Miles de estadounidenses que murieron debido al COVID-19 tienen una gama de «eventos adversos» que aparecen en sus certificados de defunción y que parecen ajenos a la enfermedad como «contacto con animales y plantas venenosas» o «accidentes de transporte aéreo o espacial», de acuerdo con los Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La cifras provisionales más recientes del recuento de las muertes publicadas por la agencia, actualizadas el 12 de agosto y que cubren desde el 8 de agosto hasta los primeros casos conocidos del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) en Estados Unidos, muestran un total de 145,378 muertes por COVID-19.
Con respecto al 6 por ciento de estas muertes, el COVID-19 es la única causa mencionada. Los CDC basan su clasificación en la información contenida en los certificados de defunción.
«Para la muertes con condiciones o causas adicionales al COVID-19, en promedio, hay 2.6 condiciones adicionales o causas de muerte», dijo la agencia en una nota explicativa.
En su informe, los CDC también proveen una lista de condiciones de salud y causas contribuyentes mencionadas en los certificados de defunción junto con las muertes relacionadas con COVID-19. También conocidas como comorbilidades, los factores contribuyentes o condicionantes incluyen una categoría llamada «lesión intencional o accidental, envenenamiento y otros eventos adversos». Fueron citados en 4401 casos, o alrededor del 3 por ciento, del total de muertes por COVID-19.
La agencia usa los códigos de Clasificación Internacional de Enfermedades para especificar las comorbilidades. El código X72 «Autolesión intencional por descarga de arma de fuego», el código T63 «Efecto tóxico por contacto con animales venenosos», y el código V95 «Ocupante herido por accidente en helicóptero».
«Al mirar algunos de estos registros, parece que se trata en gran medida de casos en lo que alguien hospitalizado por una herida no mortal contrajo COVID-19 mientras estaba en el hospital y posteriormente murió», dijo Jeff Lancashire, portavoz del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los CDC, a Just the News.
Un documento instructivo respaldado por los CDC (pdf) guía a los médicos profesionales sobre cómo determinar si un factor en una muerte por COVID-19 debe ir en la Parte I del certificado, la cual es la causa directa de la muerte, o en la Parte II, que pide «otras condiciones significativas que contribuyan a la muerte que no resulten en la causa subyacente». La causa subyacente de la muerte, o UCOD, es definida como la enfermedad o lesión que inició los eventos que dieron resultado a la muerte.
«Si el COVID-19 jugó un papel en la muerte, esta condición debe ser especificada en el certificado de defunción», señala la guía. «En muchos casos, es probable que sea la UCOD, ya que puede llevar a diferentes condiciones que amenazan la vida, como la neumonía o el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)».
La guía señala que «En casos donde un diagnóstico definitivo de COVID-19 no se puede hacer, pero se sospecha o es probable (por ejemplo, que las circunstancias sean convincentes dentro de un grado razonable de certidumbre), es aceptable reportar el COVID-19 como «probable» o «presunto» en el certificado de muerte». En estas situaciones, los certificadores deben usar su mejor juicio clínico para determinar si una infección por COVID-19 fue probable».
Algunos han argumentado que los recuentos de muertes han sido inflados debido a una amplia definición de una muerte por COVID-19.
En abril, la Dra. Deborah Birx, miembro del Grupo de Trabajo sobre Coronavirus de la Casa Blanca, dijo en una conferencia de prensa que en Estados Unidos «hemos adoptado un enfoque muy liberal en cuanto a la mortalidad», y añadió: «Hay otros países que si uno tiene una condición preexistente, y digamos que el virus le ha hecho ir a la UCI, —y luego tiene un problema cardíaco o renal— algunos países están registrando eso como un problema cardíaco o renal y no como una muerte por COVID-19».
Algunos expertos en salud pública insisten en que el verdadero número de muertes por COVID-19 en Estados Unidos está subestimado porque las estadísticas no captan a las personas que mueren en sus casas o en hogares de ancianos sin haber sido sometidas a pruebas.
La Dra. Alicia Skarimbas, una médica de Nueva Jersey que ha tratado a numerosos pacientes con COVID-19, dijo al New York Times en mayo que, especialmente en los primeros días de la pandemia, algunos de sus colegas podrían enumerar la causa de la muerte como «insuficiencia respiratoria» en pacientes que se cree que están enfermos con COVID-19 pero que no fueron sometidos a pruebas de detección del virus.
«Todavía no he visto morir a nadie infectado con COVID por ninguna otra causa», dijo en una entrevista separada, argumentando que es «ridículo» tratar de separar la causa de la muerte en los pacientes con COVID-19.
Una impresión preliminar de un reciente estudio que aún no ha sido revisado por pares, publicado en MedRxiv, examinó el papel de las comorbilidades en los pacientes que dieron positivo para COVID-19 y encontró que «las causas de muerte estaban directamente relacionadas con COVID-19 en la mayoría de los fallecidos, mientras que parecen no ser un resultado inmediato de las condiciones de salud y comorbilidades preexistentes». Estos hallazgos hablan en apoyo del COVID-19 como un factor decisivo en la muerte de personas con condiciones de salud crónicas preexistentes.
Mientras tanto, el miércoles, Estados Unidos reportó el mayor número de muertes por COVID-19 en un solo día desde mayo, con casi 1500 muertes por COVID-19 en toda la nación.
El anuncio del miércoles elevó el total de muertes en el país desde el comienzo de la pandemia a 166,027.
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