Michelle Zhang, canadiense de origen chino, pide al gobierno que haga frente a la injerencia extranjera de Beijing. Afirma que ella y su familia han soportado continuas amenazas y acoso en Canadá durante los últimos 22 años, lo que, según ella, es una prolongación de la persecución del régimen por su adhesión espiritual a Falun Gong.
En 2001, mientras vivía en Vancouver, la Sra. Zhang afirma que se convirtió en objetivo durante varios años tras hablar públicamente contra la opresión de los practicantes de Falun Gong por parte del Partido Comunista Chino (PCCh). Por ejemplo, hacia 2003, rompieron la ventanilla de su coche mientras estaba estacionado durante la noche fuera de su edificio de departamentos y, meses después, descubrió que alguien había arrojado una gran cantidad de excrementos en su balcón.
«No tenía enemigos personales y acababa de mudarme al apartamento poco tiempo antes. [Sólo] unos pocos amigos sabían dónde vivía. Entonces, ¿quién hizo eso?», dijo en una conferencia de prensa en Parliament Hill, Ottawa, el 25 de octubre, en la que la Asociación Falun Dafa de Canadá (FDAC) publicó un informe en el que se detallan las injerencias del PCCh en el extranjero durante los últimos 24 años contra los residentes en Canadá que practican Falun Gong.
Falun Gong, también llamado Falun Dafa, es una práctica espiritual arraigada en las tradiciones budistas. Consiste en cinco ejercicios de meditación junto con principios morales centrados en los postulados de «verdad, benevolencia y tolerancia». Introducida por primera vez al público en China en 1992, rápidamente ganó popularidad debido a sus beneficios para la salud. Los datos oficiales chinos estimaban el número de practicantes de Falun Gong entre 70 y 100 millones a finales de la década de 1990.
Sin embargo, el entonces líder chino Jiang Zemin percibió la popularidad de la práctica como una amenaza para el control totalitario del régimen. En julio de 1999, inició una campaña de detenciones y persecuciones masivas en todo el país con el objetivo de erradicar la práctica.
Amenazas contra la familia
Un incidente aún más desconcertante ocurrió después de que la Sra. Zhang se trasladara a Toronto en junio de 2008.
Un día, cuando ella estaba fuera y una amiga mayor cuidaba a su hijo de 4 años y a su hija de 7, un chino que empuñaba un arma de fuego se presentó al parecer en su apartamento del piso 18 y exigió a su amiga que le entregara a sus dos hijos. La Sra. Zhang dijo que sus hijos buscaron refugio escondiéndose en un armario hasta que el hombre acabó por marcharse.
La Sra. Zhang también informó que está constantemente vigilada. Se dio cuenta de ello después de hablar con otros padres chinos en la escuela de sus hijos sobre los problemas de derechos humanos del PCCh y la persecución de Falun Gong. «No tardé en darme cuenta de que unos cuantos chinos me vigilaban constantemente», dijo. «Me observaban desde la distancia».
Incidentes similares están documentados en el informe del FDAC, que afirma que «los practicantes [de Falun Gong] están bajo la vigilancia constante de agentes del PCCh en Canadá».
El informe señalaba que la presencia repetida de ciertos individuos en los lugares que frecuentan los practicantes hace saltar las alarmas de que estos individuos puedan estar «implicados en actividades de vigilancia del consulado chino». Esos lugares pueden ser los sitios de práctica de ejercicios de los practicantes o lugares donde ofrecen voluntariamente su tiempo para dar a conocer a los transeúntes los abusos del PCCh contra los derechos.
«Incluso en Canadá he sido acosada por los miembros del Partido Comunista Chino», dijo la Sra. Zhang.
Hizo un llamamiento al gobierno canadiense para que «preste más atención a la injerencia del PCCh» en Canadá. Señaló que si las actividades del PCCh no se abordan, podrían «convertirse en una amenaza para más ciudadanos canadienses».
Los familiares de la Sra. Zhang en China también han sufrido bajo el régimen comunista debido a su adhesión a Falun Gong. Su cuñado, Songtao Zou, sufrió restricciones laborales. Fue sometido a torturas y murió en un campo de trabajo en China en noviembre de 2000, informó la edición china de The Epoch Times.
