Carta de un lector
El 18 de octubre, la Democracia chilena sufrió un brutal ataque coordinado por movimientos extremos de izquierda, agentes de Cuba y Venezuela, con el objeto de desestabilizar al gobierno de centro derecha.
El ataque contempló quema de metros, supermercados, hospitales, colegios, instituciones públicas, empresas, hoteles y recintos policiales. A este ataque se fueron sumando protestas de toda índole coordinadas por partidos de izquierda, una serie de videos falsos mostrando represiones contra la población y un cacareo totalmente falso de ciertos artistas e intelectuales gritando que en Chile se tortura y viola.
Los partidos de izquierda en el Parlamento, de manera descarada, ocuparon todos sus derechos legales para destituir a ministros y obstaculizar todo proyecto de gobierno.
La prensa y medios de comunicación, haciendo una reverencia vergonzosa a la insurrección, tergiversaron los hechos tildándolos de “protestas pacíficas”, “luchadores sociales” y a este intento de golpe de Estado lo llamaron “estallido social”.
Este malévolo ataque destruyó miles de puestos de trabajo y produjo un gigantesco daño económico al país, el cual fue interrumpido en intensidad en los meses de verano, y que no ha podido retomar con fuerza debido a la epidemia del coronavirus.
Hoy la izquierda está preparando el nuevo ataque, es solo un paréntesis obligatorio el parar la lucha, pero en un corto periodo veremos nuevamente en las calles a los “actores sociales” destruyendo, quemando e intentando hacer caer este gobierno con la ayuda de una repudiable prensa chilena que aplaude, apoya y miente sin tapujos el drama de Chile.
La democracia chilena se está quedando sin armas contra estos ataques, debido principalmente a la captura de las instituciones de derechos humanos por parte de activistas de izquierda, que con un cinismo increíble describen en Chile los horrores que sufren las personas, la represión de las fuerzas de orden, y al mismo tiempo callan los verdaderos crímenes en regímenes totalitarios de izquierda como Cuba o Venezuela.
Lamentablemente, estamos cerca nuevamente en Chile de perder la democracia, ya que, si continúan los ataques de la izquierda, y el gobierno del presidente Sebastián Piñera no ocupa el legítimo derecho de defensa como corresponde, el país puede entrar en una guerra civil u obligar a una intervención militar que ponga fin a esta destrucción del país.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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