La principal agencia de espionaje de China declaró el lunes que está investigando a un alto funcionario que presuntamente espía para la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) estadounidense, la segunda denuncia en 10 días, mientras el régimen comunista intensifica su campaña de contraespionaje en medio de unos problemas económicos sin precedentes.
El ciudadano chino de 39 años, apellidado Hao, era un cuadro de un ministerio y presuntamente fue reclutado por la CIA como espía mientras estudiaba en Japón, según un comunicado publicado por el Ministerio de Seguridad del Estado (MSS, por sus siglas en inglés), la agencia central que supervisa las operaciones de inteligencia y seguridad en el país y en el extranjero. La agencia no reveló el sexo de Hao ni el ministerio para el que trabajaba.
El anuncio se produjo menos de dos semanas después de que la agencia de espionaje acusara a un trabajador de la industria militar de espiar para la CIA. El MSS está presionando al público para que se una a los «sombríos y complejos» esfuerzos de contraespionaje, alarmando a Estados Unidos.
Pero los observadores de China creen que las afirmaciones de Beijing sobre los espías estadounidenses pretenden desviar la atención del público del verdadero problema del Partido Comunista Chino (PCCh): una economía en crisis.
Una invención
El MSS, que a menudo mantiene su trabajo en secreto, proporcionó detalles sobre cómo el trabajador del gobierno se convirtió en una fuente de la CIA.
El ministerio afirmó que Hao se había familiarizado con un funcionario de la embajada estadounidense conocido como «Ted» mientras tramitaba una solicitud de visado. Al parecer, Ted invitó al ciudadano chino a cenas, le hizo regalos y pidió ayuda a Hao para escribir un documento que Ted prometió pagar, según el ministerio. Ted presuntamente presentó a Hao a un colega llamado Li Jun antes de que terminara su periodo en la embajada en Japón, dijo el ministerio; Li y Hao mantuvieron entonces una «relación de cooperación».
Antes de que Hao terminara sus estudios, Li presuntamente reveló ser personal de la CIA en Tokio e «instigó a Hao a rebelarse», diciéndole que regresara a China para trabajar en una «unidad central y crítica». Hao habría firmado un acuerdo de espionaje, aceptando asesoramiento y formación de Estados Unidos, según la declaración.
El ministerio afirmó que Hao trabajó en un departamento nacional a su regreso, «según los requisitos de la CIA», y proporcionó información de inteligencia a la CIA mientras cobraba de Estados Unidos.
Feng Chongyi, académico de estudios sobre China en la Universidad Tecnológica de Sidney, sospechó que lo que impulsó a los funcionarios de la agencia de espionaje a hacer públicos los dos casos fue el deseo de complacer a Xi Jinping, el líder de China, quien advirtió que las amenazas externas a las que se enfrenta el país se han vuelto «más complejas».
«Aunque la agencia de seguridad no encuentre a ningún espía, tiene que detener a unos cuantos para que la situación parezca así», declaró el Sr. Feng a The Epoch Times.
«Como en el último caso, esa persona puede ser capturada. Pero no se descarta y es simplemente para hacer propaganda, para engañar [a su pueblo] inventándose una historia para que la difundan los medios de comunicación. Así funciona la burocracia [china]», afirmó.
Una distracción
Lai Jianping, exabogado chino y actual comentarista de asuntos, relacionó las recientes denuncias de espionaje con la inestabilidad política y la recesión económica a las que se enfrenta el PCCh.
A medida que aumenta el número de jóvenes desempleados, las autoridades chinas dejaron de publicar los datos de desempleo de los jóvenes de 16 a 24 años. Los datos oficiales mostraron que la tasa de desempleo juvenil alcanzó un máximo histórico del 21.3 por ciento en junio.
Para aumentar el pesimismo, Evergrande, el gigante inmobiliario chino, se declaró en quiebra en Nueva York el 17 de agosto. Otro gran promotor, Country Garden, está ahora en peligro de impago tras incumplir dos pagos de bonos por un total de 22.5 millones de dólares el 9 de agosto, lo que hace tambalearse aún más la confianza de los inversores. A los analistas les preocupa ahora que la crisis del mercado inmobiliario, motor de la economía del país, se extienda por toda la economía.
«Una vez que la economía se hunda, ¿en qué se basará el PCCh para controlar el país?», dijo el Sr. Lai. «[El PCCh] está ahora al borde del colapso».
Dijo que para desviar la atención de la tambaleante economía interna, el PCCh parecía desplegar la estrategia de crear un enemigo en el exterior.
Además, la existencia de fuentes de inteligencia estadounidenses proporcionó al PCCh un pretexto para reforzar el control ideológico del público, añadió.
Las autoridades chinas han pedido a todos los ciudadanos que se unan a la campaña para acabar con los espías extranjeros tras la ampliación de la ley contra el espionaje que entró en vigor en julio.
La legislación, que se dio a conocer por primera vez el 26 de abril, amplía la definición de espionaje a «todos los documentos, datos, materiales u objetos relacionados con la seguridad y los intereses nacionales». Pero no especifica qué entra dentro de la seguridad nacional, lo que hace temer un entorno más hostil para las empresas y los periodistas extranjeros en China.
El liderazgo del PCCh aumentó entonces el llamamiento a las labores de contraespionaje. El 14 de julio, el jefe del espionaje nacional pidió a los funcionarios que apoyaran la causa en «primera línea encubierta», en referencia a la labor de inteligencia del Partido.
El secreto MSS lanzó una cuenta oficial en la plataforma china de redes sociales WeChat. El 31 de julio, publicó el primer posteo titulado «¡La lucha contra el espionaje requiere la movilización de toda la sociedad!».
El director de la CIA, William Burns, reconoció el 20 de julio que la agencia ha «progresado» en la reconstrucción de las operaciones de inteligencia en China.
El Sr. Lai dijo que la historia de Beijing sobre los espías de la CIA podría ser inventada. Pero también existe la posibilidad de que el ciudadano chino sea un agente estadounidense, dijo, porque «el Partido Comunista Chino es tan malo que algunas personas quieren subvertir la dictadura por todos los medios».
Con información de Luo Ya y Reuters.
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