Los esfuerzos rusos para «desestabilizar» y derrocar al gobierno moldavo están actualmente en marcha, advirtió el viernes la Casa Blanca, aunque Estados Unidos no ve «ninguna amenaza militar inmediata» para el país de Europa del Este.
«Nosotros creemos que Rusia está buscando opciones para debilitar al gobierno moldavo, probablemente con el objetivo final de ver una administración más favorable a Rusia en la capital», dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, a los periodistas en una conversación telefónica el 10 de marzo.
En concreto, actores rusos —incluidos algunos vinculados a la inteligencia rusa— planean organizar protestas en Moldavia para «fomentar una insurrección fabricada contra el gobierno moldavo», dijo Kirby.
«Además, esperamos que otro grupo de actores rusos proporcione entrenamiento y ayude a fabricar manifestaciones en Moldavia».
Sin embargo, subrayó que Estados Unidos confiaba en la capacidad de Moldavia para contrarrestar la amenaza, una opinión compartida también por Kent Logsdon, embajador estadounidense en Moldavia.
«Estados Unidos respeta la soberanía de Moldavia, su integridad territorial y su neutralidad constitucional», declaró Logsdon el viernes. «También respetamos la elección que hizo el pueblo moldavo cuando eligió un gobierno comprometido con la reforma y la integración europea. Estados Unidos sigue confiando en la capacidad de este gobierno para cumplir esas promesas y gestionar con éxito estas amenazas».
«El pueblo moldavo, los empresarios moldavos y los inversores internacionales también deberían sentirse confiados en que el gobierno de Moldavia está bien posicionado para implementar las reformas significativas necesarias para el crecimiento económico de este país y para defender a este país contra aquellos que desde fuera no desean ver a Moldavia triunfar».
Moldavia, situada entre Ucrania y Rumanía, se ha visto asolada por protestas ante el aumento de la inflación y los costos energéticos, además de las divisiones por la guerra entre Rusia y Ucrania.
La presidenta moldava, Maia Sandu, fue elegida en 2020 con la promesa de integrar el país en la Unión Europea. Sandu ha descrito las protestas como un intento ruso de impedir esa integración y derrocar el orden constitucional de Moldavia.
Moscú, por su parte, ha negado esas afirmaciones, aunque el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, admitió el mes pasado que las relaciones de Rusia con Moldavia eran «muy tensas» y acusó al país de promover la «histeria antirrusa», según Reuters.
En sus declaraciones del viernes, Kirby señaló que se había compartido información de inteligencia adicional con el gobierno moldavo para ayudar al país a «investigar, frustrar y desbaratar» los supuestos planes de Rusia. También informó de que la administración está trabajando actualmente con el Congreso para aprobar 300 millones de dólares en ayuda energética para compensar los impactos de la guerra en Ucrania.
«Estados Unidos apoya firmemente las reformas políticas, económicas y anticorrupción de Moldavia, así como su profundización en la integración europea», dijo Kirby.
«El pueblo moldavo ha demostrado claramente que quiere mirar hacia un futuro más brillante. Nosotros también queremos ver ese futuro más brillante, y vamos a estar junto a Moldavia en cada paso del camino».
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