Matthew Pottinger, el asesor adjunto de seguridad nacional de EE.UU. durante el gobierno de Donald Trump, afirmó este domingo que durante el inicio de la pandemia del virus del PCCh, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) del país «no estuvieron dispuestos» a asociarse con los laboratorios industriales que pudieran proporcionar una secuenciación rápida del virus que causa el COVID-19.
«Los CDC no estuvieron dispuestos a asociarse con laboratorios industriales para realizar decenas de miles de secuencias, de modo que se pudiera ver realmente hacia dónde se dirigía esta cosa», dijo Pottinger a «Face the Nation» de CBS News, refiriéndose a la pandemia del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Una de las razones de la falta de colaboración, según Pottnger, es que a lo largo de los años, los CDC desarrollaron una «mentalidad de tipo académico» y prefieren realizar las pruebas internamente.
Los científicos utilizan técnicas de secuenciación del genoma para identificar los genes de un virus, lo que puede proporcionar información sobre las mutaciones que se producen a medida que la enfermedad se propaga.
«Yo me refiero a nivel institucional, en las entrañas de esta institución», explicó Pottinger. «Ellos querían hacerlo internamente y creo que el motivo es que deseaban tener los datos para poder publicarlos ellos mismos».
«Hay un aliciente muy poderoso dentro de la cultura de los CDC para asociarse con instituciones académicas en lugar de instituciones privadas: recopilar datos, someterlos a la revisión por pares y (hacer) artículos que abrillanten sus credenciales».
Pottinger sugirió que ese proceso no es lo suficientemente rápido cuando se trata de una pandemia.
«Es un proceso muy lento. No es el tipo de aliciente que se desea para hacer frente a una pandemia que avanza rápidamente», dijo.
Los CDC no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios de The Epoch Times.
«Un grave error»
Según el asesor, la decisión de la agencia de no aconsejar al público hasta abril el uso de mascarillas faciales como medio para frenar la transmisión del COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh, fue un «grave paso en falso» por parte de los funcionarios de salud pública, que, según él, se excedieron porque «temían la escasez» de las cadenas de suministro dependientes de China.
«China no nos estaba facilitando el acceso a suministros adicionales. Así que [para] los CDC era algo comprensible. Pero luego cometió el error de confundir eso con una serie de consejos que [decían a los estadounidenses] que las mascarillas no funcionan eficazmente para el público en general. Eso fue un gran error», dijo.
El 3 de abril de 2020, la agencia recomendó por primera vez el uso de mascarillas en entornos públicos, donde puede ser un reto cumplir con las medidas de distanciamiento social.
«El paso en falso de la mascarilla nos costó muy caro», dijo Pottinger. «Era la única herramienta que estaba ampliamente disponible, al menos la casera, ya saben, las mascarillas de algodón estaban ampliamente disponibles».
Además él llamó a algunos altos funcionarios en Taiwán a principios de abril y les «preguntó si ellos tenían mascarillas disponibles».
«Ellos aceptaron enviar un cargamento de medio millón de mascarillas a solo un par de días después», dijo. «Nosotros pusimos esas mascarillas en la reserva nacional para que estuvieran disponibles para los trabajadores médicos de primera línea».
Los CDC anunciaron el pasado mes de noviembre que «el beneficio preventivo de las mascarillas se deriva de la combinación del control de la fuente y la protección personal del portador de la mascarilla».
Antes de la última actualización, los CDC decían que el uso de la mascarilla protegía a los que estaban alrededor del usuario, y no específicamente a la persona que la llevaba.
«Esa era la única herramienta eficaz y ampliamente disponible que teníamos en el arsenal para hacer frente a esto. Pero los funcionarios de salud pública estaban atrapados en esta especie de mentalidad de la gripe», dijo Pottinger.
La nueva directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, está «trabajando duro para intentar conseguir un número mucho mayor de muestras de este virus secuenciadas genéticamente», añadió.
«Todo el mundo debería darle todo el apoyo posible en esa iniciativa», dijo.
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