Análisis de noticias
China está restringiendo que las personas salgan del país, e incluso los residentes permanentes de EE. UU. o los ciudadanos de EE. UU. se han visto afectados por esta campaña.
Durante 2021, muchos internautas chinos compartieron en las redes sociales sus dificultades para solicitar pasaportes. En el caso de los que tenían los documentos de viaje, durante las inspecciones de salida en los aeropuertos, los funcionarios les hicieron preguntas difíciles y revisaron cuidadosamente sus pasaportes y visados, contaron algunos internautas. Uno de ellos incluso dijo que el inspector le había roto el pasaporte en el acto.
La Administración Nacional de Inmigración de China (NIA, por sus siglas en inglés) confirmó en julio que el régimen estaba endureciendo las normas relativas a la salida del país.
En una conferencia de prensa el 30 de julio de 2021, la NIA, también conocida como la Administración de Entrada y Salida, dijo que, en un esfuerzo por evitar la entrada del coronavirus del extranjero, había implementado una serie de medidas estrictas para limitar a la salida de personas al extranjero: suspender la emisión de pasaportes ordinarios para asuntos no esenciales ni urgentes, y aconsejar a los solicitantes que cancelaran o pospusieran sus planes de viaje si no eran esenciales ni urgentes.
Según las estadísticas reportadas en la conferencia, la cantidad de pasaportes ordinarios emitidos en la primera mitad de 2021 fue solo el 2 % del correspondiente al primer semestre de 2019. La mayoría de los pasaportes se emitieron con el fin de estudiar, trabajar y realizar actividades empresariales.
El endurecimiento repentino de la política interrumpió los planes de muchas personas, incluidos los ciudadanos chinos que se habían establecido en Estados Unidos y regresaban a visitar a sus familiares. Los internautas en las redes sociales dijeron que las solicitudes de renovación de pasaportes presentadas seis meses antes no fueron aprobadas, lo que hizo improbable su salida.
Un empresario chino que vive en Estados Unidos, Zhang Shengqi, contó a Radio Free Asia en agosto la situación de su amigo. Según Zhang, su amigo, que trabajaba en una universidad de EE. UU., estuvo atrapado en China durante mucho tiempo. El responsable de la universidad presentó su solicitud de renovación del pasaporte seis meses antes, pero aún estaba esperando el resultado. «Cuando salió de Estados Unidos, su bebé recién nacido tenía menos de un mes, ahora el bebé tiene casi medio año. Su mujer tuvo que cuidar del bebé ella sola».
Zhang agregó que aunque el amigo usó sus contactos, la situación no mejoró. No sabía cuándo se reuniría con su familia.
Hacia fines de 2021, mientras China luchaba contra múltiples brotes de la variante Delta, las restricciones de salida continuaron y fueron aún más lejos. Una mujer china, residente permanente de Estados Unidos, se quejó por Internet en diciembre de lo que le sucedió en el aeropuerto cuando llevaba a sus hijos a Estados Unidos.
El inspector de salida le preguntó cómo había obtenido el estatus de residente permanente en Estados Unidos. Ella respondió que lo consiguió a través del asilo. El inspector la presionó sobre el motivo de la solicitud de asilo, dejándola desconcertada y sin palabras. Entonces el inspector cortó su pasaporte, dejándolo inválido, y solo permitió que sus hijos subieran al avión, escribió la mujer en un posteo en las redes sociales.
Su experiencia provocó un gran debate en Internet. Un internauta escribió: «¿Se debe interrogar a la gente y tener una buena razón cuando sale de un país, como cuando entra en él?».
Esto también alarmó a algunos miembros de la diáspora china en Estados Unidos, ya que muchos ciudadanos chinos tienen residencia permanente en el país y están acostumbrados a viajar a China a voluntad.
Prohibiciones de salida
Incluso los ciudadanos de EE. UU. en China podrían verse obligados a permanecer en el país si el régimen comunista lo considera necesario. Según su ley, las autoridades del PCCh tienen amplia discreción para impedir que los ciudadanos extranjeros salgan del país.
El gobierno de EE. UU. ha advertido reiteradamente a los ciudadanos estadounidenses que consideran viajar a China sobre las prohibiciones de salida de Beijing. En enero de 2021, la administración Trump emitió un aviso de viaje a China, en el que se afirmaba que las autoridades chinas pueden usar detenciones arbitrarias y prohibiciones de salida para obligar a los ciudadanos estadounidenses a participar en sus investigaciones, presionar a los miembros de su familia para que regresen a China desde el extranjero y obtener una ventaja de negociación sobre los gobiernos extranjeros.
Beijing no reconoce la doble nacionalidad, por lo que el aviso hace una advertencia especial a los estadounidenses de origen chino. «Los ciudadanos estadounidenses de origen chino y los ciudadanos estadounidenses de ascendencia china pueden ser objeto de un acoso adicional», decía. Mientras tanto, el gobierno chino puede impedir que la embajada estadounidense preste servicios consulares, añadía.
El caso de Daniel Hsu es ilustrativo. Al ciudadano estadounidense se le prohibió salir de China durante cuatro años hasta noviembre de 2021. El régimen chino lo retuvo como rehén en un intento de coaccionar a su padre para que regresara a China y se enfrentara a la justicia por un supuesto desfalco de unos USD 63,000 más de dos décadas antes.
Cuatro días antes de que el presidente Joe Biden y el líder chino Xi Jinping se reunieran online el mes pasado, fue levantada repentinamente su prolongada prohibición de salida y se le dijo que regresara a Estados Unidos en 48 horas.
En otro caso, a dos hermanos estadounidenses se les impidió salir de China durante más de tres años antes de volver a Estados Unidos en septiembre de 2021.
Victor Liu, estudiante universitario y Cynthia Liu, consultora, viajaron a China en junio de 2018. Las autoridades chinas impidieron que los hermanos salieran del país y detuvieron a su madre, también ciudadana estadounidense, para obligar a su padre residente de EE. UU. buscado por la policía china por su papel en un caso de fraude, que regresara a China y se entregara.
Su liberación ocurrió justo después de que el Departamento de Justicia de EE. UU. permitiera que regresara a China, Meng Wanzhou, la directora financiera del gigante chino de telecomunicaciones Huawei, que estaba en Canadá luchando en contra de la extradición a Estados Unidos por un caso de fraude federal.
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