China se unió a otros estados comunistas, Vietnam y Corea del Norte, en la parte inferior del último Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF) publicado el 3 de mayo. El 3 de mayo fue el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
China ocupó el puesto 179 en el índice de este año conformado por 180 países y regiones, un lugar por encima de Corea del Norte y un lugar por debajo de Vietnam. Cayó cuatro lugares de su ranking el año pasado.
Hong Kong, controlado por la China comunista, ocupó el puesto 140. La situación de la libertad de prensa en la excolonia británica se clasifica como “difícil”, mientras que en China continental se clasifica como “muy grave”.
El Índice Mundial de Libertad de Prensa anual clasifica anualmente a las naciones y regiones en cinco categorías: el contexto político, el marco jurídico de la jurisdicción, el contexto económico, el contexto sociocultural y la seguridad.
RSF selecciona a periodistas, académicos y defensores de los derechos humanos para responder a su cuestionario sobre libertad de prensa. Utiliza un recuento cuantitativo de los abusos contra los medios y los periodistas, y un análisis cualitativo de las observaciones de los especialistas en libertad de prensa buscando calcular una puntuación para cada país y región.
El informe describió a la República Popular China como “el mayor carcelero de periodistas y defensores de la libertad de prensa del mundo, y uno de los mayores exportadores de contenido propagandístico”.
El informe de RSF señaló que “los regímenes de partido único y las dictaduras de Asia”—es decir, China y sus vecinos regionales Corea del Norte, Vietnam y Birmania, también conocida como Myanmar, que ocupó el puesto 173, “son los que más constriñen el periodismo, con líderes que estrechan su dominio totalitario sobre el discurso público”.
En estos países, al igual que en la antigua Unión Soviética, “los medios tradicionales están controlados de cerca por el partido único”, dijo el grupo con sede en París.
“Los periodistas independientes y los blogueros que se atreven a publicar información ‘sensible’ a menudo son vigilados, acosados, detenidos y, en algunos casos, torturados”.
A principios de 2020, The Epoch Times informó que Fang Bin, un periodista ciudadano de Wuhan, fue encarcelado por el régimen comunista chino por informar la verdad sobre la pandemia de COVID-19 en Wuhan. Tres años después, el 30 de abril, fue liberado, pero la policía lo envió de un lado a otro entre Beijing y Wuhan. Su familia no se atrevió a permitirle regresar a casa debido a las amenazas que habían recibido de las autoridades. Como resultado, Fang se ha visto obligado a quedarse sin hogar y continúa siendo seguido y monitoreado por agentes vestidos de civil.
Otra periodista ciudadana, Zhang Zhan, también fue sentenciada por informar sobre la pandemia en Wuhan y aún está tras las rejas.
Tang Jingyuan, comentarista de asuntos de actualidad radicado en EE.UU., dijo el 5 de mayo al programa Panorama en idioma chino de NTD News sobre la reciente clasificación en libertad de prensa de China: “Esto demuestra una vez más que, bajo el sistema del Partido Comunista Chino (PCCh), es imposible conseguir la libertad de expresión y el pensamiento democrático mediante un rápido desarrollo económico”.
“Esto también ilustra que el sistema centralizado rojo del PCCh nunca ha aflojado su control sobre la mente de las personas”, dijo.
Rusia, aliada de China, también ha descendido este año en la clasificación de la libertad de prensa. Ahora ocupa el puesto 164, nueve puestos por debajo de la posición que ocupaba el año pasado.
Taiwán (República de China), descrita por RSF como una de las «democracias funcionales» del mundo, ocupó el puesto 35.
Sin libertad de expresión bajo el PCCh
Tang agregó: “La libertad de prensa en China continúa declinando hasta el fondo. Muestra claramente que la supresión al discurso por parte del PCCh en los últimos años ha alcanzado un nuevo nivel”.
Incluso Hu Xijin, exeditor en jefe del medio de comunicación del régimen chino, el “Global Times”, principal propagandista del PCCh, criticó al régimen por su censura y control sobre el proceso de noticias en respuesta a la clasificación de RSF.
“Los atributos informativos propios de los medios deben ser protegidos y respetados y no pueden ser subordinados. [Sin embargo], algunas regiones y departamentos ahora están adoptando un fuerte enfoque intervencionista en las organizaciones de noticias, lo cual es muy discutible”, publicó en las redes sociales chinas.
Tang señaló: “Es imposible esperar que el PCCh cambie por sí mismo”.
Chen Weiyu dijo en su programa de NTD en chino «Wei Yu ve el mundo»: «El PCCh confía en las armas y en la pluma para robar el poder. La llamada pluma es para controlar las noticias y la propaganda. La razón por la que valoran tanto las noticias y la propaganda, y deben controlarlas firmemente en sus manos, es para desinformar”.
“El PCCh construyó el ‘Gran Cortafuegos’ con el mismo propósito, que es evitar que los chinos accedan a noticias e información reales”.
Tang dijo: “Mientras el sistema del PCCh no se desintegre, la gente común o los periodistas no tendrán un día en el que realmente puedan hablar libremente”.
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