NUEVA YORK, Estados Unidos — El arresto de un oficial de la policía de Nueva York por supuestamente espiar para Beijing a los residentes tibetanos debería servir como una «llamada de atención» para los funcionarios estadounidenses sobre lo profundo del espionaje chino en el país, dijeron activistas de la etnia tibetana.
Baimadajie Angwang, de etnia tibetana y naturalizado estadounidense trabajaba en el Precinto 111 de la policía de Nueva York en Queens y también era un reservista del ejército con autorización de seguridad «secreta». El joven de 33 años fue arrestado el 19 de septiembre por cuatro cargos, entre ellos actuar como agente chino ilegal, por lo que se enfrenta a una pena de hasta 55 años de prisión si es declarado culpable.
El arresto de Angwang no fue una sorpresa para los tibetanos de Nueva York que tuvieron contacto previo con él.
La Comunidad Tibetana de Nueva York y Nueva Jersey, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York establecida en 1979, informó que conocieron a Angwang en 2019 cuando se ofreció a invitar a otros oficiales de la policía de Nueva York al evento de celebración del Año Nuevo Lunar de la organización. No mucho después de eso, el comportamiento de Angwang comenzó a generar alertas.
El nombre de Angwang «no suena como un nombre tibetano», pero el oficial se les había acercado inicialmente usando un nombre diferente, que sonaba más tibetano, declaró el grupo en una conferencia de prensa el 22 de septiembre en Queens.
Aunque era «prácticamente desconocido» en la comunidad tibetana local hasta 2018, desde entonces Angwang se acercó al grupo en «numerosas ocasiones» para «ofrecer servicio y apoyo», dijeron a través de un comunicado de prensa.
Los fiscales federales sostienen que Angwang, que actualmente está a la espera de ser juzgado sin fianza, estaba suministrando secretamente información de inteligencia al Consulado de China en Nueva York y ayudaba al personal del consulado a tener acceso a altos funcionarios de la policía de Nueva York. El jefe que controlaba a Angwang era un funcionario consular chino que trabajaba en el Departamento de Trabajo del Frente Unido, un organismo de gran envergadura encargado de extender la influencia del régimen chino a nivel mundial, según los documentos de la corte.
En febrero de 2019, Angwang apareció con su esposa e hijo en la celebración del Año Nuevo Lunar a la que asistieron miles de personas y fue recibido como «invitado de nivel medio» debido a su afiliación a la policía de Nueva York. Poco después, los miembros de la comunidad tibetana vieron a su esposa en una foto en otro evento de Año Nuevo Lunar celebrado en el consulado chino de Nueva York, lo que les hizo sentir «muy incómodos», según el comunicado de prensa. Tashi Choephel, exsecretario general de la organización, dijo a The Epoch Times que la esposa de Angwang había llevado el mismo vestido étnico a ambos eventos, los que tuvieron lugar el mismo día.
Los tibetanos, al igual que otras minorías étnicas o grupos religiosos como los uigures y practicantes de Falun Dafa, están sufriendo una grave represión en China. La ciudad de Nueva York es el hogar de miles de tibetanos en el exilio que escaparon después de experimentar varias formas de persecución en China. Por lo tanto, la conexión de Angwang con los funcionarios chinos disparó inmediatamente las alarmas, dijo Choephel.
Sus sospechas aumentaron aún más cuando Angwang los desalentó a participar en actividades pro-Tíbet y les expresó su desaprobación de los discursos que criticaban el trato que Beijing daba a los tibetanos en China.
Choephel recordó que Angwang también trató de disuadirlo de exhibir banderas tibetanas en los locales del grupo en Woodside, Queens. Al tener las banderas allí, «no se pueden obtener más donaciones de los empresarios de Flushing, va en contra de la agenda del gobierno chino», les dijo Angwang.
Pese a que la comunidad tibetana nunca esperó ningún apoyo financiero de estos grupos, tales comentarios lo molestaron profundamente, declaró. Según Choephel, Angwang estaba tratando de manipularlos para que siguieran la línea del Partido Comunista Chino explotando su necesidad de financiación.
«¿Qué clase de tibetano nos diría que no izáramos la bandera tibetana?», declaró a su vez el grupo a través de la declaración, añadiendo que «nunca escucharon sus consejos no solicitados».
La comunidad tibetana de Nueva York y Nueva Jersey informó que discutió estas observaciones y finalmente decidió cortar los lazos con él, acordando que «no parecía alguien en quien pudiéramos confiar».
Después de esto, Angwang hizo repetidas llamadas telefónicas al entonces presidente de la comunidad, Sonam Gyephel, quien ignoró las llamadas, pero al final decidió enfrentarse a Angwang por sus conexiones con el régimen chino, relató el mismo Gyephel en la conferencia de prensa.
«¿Cuál es su relación con el consulado chino?», le preguntó a Angwang por teléfono. Gyephel también preguntó por la foto del consulado, a lo que Angwang admitió que asistió al evento pero que estaba ayudando a alguien con una solicitud de visa.»Yo tengo relación con el consulado chino», dijo, según Gyephel.
«Una vez que recibí el mensaje, me quedé muy sorprendido», dijo Gyephel en una entrevista posterior con The Epoch Times. Entonces le dijo a Angwang que la organización ya no quería tener nada que ver con él. Desde entonces Gyephel evitó toda comunicación.
El arresto de Angwang la semana pasada renovó la atención en las continuas campañas de espionaje e intimidación del régimen chino contra los grupos disidentes al régimen que viven en Estados Unidos.
Cuando los inmigrantes tibetanos asisten a las protestas contra el régimen chino, una persona como Angwang podría informar de sus nombres al consulado chino, lo que a su vez podría castigarlos apuntando a sus familiares en China, dijo Gyephel.
En un discurso del 23 de septiembre, sobre las amenazas de espionaje chino, el secretario de Estado, Mike Pompeo, describió al consulado chino de Nueva York como «increíblemente activo políticamente».
«Están involucrados en actividades en las que están cruzando la línea de la diplomacia normal a la clase de cosas que serían más parecidas a lo que hacen los espías», dijo Pompeo al New York Post el miércoles, cuando se le pidió que explicara las actividades del consulado.
En julio, el gobierno de Estados Unidos cerró el consulado chino en Houston diciendo que era un «centro de espionaje y robo de propiedad intelectual».
Con información de Yijun Lin.
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