El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, pidió a China que condene a Rusia por lo que calificó de una «invasión brutal» de parte de Moscú a Ucrania.
«China debería unirse al resto del mundo condenando enérgicamente la brutal invasión de Ucrania por parte de Rusia», dijo Stoltenberg durante una rueda de prensa el 15 de marzo. «China tiene la obligación como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, de apoyar y defender realmente el derecho internacional».
«La invasión rusa de Ucrania es una flagrante violación del derecho internacional por lo que pedimos [a China] que condene claramente la invasión y, por supuesto, que no apoye a Rusia», añadió el secretario general.
Desde que Rusia lanzó una invasión a gran escala contra Ucrania el 24 de febrero, decenas de países condenaron públicamente la agresión. China no lo hizo. El régimen comunista se negó a calificar el ataque ruso de invasión y prestó un apoyo tácito a su mayor aliado, sobre todo absteniéndose dos veces en las votaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Oficialmente China se posicionó como neutral en la guerra, diciendo que respeta la soberanía de Ucrania pero también reconoce lo que el régimen comunista describe como «legítimas preocupaciones de seguridad» de Rusia.
China «promovió activamente» en Internet las justificaciones de Moscú para la guerra a la vez que impulsó «narrativas anti-estadounidenses y anti-OTAN», de acuerdo a un reciente informe de la fundación German Marshall Fund de Estados Unidos. Por ejemplo, China promovió las afirmaciones sobre las influencias neonazis en Ucrania, usadas como justificación para la invasión de Moscú, y la afirmación de Rusia de que el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky estaba escondido en la embajada de Estados Unidos en Polonia.
A Stoltenberg se le preguntó si la OTAN había encontrado pruebas de que China estaba proporcionando a Rusia ayuda militar o de otro tipo. En respuesta, el jefe de la OTAN dijo que la alianza estaba «vigilando de cerca cualquier signo de apoyo» del régimen chino a su vecino del norte.
Recientemente, varios informes de los medios de comunicación citaron a funcionarios estadounidenses no identificados que afirman que Rusia solicitó asistencia militar y ayuda financiera para la guerra y que Beijing dio señales de estar dispuesto a cumplir con la solicitud. China y Rusia negaron las acusaciones.
«Cualquier apoyo a Rusia, apoyo militar o de cualquier otro tipo, ayudaría en realidad a Rusia a llevar a cabo una guerra brutal contra una nación soberana independiente, Ucrania, y les ayudaría a seguir librando una guerra que está causando muerte, sufrimiento y una enorme cantidad de destrucción», añadió Stoltenberg.
Rusia y China presumen ahora de una asociación «sin límites» después que el presidente ruso Vladimir Putin se reunió con el líder chino Xi Jinping el 4 de febrero. Según un extensa declaración tras su reunión, no habría «ninguna área de cooperación ‘prohibida'» entre ambas partes.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, mantuvo siete horas de «intensas» conversaciones con el diplomático chino Yang Jiechi en Roma el 14 de marzo. Tras su reunión, un alto funcionario de la administración dijo que Washington tenía «profundas preocupaciones» sobre la alianza chino-rusa. Por su parte, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que China se enfrentaría a «importantes consecuencias» si ayuda a Rusia en su guerra contra Ucrania.
Además el martes, el congresista Mike Gallagher (R-Wis.), en una entrevista con «Fox and Friends», sugirió que la administración Biden debería adoptar un enfoque diferente hacia China.
«El gobierno de Biden tiene que dejar de coquetear con los chinos en este momento, porque están tratando de presentarse como pacificadores. Pero entre bastidores, están apoyando a su hombre en Moscú», dijo Gallagher.
«Cuanto más difícil se ponga esto para Putin, más dependiente se volverá de China, tanto como destino de suministros de armas como de ventas de energía».
«Nosotros tenemos que denunciar el rol que los chinos están desempeñando aquí. Esta alianza entre estados autoritarios es una característica de la nueva Guerra Fría que China lanzó contra Estados Unidos. Cuanto antes lo reconozcamos, antes podremos ganar la nueva Guerra Fría», dijo Gallagher.
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