Alrededor del 96 % de los residentes del condado de Los Ángeles podrían infectarse con el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), comúnmente conocido como el nuevo coronavirus, si se levantan las medidas de distanciamiento social, dijeron los funcionarios del condado.
Los funcionarios anunciaron el viernes la extensión de la orden de cierre hasta el 15 de mayo, citando el número de residentes infectados y la propagación del virus, que causa la enfermedad COVID-19. La orden estaba previamente programada para terminar el 19 de abril.
«Sé que muchos de ustedes esperaban que llegáramos a finales de abril y que pudiéramos levantar muchas de estas restricciones», señaló en una conferencia de prensa la Dra. Barbara Ferrer, directora de salud pública del condado. «Estoy tan triste como ustedes de notar que este no es el momento de levantarlas».
Una orden de todo el condado emitida el mes pasado, similar a la orden estatal, que obligó a los negocios designados como no esenciales a cerrar, cortar el acceso legal a las playas y a otras áreas, y se requirió que las personas se quedaran en su mayoría en casa.
Las estrictas medidas han nivelado la curva, señaló Ferrer, refiriéndose al aumento, pico y caída proyectados de los casos confirmados y otras medidas relacionadas con la pandemia. Pero «debido a que hay tantas personas infectadas en el condado de Los Ángeles y a que hay tanta propagación, tenemos que seguir manteniéndonos físicamente distantes unos de otros», agregó.
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Los funcionarios publicaron proyecciones (pdf) que afirmaban que el 95,6 % de los residentes del condado se infectaría al acercarse el verano si el distanciamiento físico vuelve a los niveles vistos antes de que se anunciara la orden.
Si el distanciamiento físico se mantiene a los niveles actuales, casi el 30 % del condado se infectará; si se introducen medidas aún más estrictas, solo el 5,5 % del condado se contagiará del nuevo virus, según el modelo, que se atribuyó a Roger Lewis, director de COVID-19 Demand Modeling, y a Christina Ghaly, directora del Departamento de Servicios de Salud del condado.
«Prácticamente todos los residentes de Los Ángeles» habrían sido expuestos o infectados para el 1 de agosto si los residentes volvieran a la vida normal antes de la pandemia, comentó Ghaly en la conferencia de prensa. Los modelos mostraron «un enorme declive» si las medidas se mantenían o se incrementaban.
«Sigue siendo probable que las medidas actuales no sean suficientes para lograr una reducción de la enfermedad con el tiempo, por lo que se necesitarán medidas más eficaces», escribieron los funcionarios en las proyecciones.
El condado de Los Ángeles tiene aproximadamente 10 millones de residentes, incluyendo 4 millones en la ciudad de Los Ángeles. Algunas de las medidas más estrictas de la nación fueron introducidas o discutidas por funcionarios de Los Ángeles.
Los casos confirmados del condado de Los Ángeles aumentaron a 475 el viernes a 8430 y las muertes por COVID-19 aumentaron a 18 para un total de 241.
El 24 % de todos los casos, o 2043, fueron hospitalizados en su totalidad. Alrededor del 20 % de los hospitalizados estuvieron con respiradores en algún momento.
El condado tenía 1611 camas de hospital abiertas al 9 de abril, incluyendo 277 camas en la unidad de cuidados intensivos. Alrededor de 1100 pacientes de COVID-19 estaban en los hospitales hasta el jueves, incluyendo 479 en las UCI. Los funcionarios creen que tendrán suficientes camas de hospital para manejar el pico de casos proyectado mientras trabajan para aumentar la capacidad de cuidados intensivos. El condado tiene unos 1400 respiradores, lo que es «más que suficiente» para las hospitalizaciones previstas, según Ghaly.
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