridonov ha sufrido toda su vida de la enfermedad de Werdnig-Hoffmann, que causa la atrofia de sus músculos. No puede ponerse de pie, y mucho menos caminar. Ha pasado la mayor parte de su vida atrapado en una silla de ruedas.

Spiridonov, ahora de 33 años, oyó hablar de la investigación innovadora del neurocirujano italiano Dr. Sergio Canavero en 2015.

Canavero publicó un artículo en 2013 en el que describía el procedimiento para un trasplante de cabeza completo: unir una cabeza sana a un cuerpo donante. Publicó sus planes actualizados en junio de 2015, y Spiridonov se ofreció inmediatamente como voluntario.

«Apenas puedo controlar mi cuerpo ahora», dijo Spiridonov a Medical News Today en 2015. «Necesito ayuda todos los días, cada minuto. Ahora tengo 30 años, aunque la gente rara vez vive más de 20 años con esta enfermedad».

En su artículo de 2015, Canavero estimó que un equipo de 100 cirujanos tardaría 36 horas en completar la operación.

La mayor parte de la comunidad médica era escéptica. Incluso Canavero tuvo que admitir que aunque la reconexión de las venas y las arterias sería relativamente fácil, la conexión de las dos médulas espinales (fusión espinal, o SCF) sería extremadamente difícil.

En el documento de 2015, Canavero dijo: «La clave para la SCF es el corte agudo de las médulas mismas, con el consiguiente daño mínimo tanto a los axones de la materia blanca como a las neuronas de las láminas grises. Este es un punto clave».

Spiridonov supo que la fecha más temprana posible para la cirugía sería dos años después, por lo menos. Sin embargo, Canavero dijo a Newsweek que confiaba en que habría un 90 por ciento de posibilidades de éxito.

El cirujano italiano Sergio Canavero da una conferencia de prensa el 18 de noviembre de 2016 en Glasgow, Escocia. (Jeff J Mitchell/Getty Images)

La investigación sobre el trasplante de cabeza se traslada a China

De hecho, pronto se reveló que la posibilidad de éxito era nula.

Casi exactamente dos años después de que Canavero publicara su segundo artículo, Spiridonov admitió públicamente que la cirugía no iba a ocurrir, reportó el Daily Mail. En junio de 2017, Spiridonov dijo que Canavero había decidido realizar la cirugía en China.

Es posible que el médico haya cambiado sus planes para aprovechar las leyes de ética médica más flexibles de China y evitar complicaciones legales si la cirugía fracasaba.

En noviembre de 2017, Canavero anunció que había trasplantado con éxito la cabeza de un cadáver a otro. Trabajando con un equipo dirigido por el Dr. Xiaoping Ren de la Universidad Médica de Harbin, China, Canavero injertó la cabeza de un cadáver en el cuerpo de otro, un procedimiento que duró 18 horas, según el Telegraph.

Canavero y Xiaoping se habían unido previamente para trasplantar la cabeza de un mono a otro, reportó el Telegraph. El mono nunca recobró el conocimiento y, de haberlo hecho, habría quedado paralizado: los cirujanos no intentaron fusionar las dos médulas espinales.

El próximo paso será un intercambio de cabezas entre dos donantes de órganos con muerte cerebral, dijo Canavero al Sun. Después de eso, comenzaría a trabajar con un donante chino con una enfermedad o discapacidad como la que tenía Spiridonov.

Esto ha planteado algunas dudas con respecto al origen de los cuerpos chinos que están siendo utilizados para los experimentos, dada la poca credibilidad de las fuentes de órganos oficiales en China. Investigadores independientes vienen denunciando que la verdadera fuente de órganos para la enorme cantidad de trasplantes en China son los prisioneros de conciencia –personas encarceladas por su fe, en su mayoría practicantes de Falun Dafa (o Falun Gong), y también cristianos, budistas tibetanos y uigures.

Los hallazgos indican que la enorme población de prisioneros por su fe es utilizada como un banco de órganos vivos, y ante la necesidad de un órgano para trasplante, el prisionero más compatible es asesinado durante el proceso en que su órgano es removido para el trasplante.

El mismo Spiridonov expresó su preocupación por la falta de información sobre los experimentos del Dr. Canavero en China.

Evening before #sime at #stockholm

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«No lamento que Canavero no haya logrado su objetivo… o sí lo alcanzó y falló», dijo en declaraciones al periódico ruso Komsomolskaya Pravda.

«Todo el mundo podría beneficiarse de la información sobre qué falló en China y por qué. Hoy en día, no tengo esa información y eso no ayuda a seguir investigando. Realmente espero que algún día Canavero lo publique en detalle», agregó Spiridonov.

A pesar de haber perdido la oportunidad de tener un cuerpo sano, el informático nacido en Rusia no está desilusionado.

«Siento que se me quita un peso del pecho», dijo Spiridonov al Daily Mail. Nunca tuve un motivo vano para ser el primer [sometido a un trasplante de cabeza]. Dí dos años de mi vida a este proyecto. Estaré contento de verlo suceder [con otra persona]».

Una buena vida a pesar de su enfermedad

Valery Spridinonov no pasó esos dos años en vano.

Mientras esperaba la respuesta de Canavero, el experto en computación diseñó una silla de ruedas «inteligente» que responde a los comandos de voz –perfecta para sus necesidades.

Spiridinov se mudó a la Florida, donde ingresó a la Universidad de Florida para estudiar el análisis computarizado de las emociones, reportó The Sun. Mientras tanto, se dedica a trabajos de consultoría.

Aunque los cambios más importantes en su vida no son técnicos ni médicos, sino románticos.

Spridonov se casó con la especialista en tecnología química Anastasia Panfilova en una ceremonia celebrada en Moscú hace aproximadamente un año. Ella se mudó a Estados Unidos para estar con él y recientemente dio a luz al primer hijo de la pareja: un niño.

«Vivíamos en la misma ciudad, y solíamos encontrarnos en ambientes profesionales, y pronto nos dimos cuenta de que nos sentíamos muy bien juntos», explicó Spiridonov al Daily Mail.

«Ella tiene varios diplomas. Nos casamos hace poco más de un año en Moscú».

La enfermedad de Werdnig-Hoffmann puede transmitirse a los hijos. Poco después de enterarse de que Panfilova estaba embarazada, se sometió a exámenes y los resultados mostraron que el niño no heredó el gen dañado que causa la enfermedad.

Spiridonov lo considera un «milagro».

El nuevo y valiente padre no se arrepiente de no tener un cuerpo sano.

«Estoy profundamente agradecido con Canavero», le dijo Spiridonov al Sun. «Gracias a nuestros esfuerzos conjuntos, mucho está cambiando para mejor, y para mí también.»

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