Durante los descansos de sus despliegues en la guerra de Afganistán, Craig empezó a fumar cannabis para aliviar el estrés, tal como lo había hecho cuando era adolescente. Sin embargo, una noche, las cosas cambiaron cuando él y sus dos hijas pequeñas se atrincheraron en el dormitorio principal.
«Pensó que la casa estaba rodeada de terroristas», relató Jennifer Thomas, la madre de las niñas, mientras hablaba con The Epoch Times. «Esa noche fue mala, dijo que estaban bajo ataque. Las otras veces anteriores fueron principalmente él viendo auras y extraterrestres hablando».
La policía militar llevó a Craig a un hospital psiquiátrico, donde le diagnosticaron esquizofrenia cuando tenía 26 años.
La historia de Craig es uno entre un número cada vez mayor de casos, que involucran principalmente a hombres, en los que el consumo de cannabis contribuiye a que el diagnóstico de esquizofrenia se produzca a los 20 años.
El vínculo cannabis-psicosis
Una nueva investigación del Reino Unido muestra que los adultos que consumieron cannabis de alta potencia entre los 16 y los 18 años tienen el doble de probabilidades de experimentar episodios psicóticos como alucinaciones y delirios a mediados de los 20 años en comparación con aquellos que consumen cepas de baja potencia o se abstienen. El estudio longitudinal, publicado en Addiction, destaca los riesgos del cannabis para el desarrollo del cerebro de los adolescentes.
«Los jóvenes que consumen formas de cannabis de mayor potencia tienen el doble de probabilidades de tener experiencias asociadas con la psicosis, como alucinaciones y delirios», dijo la autora principal Lindsey Hines, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Bath con un doctorado en psiquiatría epidemiológica, afirmó en un comunicado de prensa.
En las últimas décadas, los productos ilícitos de marihuana se volvieron significativamente más potentes. La concentración de tetrahidrocannabinol (THC), —el compuesto psicoactivo del cannabis responsable de la sensación de «euforia» y vinculado a las experiencias psicóticas en algunas personas— aumentó de alrededor del 10 por ciento en 2009 a aproximadamente el 14 por ciento en 2019, según una revisión científica publicada en Psiquiatría Biológica: Neurociencia Cognitiva y Neuroimagen.
«Éste es el problema», dijo a The Epoch Times Yasmin Hurd, directora del Instituto de Adicciones del Mount Sinai en Nueva York. «Mucha gente no se da cuenta de que el cannabis que se consume hoy en día —la mayoría o la totalidad—es de alta potencia».
Los investigadores examinaron datos del estudio Niños de los 90 (ALSPAC) de la Universidad de Bristol , el estudio de cohorte de nacimientos más completo de su tipo. El estudio recopiló información y datos de alrededor de 14 mil adolescentes de entre 16 y 18 años. Luego, cuando tenían 24 años, se pidió a los participantes que revelaran los tipos de cannabis que consumían y cualquier experiencia psicótica, como alucinaciones o delirios, que pudieran haber experimentado.
El estudio encontró que el 6.4 por ciento de los jóvenes que consumían cannabis tenían nuevas experiencias psicóticas, en comparación con el 3.8 por ciento de los no consumidores. Además, después de comenzar a consumir cannabis, el 10.1 por ciento de los jóvenes que consumían cannabis de mayor potencia informaron nuevas experiencias psicóticas, frente al 3.8 por ciento que consumía cannabis de menor potencia lo hicieron.
«Es importante destacar que los jóvenes a los que preguntamos no habían informado previamente de estas experiencias antes de comenzar a consumir cannabis», dijo la Sra. Hines. «Esto se suma a la evidencia de que el uso de cannabis de mayor potencia puede afectar negativamente la salud mental».
Un THC más fuerte es una bomba de tiempo para la salud mental
El cannabis plantea un mayor riesgo de psicosis que el tabaco o el alcohol, según la Sra. Hurd, quien señaló que los nuevos hallazgos se alinean con numerosos estudios que vinculan el consumo de cannabis con la psicosis.
Un estudio de 2017 en The American Journal of Psychiatry encontró que las personas que experimentan incluso un episodio psicótico inducido por cannabis tienen un 47 por ciento más de posibilidades de desarrollar esquizofrenia o trastorno bipolar, y la autolesión después de dichos episodios indica el mayor riesgo. De los que experimentaron psicosis inducida por sustancias, la mitad desarrolló esquizofrenia en tres años, mientras que la otra mitad se convirtió en trastorno bipolar en casi 4.5 años.
Se cree que tanto la esquizofrenia como el trastorno bipolar implican desequilibrios en las sustancias químicas del cerebro (neurotransmisores) y anomalías en la estructura y función del cerebro. Estos factores neurológicos pueden contribuir al desarrollo de síntomas psicóticos, como alucinaciones y delirios, en ambos trastornos.
Un estudio publicado en Molecular Psychiatry analizó marcadores genéticos para evaluar la relación entre el cannabis y la psicosis y encontró que «el uso de cannabis está causalmente relacionado con el riesgo de esquizofrenia», lo que significa que el cannabis es un factor que influye en la aparición del trastorno.
Un estudio danés de 2023 informó que el trastorno por consumo de cannabis (CUD) es un importante factor de riesgo de esquizofrenia entre los hombres jóvenes, y se estima que el 30 por ciento de los casos entre hombres de 21 a 30 años podrían evitarse mediante la prevención del CUD, un diagnóstico de abuso o dependencia problemática del cannabis que afectaba 14.2 millones de estadounidenses de 12 años o más en 2020.
Si bien no todos los consumidores jóvenes de cannabis desarrollan psicosis, la Sra. Hurd dijo que factores como comenzar antes de los 16 años, el uso frecuente y una mayor potencia aumentan el riesgo, lo que potencialmente desencadena condiciones en personas genéticamente predispuestas, como encontró un estudio de 2018 que utilizó datos de 23andMe.
El mayor riesgo de psicosis debido al cannabis más potente «debe tomarse en serio, especialmente a la luz de la actual crisis de salud mental», escribieron la Sra. Hurd y sus colegas en un comentario de 2024 en The American Journal of Psychiatry.
Desafíos futuros
A pesar de la evidencia que vincula el cannabis con la psicosis, el consumo entre adolescentes se disparó un 245 por ciento entre 2000 y 2020, según una investigación publicada en Clinical Toxicology. Los autores atribuyeron el aumento a los productos comestibles populares, y la legalización hace que el cannabis parezca más seguro y accesible para los adolescentes, a pesar de que solo es legal para adultos en 24 estados y Washington, DC.
Los ingresos fiscales de la industria del cannabis deben financiar estrategias de prevención para mitigar los impactos en los cerebros en desarrollo, escribieron Hurd y sus colegas en el comentario.
La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) propuso recientemente trasladar el cannabis a una droga de la Lista III, lo que reduciría la pena por vender o entregar la droga en estados donde sigue estando tipificada como delito.
La legalización de la marihuana medicinal en más estados en los últimos años ha hecho que el cannabis sea ampliamente accesible. Sin embargo, la Sra. Hurd señaló que las cepas altamente adictivas actuales no son benignas. «El período de la adolescencia es una ventana crítica para el riesgo de CUD», dijo, y agregó que esto sólo hace que la necesidad de educación e intervención en salud pública sea más crítica.
Si bien «no deberíamos criminalizar el consumo», dijo, la tendencia a legalizarlo y reducir las penas ignora el hecho de que las cepas actuales están hechas deliberadamente para ser adictivas porque «como todo lo demás, es un negocio, y el negocio es conseguir más clientes», añadió.
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