El alumno de séptimo curso que llevaba a la escuela una camiseta con la leyenda «Solo hay dos géneros», pero al que se le prohibió llevarla en clase, había depositado sus esperanzas en una demanda judicial. Eso podría haberle devuelto la libertad de expresión. Pero el estudiante de secundaria de Massachusetts, Liam Morrison, de 12 años, se sintió defraudado por la decisión de un juez de distrito que en junio le denegó su derecho a expresar su mensaje en clase.
«Me molesta no poder llevar mi camiseta al colegio», dijo Liam en un comunicado. «El mensaje es importante para mí, y debería poder ejercer mi libertad de expresión, como todo el mundo».
En marzo, Liam fue retirado de clase por su director y un consejero escolar de la Escuela Secundaria Nichols, en Middleborough, por llevar dicha camiseta. Le dijeron que se la quitara o le prohibirían ir a clase. Al negarse, faltó a clase ese día.
Tras consultar a los abogados de Alliance for Defending Freedom (ADF) y Massachusetts Family Institute, Liam presentó en mayo una demanda contra la escuela en su nombre. Acusaron a la Escuela Secundaria Nichols de violar los derechos del alumno de séptimo curso recogidos en la Primera y la Decimocuarta Enmienda.
«No se trata de una camiseta», declaró Logan Spina, asesor jurídico de la ADF. «Se trata de una escuela pública que le dice a un alumno de séptimo grado que no se le permite tener una opinión que difiera de la ortodoxia de la escuela».
Argumentaron que la escuela «anima» a los alumnos a hablar de cuestiones de sexo y género siempre que «expresen los puntos de vista favoritos de la escuela» de que «la identidad subjetiva de una persona determina si una persona es hombre o mujer, no el sexo de una persona». La propia escuela ha expresado esta postura, añaden los abogados, y ha organizado actos anuales para celebrarlo.
Al mismo tiempo, la escuela «prohíbe» a los alumnos expresar creencias contrarias. «Los funcionarios de la escuela pública no pueden obligar a Liam a quitarse una camiseta que expresa su postura cuando la escuela permite que todos los demás alumnos lleven prendas que hablan del mismo tema», dijo el Sr. Spina.
Además, argumentaron que la creencia de Liam se basa en su conocimiento científico de la biología —que solo hay dos sexos, y el género está «inextricablemente ligado al sexo»— y las autoridades escolares no pueden obligarle a «quitarse una camiseta que afirma un hecho científico. Hacerlo es una flagrante violación de la Primera Enmienda».
Los funcionarios de Middleborough dijeron que permiten multitud de mensajes en la ropa, pero prohibieron a Liam llevar el suyo porque su código de vestimenta prohíbe «la incitación al odio y las imágenes» contra identidades de grupo. Éstas incluyen «raza, etnia, género, orientación sexual, identidad de género, afiliación religiosa o cualquier otra clasificación».
Liam protestó por haber sido silenciado volviendo a clase con una camiseta diferente que decía: «Hay géneros censurados». Inmediatamente le enviaron al despacho del director y le dijeron que tampoco podía llevar esa camiseta. Sus abogados calificaron de «flagrante violación de la Primera Enmienda que animamos al tribunal a rectificar» el hecho de que el colegio redoblara sus esfuerzos silenciando su protesta por haber sido censurado.
El mes pasado, tras escuchar los argumentos de ambas partes, la juez de distrito de Estados Unidos Indira Talwani se puso de parte de la escuela, declarando que la institución tenía derecho a prohibir la expresión de discursos que estuvieran en «colisión con los derechos de los demás a estar seguros y a que se les deje en paz».
El representante de las escuelas públicas de Middleborough, Sean Siciliano, dijo al periódico que «no podían proporcionar detalles específicos sobre las facturas individuales a las familias en este momento debido a consideraciones de privacidad», pero que su «enfoque sigue siendo fomentar un ambiente de aprendizaje seguro y productivo para todos los estudiantes».
Sin embargo, a pesar de su ingreso en la oficina del director y de faltar a clase, la madre del chico, Susan Morrison, dijo que apoya que su hijo defienda sus valores. Se presentó ante los miembros del consejo de las Escuelas Públicas de Middleborough y expuso su queja en una reunión pública celebrada en abril. Después apareció en «Fox and Friends» y en el programa de Laura Ingram para defender su caso ante el tribunal de la opinión pública. La Sra. Morrison dijo estar «muy orgullosa de Liam por defender la libertad de expresión».
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