El régimen chino formalizó el arresto de un ciudadano japonés que llevaba detenido desde marzo acusado de espionaje, en un momento en que las tensiones entre ambas naciones han empeorado.
Un funcionario japonés confirmó la detención durante una conferencia de prensa celebrada en Tokio el 19 de octubre e instó al régimen comunista chino a liberar a los ciudadanos japoneses con el fin de evitar mayores daños en sus relaciones.
«También hemos instado enérgicamente a China a una liberación inmediata a varios niveles, y seguiremos haciéndolo», declaró el Secretario Jefe del Gabinete japonés, Hirokazu Matsuno.
Matsuno explicó que el hombre, de unos 50 años, fue detenido formalmente a mediados de octubre.
El detenido es un ejecutivo de la farmacéutica japonesa Astellas y lleva detenido en Beijing desde marzo como sospechoso de «participar en actividades de espionaje y violar la ley contra el espionaje», según el medio japonés Kyodo News.
Kyodo News informó de que el hombre ha trabajado en China durante 20 años y anteriormente había desempeñado el cargo de alto funcionario de la Cámara de Comercio e Industria de Japón en China.
La embajada japonesa se ha reunido seis veces con el hombre para comprobar su estado de salud, según Nikkie Asia. Un portavoz de Astellas declaró que la empresa sigue recabando información a través del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón.
El régimen chino no ha revelado los cargos detallados contra el ciudadano japonés detenido. En abril, cuando el entonces ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoshimasa Hayashi, visitó China, protestó formalmente por el incidente y pidió la pronta liberación del hombre durante una reunión con su entonces homólogo chino, Qin Gang.
Nueva ley china contra el espionaje y prohibición de salir del país
Los empleados extranjeros en China corren peligro desde que Beijing introdujo en julio su renovada Ley de Contraespionaje, que refuerza el control estatal sobre la transferencia de información relacionada con la seguridad nacional y amplía la definición de seguridad nacional. Anteriormente, la definición legal de espionaje se centraba en la revelación de los llamados secretos de Estado e inteligencia. La nueva versión amplía la definición para incluir documentos, datos, información y objetos relacionados con la seguridad nacional, así como instigar, inducir, coaccionar o sobornar a funcionarios del Estado.
El 30 de junio, un día antes de que entrara oficialmente en vigor la nueva ley antiespionaje, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un aviso de viaje en el que instaba a los ciudadanos estadounidenses a «reconsiderar sus viajes a China continental debido a la aplicación arbitraria de las leyes locales, incluso en relación con las prohibiciones de salida, y al riesgo de detenciones injustas».
El Departamento de Estado advirtió que Beijing ha interrogado y detenido a ciudadanos extranjeros, incluidos ciudadanos estadounidenses que viven y trabajan en China, por supuestas violaciones de su ley de seguridad nacional.
Una definición más amplia de seguridad nacional permite a Beijing «detener y procesar a ciudadanos extranjeros por presunto espionaje». China utiliza las prohibiciones de salida para obligar a los extranjeros a participar en investigaciones del gobierno, presionar a los familiares de disidentes en el extranjero y ganar influencia sobre gobiernos extranjeros, advirtió el Departamento de Estado en el aviso de viaje.
Las prohibiciones de salida de China han aumentado la preocupación de las empresas extranjeras, que ha empeorado desde principios de este año, ya que el régimen chino no solo ha detenido al ejecutivo japonés de Astellas Pharma, sino que también ha puesto en el punto de mira a empresas estadounidenses. Ha allanado la empresa de diligencia debida Mintz y la consultora Capvision, ha interrogado al personal de Bain & Co. y ha investigado al fabricante de chips Micron.
En septiembre, una encuesta de la Cámara de Comercio de Estados Unidos reveló que la confianza de las empresas estadounidenses en China había alcanzado un mínimo histórico. Una encuesta realizada en agosto mostró que más de la mitad de las empresas japonesas en China habían expresado su preocupación por sus futuras operaciones en el país a causa de la nueva ley contra el espionaje.
Jon Sun contribuyó con este artículo. Con información de Reuters.
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