La hermana de la Sra. Zhang, Yunhe Zhang, fue detenida por distribuir materiales sobre la persecución del PCCh a Falun Gong. Aunque consiguió escapar de la comisaría, posteriormente desapareció y no se sabe nada de ella desde 2001.
Interferencia omnipresente
Los calvarios sufridos por la Sra. Zhang y los miembros de su familia debido a la persecución y opresión transnacional de los practicantes de Falun Gong por parte del PCCh se encuentran entre las docenas de casos documentados en el informe del FDAC. El informe arroja luz sobre numerosos casos en Canadá en los que individuos o entidades se dedicaron a agredir física y verbalmente, intimidar, acosar y excluir socialmente a los practicantes de esta creencia espiritual.
El informe del FDAC afirma que la campaña del PCCh destinada a aniquilar a Falun Gong «conlleva algunas de las peores violaciones de los derechos humanos cometidas, incluida la extracción forzada de órganos, que se ha determinado que constituyen crímenes contra la humanidad y potencialmente genocidio».
Además, el informe señala que, al perseguir el objetivo de alterar la percepción pública de Falun Gong y disminuir el apoyo público al llamamiento de sus adeptos en favor de la justicia y los derechos humanos, el PCCh ha llevado a cabo una operación de influencia exterior que «se extiende y repercute negativamente en el conjunto de la opinión pública canadiense». Esto incluye a los políticos y a muchas otras facetas de la vida civil, social y política de Canadá.
En particular, el informe señala que estas actividades de injerencia han estado a menudo vinculadas a la embajada o el consulado chinos o al brazo de injerencia exterior del régimen, el Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD, por sus siglas en inglés).
«El UFWD extiende su influencia global manipulando las narrativas dentro de la diáspora china y suprimiendo la disidencia. Aprovechando importantes recursos, moviliza a diversos grupos chinos en el extranjero para promover los intereses del PCCh mediante la invocación del nacionalismo y el fomento de las conexiones culturales, alineándolos así con las narrativas del PCCh», señala el informe.
«Operando discretamente dentro de los consulados y embajadas chinos, la UFWD guía a sus grupos de fachada para sofocar las voces de los seguidores de Falun Gong y de otros grupos disidentes».
Llamamiento a la acción
El FDAC propone una serie de recomendaciones en respuesta a la injerencia extranjera y la represión transnacional del PCCh. Esto incluye pedir al gobierno que condene públicamente la persecución del régimen contra Falun Gong y que garantice la responsabilidad diplomática sancionando a los diplomáticos chinos y a los funcionarios de las misiones que se descubra que están implicados en actividades de infiltración y represión en Canadá.
Durante la conferencia de prensa del 25 de octubre, la representante del FDAC, Grace Wollensak, destacó la necesidad de que el gobierno federal proteja proactivamente a los ciudadanos canadienses de la injerencia extranjera del PCCh. Señaló que lo que distingue a la represión de Falun Gong es que dentro de cada misión china en todo el mundo existe un «Grupo de Trabajo Especial Anti-Falun Gong» en el país anfitrión.
Los miembros del grupo de trabajo llevan a cabo actividades que incluyen presionar a los gobiernos e instituciones del país anfitrión para que no alaben ni reconozcan a Falun Gong y, en su lugar, excluyan a los adeptos de actividades cívicas como los desfiles. También trabajan para movilizar a los inmigrantes chinos, a sus empresas y a los estudiantes chinos del país anfitrión para que escriban cartas de queja contra Falun Gong e influyan en las instituciones y los cargos electos del país anfitrión para que no apoyen a Falun Gong.
Además, trabajan para controlar los medios de comunicación chinos locales y utilizan a estudiantes chinos, mediante coacción o financiación, para calumniar y condenar al ostracismo a los practicantes de Falun Gong y para recabar información de la comunidad de Falun Gong.
«La extensión por parte del PCCh de la persecución de Falun Gong a Canadá no sólo amenaza la seguridad de la comunidad de Falun Gong, sino que también erosiona los valores fundamentales y el buen gobierno de la sociedad canadiense», declaró la Sra. Wollensak.
«Canadá debe ser decisiva en su respuesta a la infiltración del PCCh y debe tratarla como una prioridad máxima para que sea eficaz».
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