“China no compra en Brasil. China está comprando Brasil”, declaró Jair Bolsonaro, el favorito de la derecha en las elecciones presidenciales de Brasil, en una entrevista con Band TV el 9 de octubre, refiriéndose al principal inversor extranjero y socio comercial del país latinoamericano.
En la entrevista, Bolsonaro habló sobre su compromiso de privatización, prometiendo que no extendería la privatización al negocio principal de la compañía petrolera Petrobras y a la industria eléctrica.
A partir de la década de 1930, Brasil inició un programa de nacionalización que contribuyó a un fuerte crecimiento económico hasta la década de 1980. En la década de 1990, se introdujo la privatización para reducir el déficit público, mejorar la eficiencia económica y el desarrollo, sin embargo las políticas fracasaron, porque el gobierno no pudo equilibrar los intereses de las diferentes partes.
El déficit del gobierno de Brasil en 2017 fue equivalente al 7,8 por ciento del PIB nacional, y Bolsonaro estuvo haciendo campaña bajo la bandera de la privatización para salvar la economía del país.
Los conglomerados mencionados por Bolsonaro son dos de las mayores empresas estatales brasileñas. Petrobras controla el 99 por ciento de la capacidad de refinación de petróleo de Brasil y coopera con empresas chinas.
En julio de 2018, la estatal Corporación Nacional del Petróleo de China (CNPC) firmó una carta de intención con Petrobras para el proyecto de la refinería Comperj, un acuerdo que siguió a la firma de un contrato entre CNPC y Petrobras en 2017 para co-desarrollar el clúster Marlim de Brasil, el mayor descubrimiento de petróleo en Brasil.
Comperj, un proyecto petroquímico multimillonario que data de 2004, fue suspendido en 2015 en medio de la investigación de corrupción Lava Jato; Petrobras, propietaria del proyecto Comperj, invirtió 14.000 millones de dólares en el mismo.
Mientras tanto, el caso de Lava Jato –todavía en marcha– involucró a muchos altos funcionarios, incluyendo al expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y al exgobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral. En abril de 2017, el Tribunal Federal de Cuentas de Brasil anunció que había encontrado pruebas de licitación irregular y soborno por 544 millones de reales brasileños (146 millones de dólares) pagados por la construcción de Comperj.
La carta de intención no menciona cuánto invertirá CNPC en Comperj, pero demuestra la estrecha cooperación entre China y Brasil.
Desde 2009, China es el mayor socio comercial de Brasil debido al “rápido aumento de la demanda de materias primas y productos agrícolas”, según informó la fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, China exporta a Brasil equipos mecánicos, equipos de computación y comunicación, instrumentación, textiles, acero y herramientas de transporte, mientras que importa mineral de hierro, soja, petróleo crudo, pulpa y aceite de soja.
El comercio bilateral entre China y Brasil aumentó de 6700 millones de dólares en 2003 a 368.500 millones en 2017, de los cuales China importó 150.800 millones y exportó 217.700 millones.
En la primera mitad de 2018, China invirtió 1540 millones de dólares en Brasil, incluyendo inversiones en dos centrales hidroeléctricas, proyectos de servicios de transmisión y transformación de energía, proyectos de suministro de agua y otras empresas, informó Xinhua, la agencia oficial de noticias controlado por el Partido Comunista Chino.
En comparación con los 589 millones de dólares de 2017, la inversión china aumentó un 161 por ciento en 2018.
Como conservador populista, si gana las elecciones Bolsonaro puede alterar las relaciones entre Brasil y China. Bolsonaro, de 63 años, ganó la primera vuelta con el 46 por ciento el 7 de octubre. Su competidor más directo, el candidato de izquierda Fernando Haddad, obtuvo el 29 por ciento.
Las elecciones presidenciales en Brasil siguen un sistema de dos vueltas. La primera vuelta se celebra el primer domingo de octubre. Si el ganador de la primera vuelta no obtiene más del 50 por ciento del total de los votos, se celebra una segunda vuelta el último domingo de octubre entre los dos candidatos más votados de la primera vuelta.
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