El exdirector en funciones de la CIA que redactó la famosa carta sobre la laptop de Hunter Biden quería dar a la campaña de Joe Biden un «tema de conversación» para utilizar en un debate contra el entonces presidente Donald Trump, según correos electrónicos publicados el 10 de mayo.
«Intentando dar a la campaña, particularmente durante el debate del jueves, un tema de conversación para hacer retroceder a Trump en este asunto», escribió Michael Morell, ex alto cargo de la agencia de espionaje, en uno de los correos electrónicos del 19 de octubre de 2020.
Morell escribía a John Brennan, otro exdirector de la CIA, para preguntarle si Brennan añadiría su nombre a la carta.
«Añade mi nombre a la lista. Buena iniciativa. Gracias por pedirme que firme», respondió Brennan.
La carta, que se preparó después de que el New York Post publicara la primera historia sobre los archivos de la laptop que una vez fue propiedad del hijo de Joe Biden, afirmaba que los archivos tenían «todas las características clásicas de una operación de información rusa». Politico, que reportó por primera vez sobre la carta, tituló el artículo «La historia de Hunter Biden es desinformación rusa, dicen docenas de exfuncionarios de inteligencia», y Brennan fue uno de los firmantes en afirmar la desinformación en público fuera de la carta.
Nick Shapiro, que trabajó a las órdenes de Brennan en la CIA, facilitó la carta a Politico. Pero fue Morell, director interino de la CIA durante la Administración Obama, quien la organizó, según información revelada recientemente, incluido un informe de la Cámara de Representantes publicado el 10 de mayo.
Morell empezó a recoger firmas tras recibir mensajes de altos cargos de la campaña de Biden, entre ellos el actual secretario de Estado Antony Blinken y Andrew Bates, actual vicesecretario de prensa de la Casa Blanca. La llamada de Blinken «provocó» la carta, dijo Morell en una entrevista transcrita. Bates envió un artículo de prensa que citaba a Michael Carpenter, exfuncionario del Departamento de Estado que dirige el Penn Biden Center, afirmando que la historia del Post era «una operación de desinformación rusa».
Ni Carpenter ni la carta aportaban pruebas que respaldaran las afirmaciones. Morell dijo en un mensaje que Marc Polymeropoulos, un oficial retirado de la CIA que redactó la carta, que «da la sensación» de que los rusos estaban implicados.
John Paul Mac Isaac, propietario de una tienda de informática de Delaware, ha dicho que Hunter Biden dejó la laptop en su tienda, y ha publicado documentos que muestran que el FBI buscó los archivos, así como la firma de Hunter Biden en un papel. Muchos medios de comunicación han dicho que han autentificado la laptop y su contenido.
John Ratcliffe, director de inteligencia nacional del mismo, dijo públicamente que «la laptop de Hunter Biden no forma parte de ninguna campaña rusa de desinformación».
Después de que Polymeropoulos redactara la carta, Morell la editó, dijo el exdirector de la CIA. Los planes iniciales eran publicar un artículo de opinión, pero se transformó en la carta, dijo Polymeropoulos a los investigadores de la Cámara.
«No recuerdo cómo pasó de lo que yo pensaba que era un artículo de opinión a una carta. Sí me mencionó que alguien del mundo de Biden le había pedido que lo hiciera», dijo.
Morell explicó a la comisión de la Cámara de Representantes que investigó la historia del Post leyéndola y realizando algunas búsquedas en Internet. Dijo que no habló con ninguna persona como parte de esa investigación.
«Aquí había dos intenciones, ¿verdad? Una era dejar claro al pueblo estadounidense que los rusos estaban interfiriendo en las elecciones, y la otra era ayudar al vicepresidente Biden en el debate», dijo Morell.
«Quería ayudarlo a ganar las elecciones», añadió Morell.
En otro correo electrónico, dirigido a la exagente de la CIA Kristin Wood, Morell dijo que tenía «el control del documento».
«Cuantos más ex oficiales de inteligencia mejor», escribió Morell. «[La] Campaña estará encantada».
Trump sacó a colación la «laptop del infierno» durante el debate de octubre de 2020. Biden contraatacó haciendo referencia a la carta.
«Hay 50 exmiembros de la inteligencia nacional que dijeron (…) cinco exjefes de la CIA, de ambos partidos, dicen que lo que está diciendo es un montón de basura», dijo Biden. No mencionó la implicación de su campaña.
«La CIA utilizó su influencia sobre sus exempleados para obligarlos a firmar la misma carta que las empresas de tecnología y medios de comunicación utilizaron para censurar las historias de corrupción que salían de la laptop de Hunter», dijo por correo electrónico a The Epoch Times el representante Matt Gaetz (R-Fla.), miembro del Subcomité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Uso como Arma del Gobierno Federal, que elaboró el nuevo informe.
«La CIA no se conformó con alterar los resultados de las elecciones en el extranjero», añadió. «Trajeron esa ambición a casa. Le robaron las elecciones de 2020 a Trump».
La CIA no ha respondido a las solicitudes de comentarios.
Además de Morell, Shapiro y Wood, varios otros ex oficiales de la CIA firmaron la carta, incluidos John Tullius, David Vanell, Peter Corsell y David Cariens.
Estos funcionarios fueron contactados por Morell, Polymeropoulos y Wood.
Daniel Hoffman, exfuncionario de la CIA, fue uno de los que se pusieron en contacto con ellos, pero decidió no firmar.
«No había pruebas», dijo Hoffman en Fox News. «Y sentí que necesitábamos hacer los análisis forenses.
«Los analistas de inteligencia de Estados Unidos necesitaban más tiempo para realizar los análisis forenses de la laptop y para que el FBI completara su investigación y desentrañara los detalles, especialmente la enrevesada parte de que la laptop había sido encontrado en un taller de reparación en Delaware», escribió Hoffman en un artículo de opinión. «Pero el correo electrónico que recibí del Sr. Morell no invitaba a ninguna otra discusión o debate. La carta era un hecho consumado. Se estaba pasando para que la firmaran, no para que la editaran».
Morell también se comunicó con Shapiro, encargado de hacer llegar la carta a los medios de comunicación.
En un mensaje, Morell dijo que debía quedar claro que «no estamos haciendo una clase sobre si los materiales son ciertos o no, sólo que Moscú jugó un papel en la difusión de la información».
«No tenemos pruebas de la implicación rusa, sólo que nuestra experiencia nos hace sospechar profundamente que el gobierno ruso desempeñó un papel importante en este caso», decía la carta.
Si los periodistas se preguntaban por qué Morell estaba involucrado, se les iba a decir que estaba «sorprendido por el hecho de que» al hablar con personas fuera del gobierno «que todos ellos pensaban que Rusia está involucrada aquí».
«Michael pensó que la gente debía saberlo», escribió Morell.
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