Estados Unidos va actualmente por un camino perdido en su batalla contra China porque el régimen comunista ha cooptado a muchas élites estadounidenses en Washington, Wall Street, las empresas estadounidenses y el sector tecnológico, advirtió el escritor Peter Schweizer.
Schweizer, que acaba de publicar su nuevo libro «Red-Handed: cómo se enriquecen las élites estadounidenses ayudando a China a ganar», dijo que su libro muestra lo terrible que es que algunas de las élites hayan estado dispuestas a «doblegarse ante el régimen» solo para tener acceso al mercado chino.
«Deberían estar avergonzados», añadió. «Parecen estar demasiado contentos de hacer la puja por Beijing cuando se trata de la política estadounidense».
Schweizer hizo estas declaraciones durante una reciente entrevista con el programa «China Insider» de EpochTV. También es el presidente del think tank con sede en EE. UU. Government Accountability Institute.
«Creo que lo que es importante que la gente tenga en cuenta es que Beijing no tiene que hacer lobby por su propio interés, porque hay muchos intereses poderosos en Estados Unidos que harán lobby en su nombre», dijo.
El curso actual solo significará que China sustituirá a Estados Unidos como primera superpotencia mundial, según Schweizer.
«A menos que empecemos a tomar medidas radicales, perderemos, no hay duda en mi mente», dijo. «Perderemos porque nuestras élites estarán encantadas de venderse, cobrar su dinero y posicionarse en posiciones de élite durante generaciones».
Ese resultado no significa necesariamente que el Partido Comunista Chino (PCCh) vaya a ocupar Estados Unidos, añadió, pero Estados Unidos tal y como lo conoce la gente será muy diferente.
«Para algunas personas que dicen: ‘Mira, eso no me preocupa’, ésta debería ser su preocupación», dijo. «La vida aquí va a estar muy influenciada por lo que quiera el régimen de Beijing».
Washington
Uno de los funcionarios del gobierno de EE. UU. que se nombra en el libro es la senadora Dianne Feinstein (D-Calif.), y cómo la veterana senadora ha salido en defensa del PCCh mientras su marido, Richard Blum, obtenía beneficios firmando acuerdos comerciales con empresas chinas vinculadas al régimen chino.
Mientras defendía al régimen chino, Feinstein comparó la masacre de la plaza de Tiananmen de 1989 —en la que murieron al menos 10,000 personas a manos de tanques y soldados chinos— con el tiroteo de Kent State en 1970 y el asedio de Waco en Texas en 1993, según el libro de Schweizer.
«Me horrorizaron como a cualquiera los tanques en la plaza [de Tiananmen], pero tres tanques de este gobierno entraron en Waco y mataron a 29 niños», dijo Feinstein durante una audiencia en el Senado. «Ahora bien, no son situaciones análogas; son situaciones diferentes. Fue un error de nuestro gobierno, y fue un error del gobierno chino».
En 1994, cuando el Senado de EE. UU. contemplaba la posibilidad de rescindir el estatus de «nación más favorecida para el comercio» con China, Feinstein se opuso y dijo que esa medida sería «contraproducente» y «avivaría las inseguridades de Beijing».
El libro también explora la relación entre Feinstein y el exmandatario chino Jiang Zemin, que se remonta a los días en que eran alcaldes en San Francisco y Shanghai, respectivamente. El libro cita a Los Angeles Times diciendo que la relación dio a Blum «acceso al normalmente impenetrable sistema político de Beijing».
En 2000, Kam Kuwata, entonces portavoz de Feinstein, fue citado en SFGate diciendo que Blum «tiene derecho a hacer negocios y nunca ha hecho nada malo».
Silicon Valley
«Beijing es muy sofisticado a la hora de apelar no solo al bolsillo de estos actores, sino también a sus egos», dijo Schweizer, señalando al fundador de Microsoft, Bill Gates, como ejemplo de esto último.
En 2006, el medio de comunicación estatal chino Diario del Pueblo nombró a Gates como uno de los 50 extranjeros que están dando forma al «desarrollo moderno de China». Según su libro, Gates era el único verdadero tecnólogo de la lista.
«Es miembro de algo llamado Academia China de Ingeniería (CAE), que suena como algo amistoso y apolítico. En realidad es, por supuesto, una organización dirigida por el Partido Comunista [chino], y su objetivo es asesorar al gobierno chino en materia de política tecnológica», dijo Schweizer.
Gates fue uno de los 18 extranjeros seleccionados por la CAE para ser uno de sus miembros vitalicios en 2017, según la versión digital del Diario del Pueblo. El medio explicó que los extranjeros serían para «mejorar el estatus de la CAE en el campo de la ingeniería».
La CAE apoya las políticas del régimen chino. En un artículo de 2018 publicado en su página web, el comité del partido de la CAE declaró que prestaba un «importante apoyo científico» al proyecto industrial del régimen «Made in China 2025», al tiempo que respaldaba su estrategia de «fusión civil-militar» y la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
En junio del año pasado, Microsoft se vio en medio de la polémica cuando su motor de búsqueda Bing no arrojó ningún resultado cuando los usuarios de varios países, incluido Estados Unidos, introdujeron la consulta «hombre del tanque», el icónico hombre no identificado que fue fotografiado frente a una fila de tanques saliendo de la plaza de Tiananmen en 1989. La explicación de Microsoft sobre el resultado vacío de la búsqueda, «un error humano accidental», suscitó las críticas de varias organizaciones de derechos humanos.
El PCCh
En resumen, al régimen chino no le importa si los políticos estadounidenses son republicanos o demócratas, siempre que estén dispuestos a cumplir las órdenes de Beijing, dijo Schweizer.
«No les importa que los políticos estadounidenses hablen ocasionalmente de los uigures o que digan que debemos hacer un boicot diplomático», dijo Schweizer. «Les parece bien».
«Siempre y cuando les ayuden en los principios principales de lo que quieren, que es el acceso a las finanzas estadounidenses y el acceso a la tecnología estadounidense, y algunas otras cosas».
Schweizer añadió: «Esa es la estrategia que están empleando».
La Comisión sobre el Robo de la Propiedad Intelectual Estadounidense estimó en 2017 (pdf) que la economía de EE. UU. sufre una pérdida anual de entre 225,000 y 600,000 millones de dólares debido al robo de propiedad intelectual por parte de China cada año.
El año pasado, el director del FBI, Christopher Wray, dijo que la agencia abre un nuevo caso de contrainteligencia relacionado con China cada 10 horas, y que tiene unas 2500 investigaciones activas en todo Estados Unidos.
«Mi sensación de lo que la gente tiene que entender es que la naturaleza del régimen chino es tal que no se puede confiar en él», dijo Schweizer. «Y no creo que se pueda confiar en su relación con nosotros y tenemos que tener eso en cuenta con todo».
La Fundación Bill y Melinda Gates y la oficina de Feinstein no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
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