En un discurso sobre política exterior, el ex vicepresidente Mike Pence, pidió el miércoles a la administración de Biden que endurezca su postura sobre China, diciendo que el Partido Comunista Chino (PCCh) «percibe debilidad en la nueva administración».
En su intervención en la sede de Heritage Foundation en Washington, Pence instó a que el presidente Joe Biden elimine de la lista a las empresas chinas que no cumplan con las normas estándares contables de Estados Unidos, ponga fin a toda la financiación pública y privada de la investigación científica en China y exija a Beijing transparencia sobre los orígenes del virus del PCCh, entre otras acciones para hacer frente a los abusos del régimen en el orden internacional basado en normas.
Millones de estadounidenses se «despertaron ante el hecho de que el Partido Comunista Chino aspira no solo a unirse a la comunidad de naciones económicamente desarrolladas, sino a sentarse en la cima de un nuevo orden global creado a su propia imagen», dijo el exvicepresidente. «Un mundo en el que la libertad está limitada, pero el poder de Beijing no lo está».
Biden debe adoptar una línea más dura en medio de «la emergente guerra fría con China», dijo Pence sobre la amenaza que supone el PCCh.
«Nuestros líderes electos deben basarse en el progreso de la administración Trump-Pence y utilizar el poder económico y militar de Estados Unidos para frenar las ambiciones del Partido Comunista Chino de una manera que ponga al pueblo estadounidense y los valores estadounidenses en primer lugar», continuó. «Solo un Estados Unidos orgulloso, confiado y unido puede hacer frente al desafío de China».
Sus declaraciones se producen en un momento en que la teoría de que el virus fue el resultado de una filtración del Instituto de Virología de Wuhan ganó una mayor cobertura como una posibilidad en los principales medios de comunicación, al momento que un número creciente de científicos y funcionarios discuten las pruebas que apoyan la hipótesis.
COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh, se registró por primera vez en la ciudad china de Wuhan.
El 26 de mayo, el presidente Joe Biden ordenó a la comunidad de inteligencia que elaborara un informe en 90 días sobre los orígenes del virus, diciendo que las agencias de inteligencia están estudiando diferentes teorías, incluida la posibilidad de un accidente de laboratorio en China.
Entre otras demandas, Pence pidió a la administración Biden que prohíba los Institutos Confucio respaldados por Beijing en los campus universitarios estadounidenses y que exija que los Juegos Olímpicos de 2022 se trasladen de Beijing a menos que el PCCh «se sincere sobre el coronavirus» y ponga fin a su persecución de los uigures.
Las declaraciones del ex vicepresidente se producen apenas unas semanas después de que una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew, con sede en Estados Unidos, revelara que las opiniones negativas sobre China entre las economías más avanzadas del mundo se sitúan en niveles casi récord, en medio de la preocupación por el historial de derechos humanos de Beijing.
Un informe de Pew publicado el 30 de junio, en el que se detallan los resultados de la encuesta realizada a 17 economías avanzadas de Europa, Norteamérica y la región de Asia-Pacífico, muestra que una gran mayoría —ocho de cada diez encuestados— tiene una opinión desfavorable del régimen chino y cree que «no respeta las libertades personales de su pueblo».
Beijing se enfrenta a un creciente escrutinio por sus abusos de los derechos humanos, incluida la supresión de las minorías religiosas y étnicas y la aplicación de una drástica ley de seguridad nacional en Hong Kong desde julio de 2020, que ha tipificado como actos de subversión y secesión cualquier discurso o acción política que se considere contraria al régimen gobernante, con una pena máxima de cadena perpetua.
En la región noroccidental china de Xinjiang, las autoridades chinas fueron acusadas de cometer un genocidio contra los uigures y otras minorías étnicas, incluyendo la detención de al menos un millón de personas en campos secretos de «reeducación política».
«Ahora más que nunca, nuestros líderes deben tomarse en serio la amenaza inmediata y mortal que supone el Partido Comunista Chino», dijo James Carafano, vicepresidente de Heritage para la seguridad nacional y la política exterior, en un comunicado tras el discurso de Pence.
«El vicepresidente Pence no solo articuló claramente la amenaza a la que nos enfrentamos, sino las numerosas medidas políticas concretas que la administración Biden y el Congreso pueden y deben tomar en defensa de los intereses y valores estadounidenses», añadió.
«No podemos permitirnos el lujo de volver a ‘lo de siempre’ con respecto a China. Es hora de continuar lo que la administración Trump comenzó y asegurar nuestro futuro contra los avances globales del Partido Comunista Chino”.
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