Opinión
Una carrera armamentista acelerada determinará la competencia por la primacía estratégica entre Estados Unidos y China. Percepciones de debilidad estadounidense podrían tentar a China a arriesgarse a una guerra. Está en juego si las futuras generaciones se beneficiarán de un orden democrático liberal prevaleciente o son envueltas por un orden antidemocrático iliberal en expansión, organizado, conducido y armado por el Partido Comunista Chino (PCCh).
No es aun parte de su frenético discurso en las redes sociales, pero las generaciones más jóvenes de estadounidenses que protestan ahora «pacíficamente» contra la policía mientras simpatizan con los movimientos políticos criptomarxistas, podrían en la siguientes dos décadas enfrentarse a la amenaza extranjera militar más profunda de la historia de Estados Unidos.
Esta amenaza vendrá del Partido Comunista Chino (PCCh) y su Ejército Popular de Liberación (EPL), ahora reconfigurado para lograr una proyección de potencia global, apoyado por una capacidad de armas nucleares iguales o mayores a las de Estados Unidos, y respaldado por robustas capacidades para disputar el control de las órbitas bajas de la Tierra o incluso el sistema Tierra-Luna.
Hoy, China es la potencia militar extranjera dominante en África y busca tener presencia militar en Latinoamérica. Ha renegado de su compromiso internacional sobre Hong Kong y podría pronto tratar de conquistar a la democrática Taiwán. La estrategia del PCCh es desmantelar el sistema de alianza liderado por EE. UU. en Asia y el Pacífico, neutralizar a la India democrática y llevar a Europa lejos de la alianza del Atántico y hacia China, mientras busca dominar las tierras de Eurasia, para incluir las repúblicas de Asia Central y llegar tan lejos como el Ártico ruso.
Un artículo del 18 de julio de 2020, del South China Morning Post de Hong Kong, recordaba lo rápido que el EPL está juntando capacidad de proyección de poder global, pronosticando que para el 2035, la Marina del Ejército Popular de Liberación (MEPL) podría tener seis portaviones. Lo que no se dice es que el número podría ser más cercano a los 10 portaviones en 2050, incluyendo portaviones nucleares. Previamente, fuentes chinas han sugerido que el MEPL desarrollará también cruceros escolta nucleares y barcos de reabastecimiento nucleares, para formar el primer grupo de batalla de portaviones nucleares del mundo.
Los grupos de batalla de portaviones nucleares serán unidos por una marina mucho más grande de asalto anfibio capaz de transportar poderosas unidades de peso mediano de fuerzas marítimas y terrestres. Rumores recientes de fuentes chinas apuntan a un buque de guerra anfibio «Tipo 076» con puerto de aterrizaje de helicóptero(LHD) configurado para lanzar grandes vehículos de combate aéreo no tripulado (UCAV), lo que podría significar más «portaviones híbridos» de apoyo a los grandes portaviones. Muchos más portaviones pesados de transporte moverán las fuerzas terrestres mecanizadas de peso bajo y mediano. Estas fuerzas del MEPL y aerotransportadoras permitirán al EPL proyectar poder dominante para apoyar las facciones políticas antidemocráticas o ayudar a las nuevas a lograr la victoria.
Durante la Guerra Fría, las democracias pudieron unirse para enfrentar a la ex Unión Soviética en gran parte debido a la seguridad del compromiso estadounidense en proveer el liderazgo y poder militar requerido. Al igual que durante la Guerra Fría, el arma más poderosa que Estados Unidos podría usar para contrarrestar la hegemonía del PCCh sería su poder marítimo, el núcleo del cual era el grupo de batalla de los portaviones. Hasta que puedan sumergirse o volar, el grupo de batalla de portaviones seguirá siendo la más flexible de las plataformas, una base móvil para las operaciones ofensivas y de defensa en el mar o en tierra.
Sin embargo, el más reciente portaviones U.S.S. Ford de 100,000 toneladas costó casi USD 14,000 millones de dólares por buque, reduciendo el presupuesto para la marina de EE.UU. Algunos sugieren que en vez de los 12 portaviones actualmente autorizados, la marina podría solo ser capaz de cubrir el gasto de nueve portaviones. Debido a los ciclos de mantenimiento y entrenamiento, esto significa que a lo sumo, Estados Unidos será capaz de desplegar tres o cuatro portaviones, una capacidad que la marina de China podría igualar a fines de la década de los 2030.
Lo que se requiere ahora es la previsión de nuevos tipos de buques estadounidenses que puedan anclar estrategias futuras para detener o derrotar las amenazas marítimas chinas globales a una fracción del costo del U.S.S. Ford. Un intento de hacerlo comenzó en 2013 con el barco Defensa de Misiles Balístico (BMD) de la constructora de barcos estadounidense Huntington Ingalls, el cual pone 288 misiles aire-tierra en la plataforma de aterrizaje (LPD) de un buque de asalto anfibio de 2000 millosnes de dólares y de 25,000 toneladas. Su conjunto de radares de fase de largo alcance podría ayudar a guiar los misiles balísticos de alcance medio e intermedio de 2000 a 5000 km, que desarrolla ahora el Departamento de Defensa.
Sin embargo la falta de potencia aérea orgánica del LPD significa que sería dependiente de satélites de comunicación e inteligencia vulnerables para ataques distantes. Así que el portaviones de USD 3000 a 4000 millones que lleva el Aterrizaje de Helicóptero de Asalto (LHA) de 43,000 toneladas podría ofrecer una mejor plataforma de la cual construir un nuevo «portaaviones con arsenal» para complementar el portaviones. Una versión un poco más grande de 50,000 toneladas del LHA podría ser armada con 200 lanzadores verticales para misiles antiaviones, antimisiles, misiles balísticos antibuques, y misiles balísticos para ataques terrestres. Se pueden comprar tres por casi el costo de un portaviones nuclear.
Los misiles del portaaviones con arsenal podría inmediatamente atacar grupos de portaaviones del MEPL o a blancos en tierra a miles de kilómetros. Además, la posibilidad de llevar una flota aérea de 20 a 30 aviones caza F-35B, aviones tiltrotor MV-22, y una aeronave no tripulada podría apoyar las operaciones futuras de guerra electrónica, ataques y operaciones de comando, que suplanten activos satelitales denegados. Estos buques podrían también heredar la capacidad de realizar misiones de asalto anfibias.
El portaaviones con arsenal podría dar ahora a los estadounidenses los medios para resistir la hegemonía del PCCh en 20 años cuando quizás más lo necesiten.
Richard D. Fisher, Jr. es senior fellow del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia.
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[Informe Especial] Manipulando a Estados Unidos: La estrategia del comunismo chino
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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