Cuatro organismos chinos publicaron conjuntamente este martes comunicados de emergencia por la «grave amenaza» que la persistente ola de calor y la sequía que azotan al país suponen para la próxima cosecha de otoño, recogió en las últimas horas la página web oficial del régimen chino.
Los ministerios de Agricultura y Asuntos rurales, Recursos Hidrológicos y el de Gestión de Emergencias, junto con la Administración Meteorológica del país, pidieron esfuerzos para «proteger las cosechas», amenazadas «gravemente» en las últimas fechas por un «rápido desarrollo de la sequía y altas temperaturas».
Desde el 1 de agosto, más de 200 estaciones meteorológicas situadas en lugares como Zhejiang (este), Chongqing (centro), Sichuan (centro) y Shaanxi (centro) han registrado temperaturas superiores a los 40 grados.
Desde julio, las precipitaciones en la cuenca del río Yangtze, el más largo de China y el tercero del mundo, han sido un 40 % inferiores a las del mismo período del año anterior, marcando así un mínimo desde 1961.
Por ello, los organismos gubernamentales demandan «dar un buen uso» a todo el agua disponible, «buscar nuevas fuentes de agua» y «reforzar la gestión científica de ríos, lagos y embalses».
Según el comunicado, las autoridades habrán de proporcionar suficiente material para provocar lluvias, como se viene haciendo en las últimas semanas en las áreas más castigadas mediante el vertido en las nubes de sustancias condensadoras como el yoduro de plata, lo que acelera las precipitaciones.
Los organismos piden asimismo a los agricultores «medidas para estabilizar y aumentar» el rendimiento de las cosechas mediante el uso de fertilizantes o técnicas de enfriamiento con agua que protejan a los cultivos del calor.
Recientemente, expertos chinos citados en medios locales avisaron de que la sequía y la ola de calor reducirían la próxima cosecha de soja y maíz porque mediados de agosto es un «período clave» para algunos cultivos en el curso medio y bajo del Yangtze.
En las últimas dos semanas, provincias dependientes de la energía hidroeléctrica como Sichuan (centro) han restringido el uso de energía a algunas industrias y la ciudad de Chongqing (centro), donde se alcanzarán este miércoles los 42 grados, ha limitado las iluminaciones del transporte público y las decorativas en las calles.
La sequía ha dejado estampas como gente en Chongqing cruzando en moto el normalmente caudaloso río Jialing, cuyo lecho ha quedado expuesto ante el descenso del nivel del agua, o el desvelo de esculturas budistas de 600 años de antigüedad hasta ahora cubiertas por el agua en esa misma ciudad.
Asimismo, en esa misma ciudad, las altas temperaturas han provocado incendios en zonas montañosas que se han saldado con la evacuación de miles de personas.
Sin embargo, ya existen indicios de que el calor comienza a remitir: la Administración Meteorológica de China emitió este miércoles una alerta naranja por altas temperaturas, inferior a la roja que llevaba publicando durante los doce días previos.
La autoridad meteorológica vaticinó que, sobre todo a partir del 26 de agosto, bajarán las temperaturas en la orilla sur del Yangtze y en algunas zonas de Sichuan, aunque el intenso calor podría continuar en el este de dicha provincia y en Chongqing hasta más adelante.
El meteorólogo local Chen Lijuan explicó recientemente que los períodos de intenso calor, que empiezan «cada vez más pronto y acaban más tarde», podrían convertirse en la «nueva normalidad» en el país asiático.
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