Comentario
Como fuente de lo que parece convertirse en la próxima pandemia mundial, China está desperdiciando la oportunidad perfecta para crear confianza con el mundo. No es que nadie tuviera ilusiones de que el Partido Comunista Chino (PCCh) fuera un modelo de decencia, pero el brote del coronavirus fue una oportunidad para que el PCCh mostrara su lado humano.
Resulta que no hay ninguno.
Pero, aun así, las naciones son naturalmente comprensivas con el hecho de que el pueblo chino está soportando la peor parte de este brote tan peligroso y mortal. Afortunadamente, la situación no se ha convertido en el tipo de cosa del mundo contra China.
Al menos, no todavía. La gente de todas las naciones todavía quiere ayudar.
Pero, según el modus operandi típico del PCCh, el Partido continúa mintiendo o reteniendo información y puntos clave con respecto al brote.
¿La verdadera fuente del virus?
Por ejemplo, ¿dónde se originó el virus?
¿Vino de uno o más de los animales salvajes mantenidos en estrecha proximidad en el vasto mercado abierto de Wuhan?
Tal vez sí.
Se sospecha desde hace tiempo que la devastadora pandemia de gripe española de 1918 provino de aves y cerdos que vivieron en estrecha proximidad durante un largo período de tiempo. En consecuencia, algunos informes identifican al coronavirus como uno típicamente transportado por murciélagos y quizás otras criaturas salvajes o exóticas.
Otra conclusión es que fue transferido de alguna manera a los humanos por otros animales, o por personas que consumen murciélagos u otras bestias salvajes.
¿Pero es realmente así? ¿Es el brote de coronavirus otro ejemplo de que la gente crea las circunstancias perfectas —y antinaturales— para que los virus animales se muevan de una especie a otra, mutando rápidamente hasta que uno es finalmente capaz de dar el salto a la adaptación humana?
Suena verosímil. ¿Pero es eso lo que realmente ocurrió?
Otros informes transmiten una procedencia muy diferente del virus, y por supuesto, la especulación es desenfrenada.
¿Rumor o teoría de la conspiración?
En una narración que incluye nombres de personas, lugares, plazos y actividades, se alega que, en marzo de 2019, el virus fue sacado de contrabando del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá (NML) por médicos chinos que también actuaron como agentes del régimen chino. El NML es el único centro de nivel 4 de Canadá, uno de los pocos de América del Norte que se ocupa de enfermedades altamente contagiosas y mortales como el ébola, el SARS, el coronavirus, etc.
Además, las autoridades canadienses expulsaron a los científicos chinos del NML en julio de 2019. Pero según recientes informes en línea —de la BBC, nada menos— todo el robo de virus del escenario canadiense es un falso rumor.
¿Pero lo es?
No según la revista Science, que, entre otras fuentes de noticias, informó del incidente en ese momento. Resulta que, en julio, los científicos chinos fueron, de hecho, expulsados del NML de Canadá por una «violación de la política». Además, el asunto no fue barrido bajo la alfombra, sino que fue reportado a la Real Policía Montada de Canadá (RCMP).
¿La gente del NML, la revista Science y la RCMP saben que todo lo que saben es solo un rumor o una teoría de conspiración?
En realidad, los hechos de la violación son de importancia crítica para todos nosotros.
El informe mencionado relata una evaluación de James Giordano, profesor de neurología de la Universidad de Georgetown y miembro de alto rango de guerra biológica en el Comando de Operaciones Especiales de EE. UU., sobre el robo de un virus del NML. Señaló que tal robo «también podría significar que tal agente ofensivo podría beneficiar a China que podría tener el único tratamiento o vacuna».
Así es. Ya podría existir una vacuna contra el coronavirus en el laboratorio chino de Wuhan, posiblemente derivada del virus robado.
Pero el profesor Giordano no es el único que habla de una posible vacuna. También lo son los chinos, aunque de una fuente diferente y controvertida.
The Associated Press informa que los científicos chinos quieren patentes sobre un medicamento que ya está siendo fabricado por Gilead Sciences, una compañía farmacéutica americana. Según el informe, «el Instituto de Virología de Wuhan, dirigido por el gobierno… …solicitó la patente en enero junto con un laboratorio militar». El instituto reconoció las «barreras de propiedad intelectual», pero dijo que actuaba para «proteger el interés nacional».
El PCCh no aprendió nada del SARS, los brotes de gripe porcina o los aranceles
El resultado final es que después de causar una segunda epidemia mundial en menos de 20 años, esta vez China quiere robar también una vacuna potencial. Y lo hacen mientras mantienen al mundo en la oscuridad sobre las estadísticas reales y otros hechos clave sobre el brote.
Claramente, el Partido no ha aprendido absolutamente nada de su experiencia previa. Su comportamiento de engaño, negación y desviación no ha cambiado ni una pizca de una crisis a otra.
De hecho, si acaso, su comportamiento es una prueba más de que no es apto para liderar a China. La comunicación clara y precisa y la cooperación abierta son las armas más potentes y eficientes contra la propagación del coronavirus. Pero la dirección del Partido no ofrece ninguna de las dos.
El PCCh está más interesado en sofocar la difusión de la información —incluso entre sus propios ciudadanos, y en robar a las mismas naciones que más pueden ayudar. Ha ocultado información crítica al público —y al mundo— durante los brotes del SARS y de peste porcina africana, y lo está haciendo ahora, cuando los riesgos son aún mayores.
Evidentemente, la dirección del Partido teme el brote de información, la justa ira del pueblo contra ellos, y la verdad mucho más de lo que teme al coronavirus. ¿No sería apropiado que el PCCh se convirtiera en la siguiente y última víctima del brote?
James Gorrie es un escritor y conferencista con base en el sur de California. Es el autor de «La crisis de China».
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Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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