La República Popular China, nuevo aliado político del régimen del líder Daniel Ortega, donó esta semana una cantidad desconocida de insumos para el equipamiento de las fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional, una institución a la que Estados Unidos impuso sanciones por violar derechos humanos.
El embajador de Beijing en Managua, Chen Xi, dijo tras la entrega de los equipos que “Nicaragua es uno de los países más seguros de América Latina y el Caribe y la Policía Nacional ha asumido una responsabilidad muy competente y eficiente al servicio al pueblo y ha acumulado ricas experiencias”.
Al mando de la Policía Nacional está Francisco Díaz, consuegro de Ortega, y la entidad es señalada de reprimir a la disidencia nicaragüense y crítica al líder que lleva más de 15 años en el poder.
En 2018 la Policía fue acusada de asesinar a más de 300 civiles que protestaban contra Ortega. EE.UU. sancionó a la entidad, así como a su jefe, Francisco Díaz.
Gonzalo Carrión, director del Colectivo de DD.HH. Nicaragua Nunca Más, dijo a la Voz de América que la cooperación con la entidad “es para fortalecer la represión contra el pueblo”. “La prioridad de la policía es perseguir a las personas que quieren vivir en libertad”, subrayó.
Desde la llegada al poder en Nicaragua en 2007, Ortega duplicó la cifra de oficiales que conforman las filas de la Policía Nacional, según datos oficiales publicados en los Anuarios Estadísticos de la institución.
Cuando Ortega asumió el poder en 2007, los miembros de la Policía Nacional eran de apenas 9290 personas. Trece años después, en 2020, la cifra ha aumentado a 16,909 integrantes.
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