Miles de migrantes continuaron el día de Navidad caminando por el sur de México, rumbo a la frontera con Estados Unidos.
El domingo, el grupo de migrantes, en su mayoría centroamericanos y caribeños, había caminado más de 14 kilómetros desde la ciudad fronteriza sur de Tapachula para llegar a Álvaro Obregón, con planes de partir nuevamente alrededor de las 4 a.m. del día siguiente.
Entre los migrantes había adultos solteros, pero también familias enteras, todos ansiosos por llegar a la frontera de Estados Unidos, enojados y frustrados por tener que esperar semanas o meses en la cercana ciudad de Tapachula para obtener documentos que les permitieran continuar su viaje para ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
México dice que no otorga visas de tránsito, pero los migrantes siguen esperando obtener algún tipo de documento para al menos poder tomar autobuses hasta la frontera con Estados Unidos.
México dice que detectó 680,000 migrantes moviéndose por el país en los primeros 11 meses de 2023.
Con alrededor de 6000 personas, la caravana de migrantes que partió el domingo fue la más grande desde junio de 2022, cuando un grupo de tamaño similar partió de Tapachula.
Y, al igual que la caravana de 2022, que comenzó cuando el presidente estadounidense Joe Biden recibió a los líderes en Los Ángeles para la Cumbre de las Américas, la caravana navideña de este año se produjo unos días antes de que los funcionarios estadounidenses se reunieran con sus homólogos mexicanos en la Ciudad de México para explorar formas de frenar el número de inmigrantes que aparecen en la frontera suroeste de Estados Unidos.
El gobierno mexicano ya ha dicho que está dispuesto a ayudar a intentar impedir que los migrantes crucen México; el gobierno no tuvo otra opción después de que funcionarios estadounidenses cerraron brevemente dos cruces fronterizos ferroviarios vitales en Texas, diciendo que estaban abrumados por el procesamiento de inmigrantes ilegales.
Eso obstaculizó el transporte de carga que se trasladaba de México a Estados Unidos, así como el grano necesario para alimentar al ganado mexicano que se desplazaba hacia el sur. Desde entonces se reabrieron los cruces ferroviarios, pero el mensaje fue claro.
Se espera que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegue a la Ciudad de México el miércoles para negociar nuevos acuerdos que controlen el aumento de migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos. La delegación estadounidense también incluirá al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y a la asesora de seguridad nacional de la Casa Blanca, Liz Sherwood-Randall.
Este mes, hasta 10,000 inmigrantes ilegales fueron arrestados por día en la frontera suroeste de Estados Unidos.
En mayo, México acordó recibir inmigrantes de países como Venezuela, Nicaragua y Cuba que habían sido rechazados por Estados Unidos por no seguir reglas que proporcionaban nuevas vías legales para el asilo y otras formas de migración.
Pero ese acuerdo, destinado a frenar el aumento de la migración pospandemia, parece ser insuficiente a medida que las cifras vuelven a aumentar.
Los arrestos por cruce ilegal superaron los 2 millones en cada uno de los dos últimos años fiscales del gobierno estadounidense.
Con información de Associated Press y Reuters.
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